Desde hace varios años se viene alertando sobre las consecuencias del cambio climático, la privatización del agua y la falta de acceso a la misma como se ha expresado anteriormente en una Editorial de Virginia Bolten que titulaba: El agua y el derecho a la vida y la Fotogaleria: Verdurazo por el agua.
En la actualidad, en lugar de cooperación se está dando un importante conflicto entre tres de los 11 territorios que se encuentran dentro de la cuenca del mayor río africano, el rio Nilo. Esta compleja situación se da entre Egipto, Sudán y Etiopía.
El río Nilo, junto con el río Amazonas es considerado uno de los más largos del mundo. Tiene dos fuentes principales: el Nilo Blanco que es cerca del 20% de la fuente del Nilo y el Nilo Azul que representa el 80%. Este último tiene su nacimiento en el Lago Tana en Etiopía y fluye hacia el norte en dirección a Sudán y posteriormente a Egipto para luego desembocar en el mar Mediterráneo.
Etiopía está construyendo en el Nilo Azul, la Gran Presa del Renacimiento Etíope, la más grande de África. Para dar una idea de la importancia de esta hidroeléctrica para el país, muchas personas trabajadoras donan parte de su sueldo para financiarla. No solicitar financiamiento externo fue una estrategia para que no haya posibles presiones por parte de Egipto que frenen su construcción.
Si bien el proyecto data de fines de la década del 50, no se hizo efectivo por el golpe militar y la guerra civil etíope. La represa comenzó su construcción en el año 2011, sin un acuerdo transfronterizo son Sudán y Egipto. Sin embargo, en el año 2015 se firmó un acuerdo entre los gobiernos de estos territorios (dos dictaduras; Egipto y Sudán). En el que Etiopía se comprometía a no afectar la disponibilidad de agua a Sudán y Egipto.
A pesar de este acuerdo, cuando Etiopía comenzó el llenado del embalse construido, del tamaño de 2 a 3 veces el lago Tana, se intensificó el conflicto con Egipto y Sudán. Es importante destacar que en este último, en el año 2019, el gobierno dictatorial de Omar Hasán Ahmad al Bashir, quien gobernó durante 30 años, fue derrocado por masivas protestas civiles. El nuevo gobierno de transición cambió de posición respecto a muchas de las políticas de Omar al Bashir, entre ellas un acercamiento a Egipto y Occidente.
La postura de Egipto es histórica respecto del uso del agua del Nilo ya que fue crucial para su población desde la antigua civilización egipcia. Desde el año 1902 viene realizando acuerdos afianzando su posición dominante sobre el Nilo con apoyo internacional. Butros Butros-Ghali, ex Ministro de Relaciones Exteriores de Egipto, en una entrevista al periódico BBC en el año 1985 presentó la posición de este territorio respecto del Nilo: “la próxima guerra en Oriente Medio, se librará por el agua, no por política”. Su postura se modificó siendo el Secretario General de la ONU entre 1991 y 1996, al expresarse a favor de la cooperación.
La actual fase del conflicto sobre el Nilo Azul, es alimentada por la situación política en cada uno de los países. En el caso de Egipto, el gobierno se encuentra frente a una grave crisis económica y social; Etiopía está en una guerra civil desde que el Primer Ministro Abiy Ahmed Ali anunció en noviembre de 2020 una ofensiva militar contra el Frente de Liberación Popular de Tigray. Irónicamente Ali recibió un año antes el Premio Nobel de la Paz.
En caso de un conflicto armado entre estos países, las consecuencias recaerán sobre las poblaciones que sufren los efectos de gobiernos que no son elegidos por el pueblo. Asimismo está en riesgo el acceso sin distinción de fronteras para el riego utilizado por agricultoras y agricultores.
Fuente: http://virginiabolten.com.ar/internacionales/las-guerras-del-agua-egipto-sudan-y-etiopia/