Traducido para Rebelión por Germán Leyens
¿Impide la política de cuotas de la OPEC la revelación de los cálculos reales?
Hablando de petróleo, cabe poca duda de que entre un 45 y un 50 por ciento se encuentra en cinco países del Medio Oriente: Irak, Irán, Arabia Saudí, Kuwait y los Emiratos Árabes Unidos. ¿Pero cuánto hay en realidad?
La pregunta parece sencilla, incluso simplista. Pero basta una mirada superficial al estado del petróleo que queda en el mundo para pensar algo diferente.
Es una perogrullada decir que el petróleo es la fuente de energía más vital conocida actualmente por el ser humano. Y a pesar de ello, sorprendentemente, los fundamentos de las cifras de «reservas» de esta materia prima están construidos sobre arena geopolítica.
Durante toda la época del petróleo, el engaño tan sistemático del público, de los inversionistas, de unos a otros y del mercado ha convenido tanto a los gobiernos como a las corporaciones que ahora ningún analista puede conocer la verdad.
Por cierto, parece que la mayoría de los gobiernos y de las corporaciones ya no lo saben ni ellos mismos, a fuerza de manipular tan a menudo las cifras.
El geólogo y estadístico del petróleo Jean Laherrere es una de las principales personalidades de la industria que pone en duda las cifras gubernamentales y corporativas. Dice: «Lo que se necesita para las definiciones de las reservas es buena práctica y buenas reglas, con las que todos los países del mundo estén de acuerdo».
Puede ocurrir que tengamos que esperar bastante hasta que algo así llegue a suceder.
Shell da marcha atrás
Tomemos dos ejemplos sencillos. El primero es Royal Dutch Shell. Una de las tres súper grandes, este año Shell, como es bien sabido, redujo en un 23% el tamaño de sus reservas casi de un día al otro. Unos 4.480 millones de barriles.
Un poco más de un 20% fue efectivamente descartado en un solo día. Si la Shell extrajera su petróleo al ritmo al mismo ritmo que en la actualidad, y si no descubre más petróleo en ese período, a la Shell se le acabaría el petróleo en una década.
La industria es perjudicada por la falta de datos fiables de producción
Shell no está sola. El Paso de Houston Texas se corrigió hacia abajo por un sorprendente 43% el 31 de diciembre de 2003.. Forest Corps, que había anunciado un nuevo campo de 49 millones de barriles, Redoubt Shoal en Alaska, redujo un año más tarde esa cifra a sólo ocho millones.
Hay muchas otras. Las corporaciones son, desde luego, cotizadas en las bolsas de valores, los anuncios de grandes reservas inflan los precios de las acciones. También odian que se filtren informaciones a los competidores. Al final esto crea mucha inseguridad en el mercado.
Fatih Birol de la Agencia Internacional de Energía considera los elevados precios actuales como un problema que las compañías y los gobiernos pueden subsanar. Pero incluso él nos dijo que «la necesidad de más transparencia y de datos de conjunto es obvia. La inversión en nuevos campos de actividad es también de extrema importancia».
El caso de Kuwait
Nuestro segundo ejemplo es un estado-nación, el miembro de la OPEC, Kuwait. El gobierno dice que los kuwaitíes «tienen un 10% de las reservas totales del mundo». Pero en 1985 se vieron ante un dilema.
La OPEC decidió permitir a los países miembros que bombearan sólo un cierto porcentaje de sus reservas. El punto obvio era que mientras más reservas decías que tenías, más podías extraer. Mientras más podías extraer, más dinero ganabas.
De nuevo, Kuwait dice actualmente que sus reservas son de 94.000 millones de barriles. Pero ha informado que sus reservas son de 94.000 millones de barriles desde 1991. Sin ajustar la cifra, durante todos estos años y en cada año. Esto, a pesar de su producción diaria y de no haber encontrado nada de importancia.
Desde luego Kuwait, como Shell, no se encuentra solo. Las reservas de Irak siguen siendo las que fueron mencionadas por el antiguo presidente Sadam Husein. En respuesta al aumento de Kuwait en 1985, Sadam anunció en 1987 que las reservas petrolíferas de Irak no eran en realidad de 47.100 millones de barriles sino «reservas de 100.000 millones de barriles».
