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La junta militar en Myanmar vende los recursos birmanos a sus vecinos a cambio de ‘legitimidad’

Fuentes: The Irrawaddy

Traducido para Rebelión por Cristina Alonso

Desde que dio un golpe de estado el 1 de febrero contra el gobierno electo de la Liga Nacional para la Democracia o NLD, el ejército de Myanmar (también conocido como Tatmadaw), ha enfrentado las inesperadas protestas públicas en todo el país y también el Movimiento de Desobediencia Civil o CDM del sector del servicio público.

Todo esto ha perturbado la economía y los servicios, llevando al país al borde del colapso estatal y la guerra civil. Ahora, el Consejo de Administración del Estado o SAC que lidera la junta militar intenta estabilizar esta situación vendiendo los recursos del país a sus amigos vecinos, Tailandia y China.

Durante su viaje al estado Karen el 31 de mayo el líder del golpe, el General Min Aung Hlaing, anunció un plan para reanudar el controvertido proyecto de la presa Hatgyi para la generación de energía. Los patrocinadores del proyecto son la Autoridad de Generación de Energía de Tailandia o EGAT, Sino-hydro, IGE Company Limited, propiedad del hermano del actual comandante en jefe de la marina, y el Ministerio de Energía y Electricidad o MOEE. El embalse se encuentra en una zona afectada por el conflicto en el estado Karen, donde recientemente estallaron los combates entre el ejército de Myanmar y las brigadas del Ejército Karen de Liberación Nacional o KNLA, el brazo armado de la Unión Nacional Karen o KNU.

También circulan rumores de que el proyecto de 1.400 megavatios del Alto Salween (Kunlone) fue aprobado y se firmó un Memorando de Acuerdo (MOA) entre la empresa Hanergy Group Holdings, plagada de escándalos, Asia World, que pertenece al hijo del difunto narcotraficante Lao Hsing Han, y el MOEE del gobierno de Myanmar.

Al mismo tiempo, se han renovado el Comité Directivo de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI, por sus siglas en inglés) y los comités pertinentes y el general es ahora el presidente de este comité, que es el de más alto rango para la formulación de políticas en cuanto al Corredor Económico China-Myanmar o CMEC, corredor que es, en el marco de la Iniciativa BRI de China, el tramo más importante del Corredor Bangladesh-China-India-Myanmar o BCIM. En la ejecución de los proyectos del CMEC, que incluyen el puerto de aguas profundas de la Zona Económica Especial (ZEE) de Kyaukphyu, la consulta pública no será necesaria y se ha eliminado una cláusula sobre las funciones del comité conjunto de ejecución de la Iniciativa BRI. Esto indica que inversores chinos no tendrán que preocuparse por las protestas públicas contra sus inversiones ni pasar por un largo proceso de consulta pública.

La Comisión de Inversiones de Myanmar o MIC, controlada por el SAC, también ha aprobado la propuesta del proyecto Mee Lin Gyaing LNG to Power, de 2.500 millones de dólares, presentada durante el mandato del depuesto gobierno del NLD y uno de los proyectos de la Iniciativa china BRI en Myanmar. El megaproyecto energético será ejecutado por un consorcio dirigido por empresas chinas.

Asimismo, el vice general Soe Win, del SAC, se ha convertido en el presidente del comité central de la Zona Económica Especial o ZEE de Myanmar, mientras que todos los comités de trabajo y de gestión de las ZEE han sido sustituidos recientemente por oficiales de alto rango del ejército y personal civil en favor de la junta. Hay tres Zonas Económicas Especiales o ZEE en Myanmar: Thilawa, Dawei y Kyaukphyu. Solamente Thilawa está en fase operativa. El acuerdo de accionistas ZEE del proyecto de puerto de aguas profundas en Kyaukphyu se firmó durante la visita del presidente chino Xi Jinping en enero de 2020, entre la empresa estatal china CITIC y el Comité de Gestión ZEE de Kyaukphyu, y en noviembre de ese año se firmó un acuerdo de concesión. Se convocó una licitación para realizar una evaluación de impacto ambiental y social (ESIA, por sus siglas en inglés) en enero de 2021, justo antes del golpe de estado.

