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Japón abrumado por sismo, tsunami y explosiones en centrales nucleares

Fuentes: Agencias

Una doble explosión en el reactor número 3 de la central nuclear de Fukushima 1 alimentó el lunes el temor de un desastre atómico en Japón, un país abrumado ya por un sismo y un tsunami que podrían haber dejado más de 10.000 muertos. La Tokyo Electric Power (TEPCO), operadora de Fukushima-1 (250 km al […]

Una doble explosión en el reactor número 3 de la central nuclear de Fukushima 1 alimentó el lunes el temor de un desastre atómico en Japón, un país abrumado ya por un sismo y un tsunami que podrían haber dejado más de 10.000 muertos.

La Tokyo Electric Power (TEPCO), operadora de Fukushima-1 (250 km al nordeste de Tokio), admitió además la posibilidad de que el combustible del reactor 2 hubiese entrado en fusión a causa de una avería en el circuito de enfriamiento.

Poco después, la agencia Kyodo indicó que las barras de combustible de la central 2 habían quedado «totalmente expuestas» por el descenso del nivel del agua de enfriamiento.

El gobierno minimizó sin embargo la posibilidad de que una explosión importante se produjera en ese reactor.

Las explosiones de este lunes hirieron a once personas, aunque el reactor y el recinto de contención no resultaron dañados, según la Agencia de Seguridad Nuclear de Japón.

La fusión se produce por el recalentamiento de las barras de combustible, que empiezan a derretirse como velas, con sus vainas de protección. Si eso ocurre, la materia desprendida puede perforar la vasija del reactor -segunda barrera de protección, antes del recinto- con el riesgo consiguiente de emisión masiva de elementos radiactivos.

Una explosión se había producido el sábado en el reactor número 1, que costó la vida a un técnico e hirió a once.

Los sistemas de enfriamiento fallaron a consecuencia del gigantesco tsunami provocado por el sismo de magnitud 8,9 que el viernes arrasó el nordeste del país.

Los operadores indicaron que trataban de enfriar los reactores usando agua de mar.

El primer ministro, Naoto Kan, ordenó el fin de semana la evacuación de los habitantes en un radio de 20 km en torno a Fukushima.

Las autoridades decretaron el estado de emergencia en otra planta nuclear, la de Onagawa (noreste), «tras registrarse niveles de radiactividad que superaban los autorizados» y volvieron luego a la normal, indicó en Viena la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA).

En un refugio, una joven mujer con su hijo pequeño en brazos, entrevistada por la televisión NHK, expresaba su angustia: «No quiero que mi niño esté expuesto a radiaciones. Quiero evitar eso como sea», afirmó.

Un funcionario nipón dijo antes de la explosión que se confirmó que 22 personas habían sufrido contaminación radiactiva y que hasta 190 podrían haber sido expuestas. Trabajadores con trajes protectores usaban escáneres manuales para revisar a las personas que llegaban a los centros de evacuación.

Un portaaviones estadounidense anclado a 160 km al nordeste de Fukushima para participar en la ayuda a los siniestrados cambió de posición tras detectarse niveles bajos de radiación procedente de la central. Un comunicado de la VII Flota aclaró luego que los niveles detectados no representaban ningún riesgo para la salud.

Otra central nuclear, la de Tokai, sufrió una avería en su sistema de refrigeración, pero las bombas de agua auxiliares funcionaban y seguían enfriando el reactor, informó un portavoz en la madrugada del lunes.

El balance del terremoto y el maremoto no para de incrementarse.

Más de 10.000 personas podrían haber perdido la vida en la prefectura costera de Miyagi, la más cercana al epicentro.

Los equipos de rescate hallaron cerca ya de 2.000 cadáveres en esa zona.

Millones de japoneses trataban de sobrevivir sin agua, electricidad, combustible o comida suficiente y centenares de miles estaban obligados a alojarse en centros de emergencia.

Naciones Unidas anunció en Ginebra que 590.000 personas fueron evacuadas de la zona del desastre, incluidas 210.000 que viven cerca de las plantas nucleares de Fukushima.

Los desastres también asestaron un duro golpe a la tercera economía mundial, que se quedó sin electricidad suficiente para hacer funcionar sus fábricas. La Bolsa de Tokio cayó este lunes más de 6% a raíz de un movimiento de ventas precipitadas de acciones.

Al menos 5,6 millones de hogares siguen sin electricidad y la compañía Tepco tiene planificados cortes de luz desde este lunes hasta finales de abril para evitar la sobrecarga de las redes.

Socorristas de todo el mundo llegaban al archipiélago para colaborar con más de 100.000 soldados que tratan de prestar asistencia a un país que sigue viviendo al ritmo de las réplicas del terremoto y en permanente sobresalto por las falsas alarmas de nuevos tsunamis.

En Ishinomaki, una ciudad de 165.000 habitantes duramente golpeada, «hay una carrera contrarreloj para salvar a posibles sobrevivientes bajo una montaña colosal de escombros», refirió Patrick Fuller, portavoz de la Cruz Roja en la región Asia-Pacífico.

El costo del sismo para las aseguradoras podría ascender a 34.600 millones de dólares, según una estimación inicial de AIR Worldwide, firma especialista en evaluación de riesgos.

El accidente nuclear, el peor desde el desastre de Chernóbil en 1986, provocó críticas de que las autoridades estaban mal preparadas para un terremoto tan potente y para la amenaza que podría suponer para la industria nuclear del país.

Daño en la economía

Las rutas, los trenes, la energía y los puertos han sufrido interrupciones en gran parte del noreste del país y las estimaciones sobre el costo del desastre subieron a 170.000 millones de dólares. Los economistas creen que la economía podría volver a sumirse en una recesión.

Las acciones japonesas cerraron con una baja de más del 7,5 por ciento, eliminando 287.000 millones de dólares de la capitalización del mercado en la mayor caída desde el peor momento de la crisis financiera del 2008.

Las acciones de las empresas nucleares se desplomaron.

Corea del Sur, Hong Kong, Singapur y Filipinas dijeron que evaluarán las importaciones de alimentos japoneses por si tuvieran radiación.

Las estimaciones del impacto económico están recién comenzando a emerger. Hiromichi Shirakawa, economista jefe de Japón en el Credit Suisse, dijo en una nota a clientes que las pérdidas oscilarían entre 171.000 y 183.000 millones de dólares sólo en la región afectada por el sismo y el tsunami.

El terremoto ha forzado a muchas firmas a suspender la producción, y las acciones de las mayores compañías japonesas se derrumbaron el lunes, con Toyota Corp cayendo casi un 8 por ciento.

Firmas internacionales enfrentaban interrupciones en sus actividades debido a que el sismo y el tsunami destruyeron infraestructura vital, dañaron puertos y derribaron fábricas que suministraban desde componentes de alta tecnología hasta acero.

Este fue el sismo de mayor intensidad que golpea al país desde que comenzó a llevar registros hace 140 años.