En el siglo XX, con la aviación, los bombardeos terroristas adquirieron una amplitud y una crueldad sin precedentes.
Las bombas atómicas arrojadas sobre Hiroshima y Nagasaki fueron los crímenes de guerra más monstruosos de la historia porque fueron deliberadamente destinadas a poblaciones civiles y no fueron militarmente necesarias, como reconoció Eisenhower después de la guerra, pues Japón estaba virtualmente derrotado. Fueron, hasta el presente, los únicos ataques nucleares de la historia.
Los ataques tuvieron lugar en agosto de 1945, respectivamente, sobre Hiroshima el 6 y el 9 sobre Nagasaki.
Entre 105 000 y 120 000 personas murieron instantáneamente y otras tantas murieron los meses siguientes como consecuencia de las radiaciones y quemaduras. Otras personas fallecieron en el curso de los años posteriores de leucemia y otras enfermedades.
La Comisión de Víctimas de la Bomba Atómica (ABCC, por sus siglas en inglés) fue establecida en 1946 de acuerdo con una directiva presidencial de Harry S. Truman a la Academia Nacional de Ciencias-Consejo Nacional de Investigación, para investigar los efectos tardíos de la radiación en los supervivientes de la bomba atómica. Se creó con el único fin de realizar investigaciones y estudios científicos, no para prestar asistencia médica.
Para esos estudios fueron seleccionados hombres, mujeres y niños, tratados como cobayos de una manera totalmente humillante. (Ver el programa de ARTE TV del 2 de agosto a las 20.50 desde el minuto 1h17 –https://www.youtube.com/watch?v=rMGIEF5UnmE)
La ABCC funcionó casi treinta años hasta su disolución en 1975.
En situaciones de guerra una forma de terrorismo internacional de Estado son los bombardeos aéreos terroristas destinados a minar la moral del enemigo, en especial de la población civil. Dicha forma de terrorismo internacional de Estado no es reciente: los bombardeos terroristas contra la población civil fueron ya empleados en el siglo XIX bajo la forma de bombardeos navales. Por ejemplo, las marinas de guerra del Imperio Británico, el Imperio alemán y el Reino de Italia, entre fines de 1902 y principios de 1903, bloquearon y bombardearon las costas y puertos de Venezuela para exigir el pago inmediato de las deudas contraídas por el gobierno venezolano con empresas de dichos países europeos.
En el siglo XX, con la aviación, los bombardeos terroristas adquirieron una amplitud y una crueldad sin precedentes. Italia los practicó en Etiopía en 1935-36, Japón en China en 1937-39, Alemania e Italia durante la guerra civil española (Madrid 1936, Guernica 1937), Alemania nazi y los aliados durante la Segunda Guerra Mundial (Varsovia, Rotterdam Londres, Dresde, etc.).
Esta forma de terrorismo internacional de Estado forma parte de la doctrina militar de los Estados Unidos (evitar tener muertos propios: zero killing(ok)), que la ha empleado ampliamente en Vietnam, Panamá, Iraq, Yugoslavia, Afganistán , nuevamente en Iraq, etc. utilizando armas prohibidas como el napalm, la substancia naranja, las bombas de racimo (cluster bombs) las bombas “segadoras de margaritas” las bombas termobáricas y las bombas revestidas de uranio empobrecido.
Algo similar está haciendo ahora Rusia en Ucrania.
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