Hay varias razones que explican los recientes movimientos del SAC en relación con la Iniciativa BRI, las ZEE y los proyectos hidroeléctricos.

No deben tomarse al pie de la letra. Estos movimientos pueden considerarse parte de la gran estrategia del SAC para ganar legitimidad con cierto nivel de capacidad de gobierno, controlar las organizaciones armadas de las minorías étnicas (las EAO, por sus siglas en inglés) y aniquilar al Gobierno de Unidad Nacional en la oposición. Tras obtener el reconocimiento de China y de algunos países de ASEAN, especialmente Tailandia, la junta puede predecir que otros países de la región Asia-Pacífico seguirán su ejemplo, muy probablemente Japón, Corea e India.

El SAC está vendiendo al por mayor, por tanto, los recursos naturales birmanos a China y Tailandia, en un intento de persuadir a estos países para que reconozcan su autoridad. La junta está utilizando el mismo manual de instrucciones que, en la década de 1990, utilizó el anterior régimen militar, el Consejo Estatal de Restauración de la Ley y el Orden o SLORC. El SLORC otorgó a Tailandia amplias concesiones en sectores estratégicos como la pesca, la explotación forestal, el petróleo y el gas, a cambio de que el gobierno tailandés redujera el apoyo a la Unión Nacional Karen o KNU. Del mismo modo, firmó numerosos Memorandos de Entendimiento con empresas estatales chinas para llevar a cabo proyectos hidroeléctricos en el río Irrawaddy. La idea es que cuantos más acuerdos al por mayor decidan implementar China y Tailandia, más apoyo tendrán que prestar al SAC y más tendrán que frenar a las EAO en sus fronteras para garantizar la seguridad de sus proyectos y trabajadores.

Los proyectos hidroeléctricos son atractivos para la inversión china y tailandesa porque sus acuerdos de concesión son los conocidos como contratos 90/10: los inversores se llevan la mayor parte de los beneficios mientras que el país anfitrión y las comunidades locales tienen que pagar el coste de los daños medioambientales y de la pérdida de medios de vida. Además, el 90% de la electricidad generada en estos proyectos se vende a los países inversores, por lo que éstos pueden controlar los flujos de ingresos y reducir los riesgos del proyecto, ya que no dependen de la transmisión, el sistema de distribución y las condiciones macroeconómicas del país anfitrión.

Con respecto a las Zonas Económicas Especiales o las ZEE, Kyaukphyu es imprescindible para el Corredor Económico China-Myanmar o CMEC de China, que espera proporcionar a su provincia de Yunnan, sin salida al mar, una puerta de entrada. Voces expertas alertan que su valor geoestratégico es más importante para China que su viabilidad comercial. Para Japón, será difícil no invertir en la ZEE de Dawei, ya que China llenará el vacío si decide abandonarla. India también se enfrentará al mismo dilema estratégico que Japón, al verse cercada por sus archienemigos chinos, con sus corredores CMEC y BCIM, y por sus aliados.

Si la gran estrategia del SAC funciona, la influencia de China definitivamente aumentará, lo que posiblemente conducirá a su expansión hacia el sur, uniéndose a su corredor indochino. Esto supondrá una amenaza para la seguridad de ASEAN, especialmente para los países que tienen problemas territoriales con China en el Mar de la China Meridional. A su vez, esto desestabilizará toda la región y atraerá a los Estados Unidos y a sus aliados a un juego ya tenso de competencia estratégica.

Lamentablemente, Myanmar nunca se convertirá en una nación estable y próspera bajo el SAC, que actúa para ganar la legitimidad de sus países vecinos mientras hace la guerra a su propia ciudadanía.

Lin Htet Myat es analista de políticas públicas y se centra en la gobernanza económica y los proyectos de asociación público-privada en Myanmar.

Fuente original en inglés: https://www.irrawaddy.com/opinion/guest-column/myanmar-junta-sells-resources-to-neighbors-in-exchange-for-legitimacy.html