No sólo la producción y una infraestructura con pérdidas no afectaron esas cifras; en realidad ocurrió lo contrario. En la actualidad hablan realmente de 112.000 millones de barriles.
Datos inverosímiles
El banquero inversionista en la energía Matthew Simmons, presidente y director ejecutivo de Simmons and Co, que contribuyó al plan de energía Bush-Cheney, lo dice a su manera:
«Todavía no tenemos ningunos datos fiables sobre dos grandes campos [de Irak]. El más famoso es Kirkuk y no tenemos absolutamente ningún dato nuevo al respecto. Es un campo muy viejo y la idea de que repentinamente Irak pueda producir cinco o seis millones de barriles por día no es más que una broma. Es estúpido.»
La reacción del mercado juega un papel importante en la formulación de políticas de las grandes firmas petroleras.
Pero la vertiente de ingresos basada en las cuotas de la OPEC ha significado que Abu Dhabi (31-92000 millones), Venezuela (25-56.000 millones), Irán (48.8-92.900 millones) y Arabia Saudí (170-257.500 millones) han hecho lo mismo.
Y mientras la compañía petrolera nacional de Arabia Saudí, Aramco, afirma que tiene 257.500 millones de barriles, su vicepresidente ejecutivo recientemente jubilado, Sadad Al Husseini, ha dicho que son en realidad «130.000 millones de barriles de reservas comprobadas».
La alternativa de los saudíes
¿Así que a quién se le puede creer? Lo mejor es decidirse por ‘ninguno de los mencionados’. Junto a la conducta incorrecta de las corporaciones y las cuotas de la OPEC, las consideraciones políticas confunden aún más la situación.
«La OPEC no cambiará su sistema de información mientras se utilicen las cuotas. Sólo cuando el suministro se haga escaso y las cuotas inútiles, aceptará la OPEC la presentación de cálculos reales.»
Jean Laherrere, geólogo y estadístico del petróleo.
Tomemos a los venezolanos como ejemplo. Son los quintos exportadores al mercado mundial, suministrando cerca de un 13% de las necesidades diarias de EE.UU. Es uno de los países miembro de la OPEC que actualmente se alegra por los altos precios del petróleo.
Esto parece deberse sobre todo a las dificultades económicas que sufre el gobierno de Hugo Chávez. Así, una supuesta escasez de reservas, la creencia de que han sido sobreestimadas, puede realmente venirle bien a Venezuela a corto plazo.
Otros, como Arabia Saudí desean la estabilidad de los precios y son más cómplices de las naciones consumidoras. Pero luego, por cierto, si las cifras de las reservas petrolíferas resultan haber sido sobreestimadas, los precios del mercado aumentarían, habría una recesión, la demanda caería y los países de la OPEC se verían repentinamente con menores ingresos.
Se necesita una auditoría
La inestabilidad política en Nigeria ha contribuido a las fluctuaciones del precio.
El productor no-OPEC, Rusia, es también un importante proveedor en la escena mundial. Una sola compañía, Yukos, bombea cerca de un 2% de la demanda global diaria. Pero muchas de sus cifras de reservas son de la era soviética.
Desde el colapso de la Unión Soviética, el cálculo de la reserva rusa ha bajado en cerca de un 30%. Ya hace mucho tiempo, en 1993, un ministro ruso del petróleo describió las reservas de su país como «fuertemente exageradas por la inclusión de reservas y recursos que no son ni fiables ni tecnológica ni económicamente viables».
Simmons, el banquero inversionista en la energía, lo dice de modo más brutal: «No confío para nada en las actuales cifras rusas. Globalmente tiene que haber una auditoría de las compañías petroleras. El problema es que habría muchas depreciaciones. Muchas. Así que nadie estaría de acuerdo».
Por lo tanto, los cinco grandes países del Medio Oriente tienen cerca de la mitad del petróleo que queda en el mundo, de eso podemos estar bastante seguros. Pero cuánto hay realmente, cuánto tienen todos los demás y cuánto va a durar, nadie lo sabe.
http://english.aljazeera.net/NR/exeres/8AEF2417-CBDF-4E99-A8D2-CAA5409C147E.htm
12 de agosto de 2004