Traducido para Rebelión por Susana Merino
Una ONG, China Labor Watch, ha estudiado las condiciones de trabajo de diez fábricas que proveen a las grandes marcas electrónicas y denuncia el abismo existente entre el discurso de responsabilidad social empresarial de las multinacionales y la realidad de las fábricas. Las cargas de trabajo y los horarios son excesivos. Los bajos salarios obligan a aceptar horas extra suplementarias.
En China las condiciones de trabajo en las fábricas del sector electrónico son «inhumanas» estima la ONG China Labor Watch (CLW). Esta organización de defensa de los derechos de los trabajadores con sede en Nueva York, ha publicado un informe sobre diez de esas fábricas que trabajan para las grandes marcas mundiales. Esas fábricas producen ordenadores y otros productos electrónicos para Dell, IBM, Ericsson, Philips, Microsoft, Apple, HP y Nokia.
La CLW ha investigado especialmente la fábrica del propietario taiwanés Foxconn en Shenzhen, en el sur de China, en la que en la primavera de 2010 se produjeron una serie de suicidios que llamaron la atención de los medios. La organización comprobó que la duración y la carga de trabajo no eran «peores que en otras fábricas de la industria electrónica».
La investigación se llevó a cabo durante ocho meses, entre octubre del 2010 y junio último. Cuatrocientos ocho obreros fueron entrevistados en diez fábricas ubicadas en el Guangdong y el Jiangsu. Se estima que estas provincias costeras ofrecen condiciones de trabajo más favorables que otras regiones del interior del país.
Ocho de las diez fábricas visitadas son proveedoras de Dell, siete de HP. Estas fábricas emplean entre 1.000 y 47.000. Para poder acceder a las fábricas los investigadores se hicieron pasar por obreros. En tres de ellas tuvieron que hacerse contratar como tales. Las entrevistas se realizaban fuera de los lugares de trabajo.
No se respetan las leyes laborales
Para CLW estás fábricas no respetaban desde 2008 las leyes laborales que rigen en China. La mayoría de las violaciones de las reglamentaciones pueden clasificarse en cinco categorías: excesivos horarios de trabajo, elevadas cargas de trabajo, salarios limitados, contratos oscuros y discriminación de empleo por sexo y edad.
La jornada laboral es de 10 a 14 horas diarias, con grandes variaciones estacionales, vinculadas a la demanda de los productos actualizada y renovada permanentemente: las horas extra requeridas pueden variar de treinta y cinco a ciento sesenta horas mebsuales. Ninguna de las empresas visitadas respetaba la ley que permite un máximo de 36 horas extras mensuales.
Los bajos niveles salariales obligan a los obreros a aceptar horas suplementarias. En Hongkai Elextronics, por ejemplo, el salario mínimo mensual era en octubre último de 138 dólares, del que se descuentan 6 dólares por el dormitorio, 40,50 por alimentación y 15,30 por seguro social. De este modo el salario neto mensual es de 76,20 dólares.
En las diez fábricas visitadas, la carga de trabajo es extremadamente alta. En una línea de producción HP, los obreros deben realizar una operación cada tres segundos trabajando de pie diez horas seguidas. En muchas de las fábricas visitadas, solo se acepta una pausa de diez minutos a mitad de jornada. Los obreros pueden tomar agua y usar los baños durante esa pausa.
En cuanto a la forma de contratación la mayor parte del tiempo no se informa a los obreros de las condiciones de los contratos que deben firmar.
Finalmente cinco de las fábricas visitadas discriminan la contratación según sexo y edad. Tyco Electronic solo contrata mujeres. Las aspirantes a un empleo en MSI deben realizarse un test de embarazo. En Shanghai Quanta, un tercio de los empleados tenía menos de 18 años.
Presión sobre los profesionales
Las multinacionales que contratan a estas empresas consideran que solo las mismas empresas son las responsables de los abusos. CLW considera que las infracciones de las leyes se deben a menudo a las exigencias de plazos y precios de las multinacionales clientes. Las condiciones comerciales repercuten en las condiciones laborales.
CLW fue fundada en 2000 por Li Qiang, su director. Desde hace diez años esta ONG colabora con los sindicatos y los medios llevando a cabo investigaciones en las fábricas chinas que producen juguetes, bicicletas, calzados, muebles, ropa y electrónica para las grandes empresas estadounidenses. Los informes publicados están destinados a informar a la comunidad internacional y a presionar sobre los profesionales para que mejoren las condiciones laborales.
Al presentar este informe, Li Quiang considera que «las inhumanas condiciones laborales no solo reflejan los serios problemas de la industria china, sino también los que existen en la industria electrónica internacional. Es irresponsable que las multinacionales continúen pregonando ideales de responsabilidad social (corporate social responsability) mientras sus acciones contradicen totalmente esos ideales».
Foxconn quiere sustituir a 500.000 empleados chinos por robots en un lapso de tres años
El grupo taiwanés Foxconn, número uno mundial de componentes para ordenadores, provee componentes a Apple, Sony y Nokia. Emplea más de un millón de personas en sus fábricas chinas, la mitad en la región de Shenzhen. El año pasado se suicidaron 14 obreros. Como consecuencia de esta ola de suicidios Foxconn aumentó los salarios de sus fábricas en un 70%.
Foxconn dispone actualmente de 10.000 robots que realizan tareas de pintura, soldadura y ensamblaje. Esa cantidad aumentaría a 300.000 el año próximo y a un millón en 2014.
rCR