Por segundo año consecutivo, la crisis económica mundial es la responsable de que el mundo sea un lugar más violento, debido al aumento de la violencia y la delincuencia, según revela hoy la cuarta edición del Índice Global de la Paz (IGP). Como ejemplo de que la crisis influye de forma directa en los niveles […]
Por segundo año consecutivo, la crisis económica mundial es la responsable de que el mundo sea un lugar más violento, debido al aumento de la violencia y la delincuencia, según revela hoy la cuarta edición del Índice Global de la Paz (IGP).
Como ejemplo de que la crisis influye de forma directa en los niveles de inestabilidad, en su análisis por áreas económicas, el informe destaca que los países de la Unión Europea (UE) con más deuda -Portugal, Irlanda, Grecia y España- son los que han visto más deteriorada su situación de paz, seguidos por los principales países emergentes conocidos como «BRIC» (Brasil, Rusia, India y China).
Desde 2008, el mundo ha experimentado una intensificación de los conflictos, una creciente inestabilidad y un aumento del número de homicidios, manifestaciones violentas y miedo a la delincuencia, según apuntan los resultados.
El informe observa que una reducción de un 25 por ciento de la violencia mundial generaría alrededor de 1,8 billones de dólares anuales, cantidad suficiente para saldar la deuda de Grecia, financiar la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio y cumplir los objetivos climáticos y energéticos de la UE.
El Índice incluye 149 países (frente a los 144 que se evaluaron en la pasada edición y que ya suponían casi un 99 por ciento de la población mundial), de los que se estudian 23 indicadores que tienen en cuenta variantes cualitativas y cuantitativas relacionadas con la paz, en el terreno interior y exterior, y los niveles de democracia, transparencia, educación, bienestar material, criminalidad y respeto de los derechos humanos.
En esta edición, Nueva Zelanda vuelve a encabezar la lista de los países más pacíficos y es uno de los únicos tres Estados que han conseguido reducir sus niveles de violencia en 2010.
Islandia, que el año pasado cayó al cuarto puesto debido a los problemas económicos que atravesaba el país, subió hasta la segunda posición lo que, según el informe «es significativo de la capacidad de recuperación de los países con un entorno de paz».
Japón, Austria y Noruega completan el «top-5» de los países más pacíficos, mientras que repiten como naciones con más violencia Irak, Somalia y Afganistán.
Siria, Georgia, Filipinas, Rusia y Chipre son los estados que más han caído en el ránking respecto a 2009.
Según Steve Killelea, fundador en el 2007 de este índice que constituye el único estudio que cuantifica la paz global, «la investigación aporta una demostración cuantificable de que mejorar la paz puede transformar la economía global y aportar los recursos necesarios para abordar la deuda, consolidar la expansión económica y crear un entorno más sostenible».
El director del Instituto de la Tierra de la Universidad de Columbia (EEUU), Jeff Sachs, destacó la labor «pionera» de este índice, que pone de manifiesto «cómo el dinero y las vidas malgastados en las guerras, los encarcelamientos, los sistemas de armamento y otros elementos que contribuyen a la escalada de violencia podrían ser directamente empleados en acabar con la pobreza, promover la educación y proteger el medio ambiente».
Para Sachs, el IGP, elaborado por el Instituto para la Economía y la Paz, con sede en Australia y EEUU, no sólo sirve para llamar la atención sobre cuestiones «cruciales», sino que también «ayuda a entenderlas para poder invertir de forma productiva en la paz mundial».
Pese a la crisis económica mundial, los países de Oriente Medio, el norte de África y el África Subsahariana siguen siendo los que han experimentado más avances en la reducción de sus niveles de violencia desde que el índice se presentara por primera vez en 2007.
Una mayor estabilidad política y un menor acceso a armas son algunas de las causas que explicarían la reducción de los conflictos en esas áreas, revela el IPG, cuyos resultados compila y analiza la Unidad de Inteligencia de la revista británica «The Economist».
Por el contrario, el sur de Asia ha sido la región que ha experimentado un mayor incremento en la violencia como resultado del aumento de los fallecidos en conflictos internacionales y los abusos en los derechos humanos, mientras que los países de América Latina siguen descendiendo en el índice a causa de la violencia interna y del aumento en los homicidios y la criminalidad.
Europa occidental sigue siendo la región más pacífica, ya que la mayoría de los países que copan el «top-20» del índice están en esta zona.