Hace mucho tiempo que se piensa en una forma de facilitar el diálogo entre hablantes de idiomas diferentes en condición de respeto a las diferencias. La historia nos muestra que las lenguas de conquistadores se impusieron en tierras ajenas, como en la colonización de las tribus africanas, de los pueblos indorientales y los indígenas en […]
Hace mucho tiempo que se piensa en una forma de facilitar el diálogo entre hablantes de idiomas diferentes en condición de respeto a las diferencias. La historia nos muestra que las lenguas de conquistadores se impusieron en tierras ajenas, como en la colonización de las tribus africanas, de los pueblos indorientales y los indígenas en América. No solo quedó el idioma sino también la comida, la religión, los preconceptos y otros contenidos del paquete de la modernidad: Quizás sean los aborígenes australianos los más resistentes a la dominación material y cultural de la Cool Britannia.
El contacto entre diferentes genera siempre algún alejamiento, pero algunos tienen la noble capacidad de trasformar esa experiencia en una relación de curiosidad e de reciprocidad. Por esa razón la cultura estadounidense huele a que en todo hay un ganador y un perdedor y no deja lugar a los que saben usufructuar amistosa y respetuosamente de la alteridad. Aunque su industria militar reciba mayor presupuesto que la salud, y por eso quien quiera tratamiento sanitario digno en ese país deberá desembolsar fortunas, enfoquemos nuestra atención y nuestros esfuerzos en aquellos que desean un mundo donde se invierta en el diálogo y en la paz.
Una de las maneras de anclar la atención y los esfuerzos en el bien e facilitar la comunicación entre pueblos diferentes. Ludwik Lejzer Zamenhof, um médico polaco que vivió en el territorio entonces perteneciente al imperio ruso, sistematizó en 1887 el Esperanto, en la tentativa de facilitar la comunicación entre los hablantes de todos los países, en vez de sustituir a los idiomas nativos. La gran variedad lingüística del Este europeo, región donde habitó Zamenhof, probablemente motivó la creación del Esperanto, que se considera una lengua artificial porque no es oficial de ningún país, ni se desenvuelve naturalmente en ninguna parte. Su finalidad es abrir caminos para la comunicación mundial despojada de preconceptos.
La determinación de cuál será el idioma mundial aceptado globalmente depende de factores político-ideológicos. El inglés es hegemónico en el conocimiento científico y en revistas académicas, en el Internet y en el uso de las nuevas tecnologías, en los aeropuertos y rutas de viaje, en la comunicación entre gente de negocios y turistas en todo el mundo. La Era Victoriana inglesa en el Siglo XIX y la emergencia de los Estados Unidos como potencia emergente después de la Segunda Guerra Mundial, corroboraron este idioma como patrón de la comunicación internacional. El griego, el latín, el francés y el alemán tuvieron sus años de auge. La oferta de cursos de mandarín mientras tanto, prevé que este idioma chino cumplirá un papel hegemónico en el futro próximo.
El Paraguay tiene dos idiomas oficiales, uno nativo (guaraní) y otro impuesto (español). El Mercado Común del Sur (MERCOSUR)¸ a despecho de la suspensión paraguaya, también considera el guaraní como uno de sus idiomas oficiales. Esta caracterización es tenida como étnica y asegura la supervivencia de los idiomas nativos frente al furor de la modernidad.
Lo que más espanta en una relación de fuerzas culturales es la enseñanza bilingüe en escuelas brasileras de elite, donde el niño aprende habilidades lingüísticas en un idioma que no es nativo del país mientras está en una edad en que su discernimiento esta subdesarrollado.
Grupos religiosos han promovido el estudio del Esperanto y la traducción de sus obras a este idioma para universalizar sus saberes y sus prácticas. Esta propuesta lingüística de más de un siglo de antigüedad se volvió realidad entre muchos de sus promotores en varios países. Grupos estudiosos de Esperanto se desparramaron por el mundo (Alemania, Francia, Italia, Irán, China, Brasil y otros). Más importante es el sentimiento global de que es necesario tener un idioma universal que no se relacione de ninguna manera con naciones que poco tienen que enseñar desde el punto de vista moral, como la Cool Britannia y los Estados Unidos.
La dictadura cultural oculta bajo el manto de democracia contrasta con la resistencia ardua de los «dictadores» (Mubarak, Gadafi, Assad, Ahmadinejad) y sus pueblos bajo los regímenes políticos en Oriente. Las potencias de Occidente juegan con la palabrería política que heredaron de las civilizaciones greco-romanas, usándola a su favor y en detrimento de otras civilizaciones. Con la lengua intentan justificar atrocidades contra otras culturas y aliviar su desesperación frente a la ruina inminente de su modo de vida (por la falta de legitimidad internacional y las crisis económicas intermitentes).
Mientras tanto, los chinos llegan soterradamente con su mandarín -que es una de las principales variaciones lingüísticas en ese país- y juegan con herramientas económicas parecidas a las de Occidente. Producen todo más barato y quiebran industrias tradicionales en otros países. Se replica en otros lugares, que existe explotación de mano de obra y el comercio de productos de mala calidad. Si el capitalismo fracasara por causa de los chinos ¿Tendrían ellos la oportunidad de convocar al mundo hacia su sistema productivo?
El Esperanto continúa haciendo prosélitos y circulando en el mundo, aunque no con la misma fluidez del inglés, que viaja a través de las banderas -y muchas veces las desmancha-. Esto se debe a que el primero es un ejemplo de virtud y el segundo un ejemplo de pasión. Uno se utiliza con consentimiento, mientras el otro se impone por la fuerza de las armas y la subordinación de otros pueblos. No hay mal que permanezca luego de la palabra luminosa del bien.