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Los efectos del tsunami sobre el patrimonio

Fuentes: La Vanguardia

Las pérdidas de miles de vidas humanas en los países azotados por el maremoto del golfo Lde Bengala y el Índico pasarán a la historia como una de las grandes tragedias del siglo XXI. La ayuda humanitaria desplegada en la zona trata de asegurar en estas primeras semanas la asistencia básica a los afectados, especialmente […]

Las pérdidas de miles de vidas humanas en los países azotados por el maremoto del golfo Lde Bengala y el Índico pasarán a la historia como una de las grandes tragedias del siglo XXI. La ayuda humanitaria desplegada en la zona trata de asegurar en estas primeras semanas la asistencia básica a los afectados, especialmente médica y alimentaria. Paralelamente a este periodo de ayuda de emergencia, se han iniciado diferentes tipos de diagnóstico en las zonas más afectadas para determinar acciones de apoyo a la reconstrucción en un futuro inmediato, aunque algunas áreas son, por el momento, únicamente accesibles por mar o aire. El Consejo Internacional de Monumentos Históricos y de Sitios (Icomos) y el Consejo Internacional de Museos (ICOM) lideran este proceso previo, bajo la tutela de la Unesco, para poder diseñar acciones coordinadas que aseguren una mayor eficacia y efectividad.

Los primeros informes que emitió la Unesco elevaban a cinco los sitios afectados por el tsunami en lista de patrimonio de la humanidad.

Tras la primera revisión in situ, afortunadamente ésta se redujo a la ciudad portuaria de Galle (Sri Lanka) y los parques nacionales de Ujung Kulon y el bosque tropical lluvioso de Sumatra (Indonesia). La ciudad de Georgetown en Penanj (Malasia), en la lista indicativa de la Unesco junto con Malacca, también se ha visto afectada.

La ciudad de Galle fue fundada por los portugueses en el siglo XVI e inscrita en la lista del patrimonio mundial en 1998 por su centro histórico y sus murallas. La zona portuaria ha sido la más afectada, especialmente el Centro de Arqueología Submarina, desde donde se dirigían las excavaciones de barcos holandeses hundidos en el puerto.

El parque nacional de Ujung Kulon, inscrito en la lista en 1991, y parte del parque nacional de Gunung Leuser en zonas de bosque tropical lluvioso de Sumatra, recién declarados en 2004, han sido los sitios patrimoniales declarados por la Unesco más afectados en Indonesia. La práctica totalidad de los animales se ha podido salvar en las zonas altas alertados por los elefantes y otros animales, que provocaron una estampida previa a la llegada de las olas. Los daños del litoral se centran básicamente en infraestructuras de recepción y atención a los visitantes y en las poblaciones que viven en el recinto de las áreas protegidas.

En la lista indicativa se encuentra la ciudad de Georgetown, inscrita entre los 100 sitios patrimoniales en peligro del mundo. Debe su nombre al rey Jorge III de Inglaterra, que la convirtió en uno de los principales centros comerciales de la época colonial, dotada de un importante legado patrimonial donde convergen las influencias británica, china, india y malaya. Las zonas más afectadas corresponden a las instalaciones portuarias y al litoral, donde se asentaban especialmente comunidades de pescadores.

Se ha conservado la mayor parte de los templos en las zonas afectadas por el maremoto, como es el caso de la provincia de Aceh, en cuya capital, Banda Aceh, la gran mezquita de Baiturrahman es uno de los pocos edificios que se mantiene en pie, aunque ha sufrido también daños parciales.

Entre los pueblos indígenas, los más afectados son los del mar de Andamán. Los grupos jarwas, onges, shompens, sentenaleses y gran andamaneses de Andamán del archipiélago indio de Andamán y Nicobar sobrevivieron al tsunami, ya que percibieron el peligro a través de señales del cambio de conducta de los animales y se adentraron a los bosques del interior. Por el contrario, la tribu de los nicobareses, especialmente los de Can Nicobar, ha perdido a varios de sus miembros. El litoral y sus hábitats están totalmente devastados. La Sociedad Antropológica de India ha estado trabajando en la zona para evaluar el impacto causado a estas tribus, algunas de ellas hostiles al contacto exterior. El estudio de los conocimientos ancestrales que les permitió detectar la catástrofe está siendo analizado para que pueda ser empleado junto con otros sistemas modernos para la detección de tsunamis por otras poblaciones costeras, especialmente en zonas de difícil acceso. En el caso de la isla de Surin (Tailandia), los efectos del tsunami han sido considerables en las poblaciones de los denominados pueblos del mar o Chao Lai (pueblos moklen, moken y urak laowoi). La Unesco estaba desarrollando en la isla un proyecto piloto para proteger su patrimonio cultural, que contemplaba iniciativas de turismo responsable y el fomento de la producción artesanal . Los terremotos no han cesado en la zona durante estos días, registrándose temblores de hasta 5 puntos en la escala de Richter.

Las consecuencias del desastre del tsunami serán tratados por el comité ejecutivo de Icomos en su reunión a principios de febrero. Al mismo tiempo, habrá una reunión del Comité Internacional del Escudo Azul (International Committee of the Blue Shield), que relaciona a Icomos con Icom, la International Federation of Library Associations and Institutions (IFLA) y el Consejo Internacional de Archivos (ICA).

Esta tragedia ha puesto de relieve la necesidad de una previsión y preparación ante conflictos y catástrofes. En este sentido, el pasado 28 de octubre del 2004 el director general de la Unesco, Koichiro Matsuura, y el ministro de Cultura de Italia, Giuliano Urbani, firmaron una declaración conjunta sobre operaciones de emergencia en pro de la salvaguarda, rehabilitación y protección del patrimonio cultural en los países víctimas de conflictos o catástrofes naturales. Éste era el primer acuerdo de cooperación firmado por la Unesco con uno de sus estados miembros para llevar a cabo intervenciones urgentes en el área del patrimonio cultural.

En principio, la cooperación española permitirá suministrar asistencia técnica para contribuir con los profesionales locales a evaluar daños, determinar cuáles son las necesidades y elaborar planes de acción. En los próximos días se dispondrá de los proyectos que permitirán suministrar asistencia para la reconstrucción de los sitios más afectados de forma más coordinada. La Agencia Española de Cooperación Internacional está esperando los resultados para poder proceder a análizar cómo se va a canalizar la ayuda del Gobierno en este tema.

La Universitat de Barcelona, junto a la Fundación UB Solidaritat, colabora con los comités de Icomos en la zona afectada para contribuir a la realización de esta primera diagnosis y colaborar en el planteamiento de apoyo a la reconstrucción de las zonas afectadas. Este año se realizarán acciones de sensibilización de la opinión pública entre el día internacional de los Monumentos (18 de abril) y el día internacional de los Museos (18 de mayo), una oportunidad para señalar las consecuencias del desastre del tsunami para el patrimonio cultural.