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La hipocresía en materia de armas nucleares (I)

Fuentes: Rebelión

El día 26 de septiembre del 2020 se conmemoró el Día Internacional para la Eliminación Total de las Armas Nucleares.

Ello, en el marco de lo que el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU) Antonio Guterres definió como la necesidad de reiterar su exhortación, para que los estados parte colaborasen, para que el Examen de 2020 del Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares sea todo un éxito (1)

Un Examen que permite que los estados partes examinen la aplicación de las disposiciones del Tratado desde 2015, teniendo en cuenta que, a pesar de las consultas intensivas, la Conferencia de Examen de 2015no pudo llegar a un acuerdo sobre la parte sustantiva del proyecto de documento final. El mismo Guterres, el día 2 de diciembre en el seno de la ONU señaló que “Desgraciadamente, el progreso hacia una eliminación total de las armas nucleares está en punto muerto y corre el riesgo de verse comprometido». El pesimismo del secretario general de la ONU tiene su base en lo que es una evidencia, los acuerdos rotos entre Estados Unidos y la Federación Rusa en materia nuclear, que constituyen una erosión de la arquitectura de control de armas nucleares, teniendo como fondo las cada día más crecientes tensiones internacionales, que deja muy poco espacio para que el optimismo se imponga.

En específico, el Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio (INF por sus siglas en inglés) firmado en 1987 entre Washington y Moscú, que significó la destrucción de unos 2.700 misiles con un alcance de entre 500 y 5.500 km. Un Tratado en etapa terminal desde el año 2019, donde los europeos se quedaron sin lo que se denominó el “paraguas nuclear estadounidense” El último acuerdo nuclear entre Moscú y Washington, denominado “New Start” concluido el año 2010, tiene su fecha de expiración a principios del año 2021. Un Acuerdo que limita los arsenales nucleares de ambas superpotencias por debajo de las cifras que se manejaron en la guerra Fría y cuya extensión está marcada por la incertidumbre

Las estimaciones más modestas establecen, según datos del Instituto Internacional de estudios Para la Paz de Estocolmo (SIPRI por sus siglas en inglés) que existen en el mundo alrededor de 14.465 armas nucleares. Y el uso de cifras poco certeras obedece a que transitamos por terrenos escabrosos, donde ni siquiera los Tratados entre las superpotencias nucleares como Estados unidos y Rusia han logrado definir cifras confiables y menos aún conocer qué cantidad de armas de destrucción masiva tienen entidades como Israel, que no sólo no es firmante del Tratado de No proliferación Nuclear, sino que además se resiste a cualquier tipo de control.

Del total de armas mencionadas, 3.750 de estas se encuentran desplegadas, listas para su uso inmediato y 10.715 armas no desplegadas. Hablamos de casi un 25% de artefactos, de ser utilizadas apenas se activen las alarmas y se autorice el uso de estas Armas de Destrucción Masiva (ADM). Del total de cabezas nucleares 6.850 están en manos de Rusia de las cuales 1.600 están desplegadas (2) en forma activa. En el caso de estados Unidos, este país posee 6.450 artefactos nucleares, de las cuales 1.750 son ojivas desplegadas en forma activa, prestas para su utilización inmediata. Francia, la otra potencia nuclear reconoce la existencia de 300 armas nucleares – 280 de ellas desplegadas en forma activa, principalmente en submarinos de propulsión nuclear.

En el caso de la República Popular China, este país se ha dotado de 280 armas nucleares, en su totalidad desplegadas para uso inmediato. El Reino Unido posee un arsenal de 215 armas, de las cuales 190 están desplegadas, principalmente en cuatro de sus submarinos. Paquistán y la India, cada uno de ellos con una cifra estimada entre 140 a 150 artefactos nucleares, todos ellos activos. En el caso de la entidad sionista este régimen posee una cifra de armas que resulta una incógnita pero que se señala que podrán estar en el rango entre las 200 a 400 armas nucleares. Por parte de Corea del Norte se estima que posee una veintena de armas nucleares y a pesar de ese número muy menor la campaña mediática en su contra no tiene parangón.

Este es el exclusivo club de países equipados de un tipo de armas,  que sólo ha sido utilizado en dos ocasiones en el mundo, en agosto del año 1945 cuando Estados Unidos bombardeó las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, mostrando el poder destructor y aterrador de aquellas armas, que dotadas de 20 kilotones de TNT (es decir, 20 mil kilos de TNT) se encuentran muy lejos del poder de muerte de bombas que superan los 20 megatones (20 millones de toneladas de TNT) y más, capaces de destruir el planeta varias veces y que han superado la vieja discusión respecto a si las podemos clasificar como nucleares tácticas (para ser utilizada en campos de acción más pequeñas menores a mil kilotones y que hipotéticamente se pueden usar en distancias inferiores a los 800 kilómetros. Esto a diferencia de las estratégicas, destinadas a destruir silos de lanzamiento enemigo, centros de mando intercontinentales, grandes ciudades. Y digo que es una discusión estéril pues si Israel se decide lanzar una bomba nuclear, por ejemplo contra Siria, los efectos de tal decisión se dejarían sentir en toda la región.

