Según García, el domingo vamos a decidir entre Chávez y el Perú, Alan Perú, por si acaso. De acuerdo con Humala, en cambio, la opción está en la pregunta del millón: ¿por quién votará Montesinos?, y si vamos a votar con él. Así estamos llegando al final dentro de una polarización que parece andar de […]
Según García, el domingo vamos a decidir entre Chávez y el Perú, Alan Perú, por si acaso.
De acuerdo con Humala, en cambio, la opción está en la pregunta del millón: ¿por quién votará Montesinos?, y si vamos a votar con él.
Así estamos llegando al final dentro de una polarización que parece andar de cabeza, en la que parte de las miradas de los votantes van a estar dirigidas fuera del país y otra parte va a estar pensando en lo que se cocina detrás de las rejas de la cárcel.
Y va a ser de esta manera, por más que la OEA invoque por enésima vez a revisar los planes de gobierno.
Pero la situación no es tan arbitraria como podría pensarse.
Enhorabuena que los peruanos entendamos que debemos definir nuestro gobierno dentro de las corrientes que hoy se desarrollan en el mundo, porque nunca fuimos una isla y después de Toledo ya sabemos que se puede invocar a Pachacútec y a la moda nova andina para convertirnos en los chupes favoritos de Mr. Bush.
Hay muchas cosas que tienen que ver con las opciones internacionales: TLC, petróleo y energía, recursos naturales, agua, privatizaciones, deuda externa, etc. Ha sido así en cada una de las elecciones anteriores pero no nos dábamos cuenta porque no había como salir de los parámetros fijados por Estados Unidos, el FMI, el Banco Mundial, la OEA, donde todo ya estaba dispuesto.
Hoy América Latina es diferente en gran parte porque han aparecido los Chávez, los Evos, y en mucho menor grado los Lula, Kichner, Tabaré, etc., que representan una correlación totalmente distinta para Estados Unidos, las trasnacionales y los organismos multilaterales de ingerencia. Puede haber muchísimos problemas de forma en la lengua larga el venezolano, como aquí encontramos muchas cosas que desafinan alrededor de Humala, pero quién esté pidiendo procesos puros e impecables, en realidad está renunciando al cambio y quién sabe si a la propia realidad.
Si, la verdad, si la disyuntiva fuera, que no es, Chávez o García, no tendría tampoco dudas porque estaría escogiendo por una América Latina más autónoma y digna, frente al nuevo peón del imperialismo, para lo que ya está ensayando Alan García.
¿Y Montesinos? ¿Es así nomás un apestado que se mete en la fiesta sin ser invitado? ¿O es el indeseable que nos recuerda que también hay problemas de corrupción y derechos humanos planteados en esta coyuntura? De la misma forma que Humala no puede deslindarse totalmente de Chávez, porque no quiere traicionar el bloque político al que va a tener que recurrir para enfrentar la presión de Estados Unidos; García no puede enfrentar a Montesinos porque este acaba de demostrarle, como alguna vez lo hizo a Fujimori, que sigue manejando información clave para generar hechos políticos y tiene control suficiente sobre instancias del Estado y las Fuerzas Armadas como para superar su condición de prisionero.
No es loca la pregunta de Humala, sobre el voto de Vladimiro, aunque le faltaría decir que el ex asesor ha escogido su opción, más por sentirla vulnerable por la carga de corrupción y deudas con la sociedad que lleva dentro, y que le permite negociar con ventaja, que sobre cualquier otra consideración ideológica.
Saquemos conclusiones: obviamente la candidatura Humala tiene que ver con Hugo Chávez, aunque Carlos Tapia quiere barajarlo, y eso que asusta en sectores altos y medios, que creen que se va a implantar una suerte de comunismo que repartirá los bienes privados, no es apreciado de la misma manera en los segmentos populares, donde puede haber confusión por las opiniones constantes y deslenguadas del caribeño, pero donde se sabe bien que si somos un país dependiente y oprimido no es por Venezuela, menos por Bolivia u otro de los países pobres del continente.
Asimismo ha quedado demostrado que la candidatura García coincide no por casualidad con el interés de Montesinos Torres, y que el ex presidente no puede sacarse convincentemente este peso de encima. Tampoco aquí vamos a creer en Del Castillo cuando dice los mail se falsifican y además son de terceras personas que no tienen nada que ver con nosotros; la conversación entre uno de los puntales de la mafia y González Posada, en relación al regreso de García el 2001, son asuntos personales de viejos amigos, que es como aquello de que Mantilla, se refería a su persona cuando hablaba de dinero para el partido.
El domingo vamos a escoger entre el nacionalismo de Humala y el bloque de toda la reacción encabezado por García. Pero si le dicen que en realidad la disyuntiva es entre Chávez y Alan Perú, responda yo no voto como Montesinos para que la corrupción siga impune.