La muerte de 49 bebés durante unos ensayos clínicos en uno de los más prestigiosos centros públicos de la India ha obligado a investigar denuncias de que las multinacionales farmacéuticas se aprovechan de las facilidades que da este país para usar a su población como «cobayas». Al menos 49 bebés han muerto desde enero del […]
La muerte de 49 bebés durante unos ensayos clínicos en uno de los más prestigiosos centros públicos de la India ha obligado a investigar denuncias de que las multinacionales farmacéuticas se aprovechan de las facilidades que da este país para usar a su población como «cobayas».
Al menos 49 bebés han muerto desde enero del 2006 en 42 ensayos efectuados por el Instituto Indio de Ciencias Médicas (AIIMS, en inglés) con un total de 4.142 niños, de los cuales 2.728 son menores de un año.
El AIIMS proporcionó estos datos en respuesta a una consulta de la ONG Uday Fundation, cuyo presidente, Rahul Verma, despertó una alarma que llevó al Ministerio de Salud a pedir hace ocho días una investigación de esas muertes. A la denuncia de Verma se sumó el experto farmacéutico Chandra Gulhati, editor del Indice de Especialidades Médicas, quien observó lagunas y opacidades en la respuesta del AIIMS.
Niños de un año
Gulhati puso el acento en las pruebas efectuadas con niños de dos medicamentos contra la hipertensión de la empresa suiza Novartis. «Estas medicinas, Valsartan y Olmersantan, se prescriben a personas mayores de 18 años; están contraindicadas para niños», aseguró el farmacéutico. «¿Cómo pueden probarlas en niños de un año. No sólo no es ético sino inédito», denunció.
Gulhati se preguntó si acaso la hipertensión «es un problema común en los niños de la India». «Porque, si no lo es, ¿por qué hacer las pruebas en la India y poner a sus niños en peligro sin beneficio alguno; por qué los niños indios son utilizados como cobayas?».
Las sospechas de Gulhati se fundamentan en el hecho de que los medicamentos probados ya tienen genéricos indios y no se pueden patentar en este país, donde los ensayos clínicos son infinitamente más baratos que en Occidente y el consentimiento de padres analfabetos más fácil de conseguir.
Pobreza e ignorancia
«Es obvio que estas pruebas se hacen (en la India) para prorrogar las patentes en Occidente sin ningún beneficio para la India», concluyó. Las compañías extranjeras, abundó, «están simplemente aprovechándose de la pobreza y la ignorancia en la India».
Al debate han contribuido la vaguedad de las respuestas del AIIMS a preguntas como qué segmentos de población fueron empleados en las pruebas, qué información recibieron los padres, qué dolencias aquejaban a los niños que participaron en ellas o si se recabaron los permisos necesarios para efectuarlas. «Si los padres no pueden leer ni escribir, ¿acaso esperan que entiendan las implicaciones de estos ensayos?», protestó Verma.
El AIIMS negó también que escogiera a pacientes de clases bajas que acuden a este gran centro público, uno de los pocos de Delhi.
Mientras se espera el resultado oficial de la investigación, Verma dijo haber elevado su denuncia a la Comisión Nacional de Derechos Humanos «para que investiguen si ha habido abuso de los derechos humanos».