En los últimos 5 años, tras la firma del llamado Plan Integral de Acción Conjunta (JCPOA por sus siglas en inglés) rubricado por el denominado G5 + 1 conformado por Rusia, China, Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Alemania; teniendo como contraparte a la República Islámica de Irán, unido a la Resolución N.º 2231 que acoge dicho acuerdo en el seno del Consejo de Seguridad de la ONU y sobre todo tras el retiro unilateral de Washington en mayo del año 2018; el tema nuclear ha estado en el centro del debate.

Tanto en el plano regional (zona de Asia Occidental) como también mundial, ya sea por las ramificaciones que dicho acuerdo trae a cuenta, como también las disputas entre Estados Unidos y la Federación Rusa en el contexto del abandono de Washington de tratados firmados en el ámbito de misiles de corto y mediano alcance y que implican a Europa. Ambas situaciones nos llevan a la necesidad de analizar y dar cuenta respecto a: primero, la posesión de armas nucleares, quienes son firmantes o no del Tratado de no Proliferación Nuclear (TNPN) y, en segundo lugar el explicarse por qué, regímenes como el israelí goza de tal impunidad, al poseer centenares de artefactos nucleares, sin que exista prohibición alguna a ese programa nuclear ofensivo, no reciba visitas de inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA).

Realidad que se explica por contar el apoyo descarado y cómplice de Washington y las potencias occidentales. Ello, en una clara política de hipocresía cuando se trata del sionismo. Cuando se trata de irán, por ejemplo, con programas nucleares, incluso definidos por sus autoridades como pacíficos, igualmente son sometidos a presiones, sanciones y acciones destinadas a socavar y desestabilizar a estos países. Es la política del doble rasero de hablar de democracia y al mismo tiempo apoyar a monarquías totalitarias, atacar a países que buscan su camino propio y de esa forma generar políticas de dominio de sus riquezas naturales e impedir la plena soberanía d ellos pueblos.

El Plan Integral de Acción Conjunta ha tenido una serie de altibajos, entre ellos el mencionado retiro de Estados Unidos, en mayo del año 2018. Decisión tomada por la administración Trump, borrando con el codo lo que su antecesor, Barack Obama había firmado bajo la mirada y testigos internacionales. Una decisión que implicó seguir con la política de sanciones impuestas por Washington contra Irán e incluso ejercer presiones, para que el resto de los firmantes siguieran con esos actos, a esas alturas absolutamente ilegales en el plano del derecho internacional. Variaciones, que también han mostrado el temor de los países europeos firmantes del acuerdo: Francia, Alemania y Gran Bretaña, que suelen actuar como países faltos de ejercicio cabal de su soberanía lo que ha implicado el firme rechazo y la denuncia de la nación persa a esa actitud. Sólo China y la Federación Rusa han tenido una línea de consecuencia y apoyo al JCPOA desde su firma y eso permite mantener aún en pie este Plan.

La pregunta que surge es ¿por qué Estados Unidos tiene este alegato permanente, artificioso y plagado de mentiras respecto a Irán y hacer exigencias, vinculados, por ejemplo al programa de misiles de la nación persa, que no han estado jamás contempladas en el Plan integral de Acción Conjunta? El fundamento de esta conducta tiene varias aristas y que en general suelo mencionarlas cuando se trata de hablar de armas nucleares en la zona. Primero, seguir creando un escenario desestabilizador en la región de Asia occidental. Segundo, presionar y cercar a la República Islámica de Irán, tanto en sus fronteras como impedir su apoyo al Eje de la Resistencia contrarrestando su labor en beneficio de la lucha contra el imperialismo y sus socios sionistas y wahabitas. Y, sobre todo, en tercer lugar, proteger a su gran aliado y punta de lanza de todas las políticas hegemónicas de Washington y sus aliados occidentales en la zona: la entidad sionista. El hijo putativo al cual hay que proteger a sol y sombra incluso, a contrapelo del derecho internacional. “Israel es el hijo predilecto del imperialismo y la retroalimentación genera, que ese imperialismo, sea el fiel aliado del sionismo, conformando un binomio amenazante, peligroso, criminal”

Notas

  1. Es un tratado internacional clave cuyo objetivo es prevenir la propagación de las armas nucleares y la tecnología armamentística, promover la cooperación en la utilización de la energía nuclear con fines pacíficos e impulsar el objetivo de lograr el desarme nuclear y el desarme general y completo. El TNP es el único tratado multilateral que representa un compromiso vinculante para los Estados poseedores de armas nucleares respecto del objetivo del desarme. https://www.un.org/es/conferences/npt2020
  2. Se entiende por ojiva desplegada toda aquella situada en misiles o sistema de misiles múltiples ubicadas en bases con fuerzas operativas en condiciones de entrar en acción inmediata. No están almacenadas ni en reserva, sino que plenamente vigentes.