Respecto a las violaciones y abusos de menores (de ambos sexos) muchos de los cuales son comprados en orfanatos por “talibanes pudientes”, muchos de ellos y ellas acaban convirtiéndose en “Bachas-Bazis” (juguetes sexuales) que bailan y entretienen a sus dueños y son sometidos a una lacerante esclavitud sexual.
Los talibanes más peligrosos, que no distinguen entre el pecado y la virtud, violan sistemáticamente a niños y a muchachos (también a niñas y a muchachas) que han caído en desgracia y, al mismo tiempo, persiguen y condenan (también a muerte) a los homosexuales y al colectivo LGTBI, afirman los expertos en ese grupo islamista.
Esos individuos, los más temidos entre los barbudos de turbantes negros, no se consideran homosexuales, palabra que aborrecen, ya que tienen “fiancée” (prometida) o están casados, muchos de ellos con hijos, con lo que ya han demostrado a Alá y a los mulahs su heterosexualidad. Su mujer, su propiedad, es una prueba de su “virilidad”, de su compromiso con la tradición y las buenas costumbres.
Según el escritor brasileño Lourival Sant ´Ana, profundo conocedor de Afganistán y autor de cuatro libros, entre ellos “Viaje al mundo de los talibanes”[1], “el placer entre hombres (y el abuso sexual de menores) es una práctica común entre los talibanes”.
(En la foto que encabeza el artículo podemos ver a Lourival Sant´ Ana con su intérprete Iqbal Afridi en la provincia de Kandahar, en 2001).
Lourival, quien hizo periodismo de investigación en Afganistán, donde entrevistó a lideres talibanes y a mulahs en viajes realizados en 2001, 2004 y 2009, nos recuerda ahora en una entrevista realizada por Deutsche Welle (“onda alemana” tv) cómo es el lado oscuro y desconocido de los extremistas de ese grupo islámico que causa terror a los niños y a las mujeres que “conocieron un respiro de libertad”.
El escritor y analista afirma que “el placer sexual entre hombres está muy extendido entre los radicales islámicos de Afganistán, una practica que se oculta al mundo y está llena de contradicciones”, ya que refleja una doble moral que solo conocen bien los que la sufren, los más débiles y etnias despreciadas, como los hazara.
Respecto a las mujeres, Lourival dijo a DW TV “que tradicionalmente desempeñan un papel secundario en la sociedad pastún, que es el grupo étnico dominante entre los talibanes (…) Además la primera generación de talibanes creció separada de las mujeres. Eran huérfanos e hijos de refugiados de la guerra contra la Unión Soviética (1979-1989) y crecieron en el lado pakistaní de la frontera. Muchos fueron a internados religiosos. Allí recibirían una profesión, la de mulah”.
En esas escuelas -prosigue Lourival- “había un ambiente dominado por las relaciones homosexuales entre profesores y alumnos (…) donde el placer solía darse entre adultos y adolescentes”.
El escritor, que también fue analista de la CNN, añade que “según ellos, los talibanes no cometen pecado porque lo que está mal es no casarse, no tener hijos”, y nada tienen que ver con los homosexuales, que no tienen descendencia, lo que no es grato a los ojos de Alá.
“Hace unos días hablé con una diputada afgana y me dijo que ‘seguiremos luchando por los derechos de las mujeres. Hoy solo me dice: Me persiguen no puedo hablar`”, agregó Lourival a DW TV.
El investigador, que sigue en contacto permanente con mujeres afganas, agrega que “ahora están aterradas y nos piden, por el amor de Dios, que no mencionemos sus nombres”.
Respecto a la posibilidad de que los talibanes permitan estudiar a las mujeres, el autor brasileño dice que sí, pero especifica que, a su juicio, “solo las permitirán estudiar El Corán para que se conviertan en profesoras de religión”.
Volviendo a las violaciones y abusos de menores (de ambos sexos) muchos de los cuales son comprados en orfanatos por “talibanes pudientes”, muchos de ellos y ellas acaban convirtiéndose en “Bachas-Bazis” (juguetes sexuales) que bailan y entretienen a sus dueños y son sometidos a una lacerante esclavitud sexual.
En su obra “Cometas en el Cielo” el escritor afgano Khaled Hosseini nos habla de esa costumbre a través de un niño de etnia hazara [2], llamado Sohrab [3] ,que ha sido convertido en un “bacha-bazi” por un abominable líder talibán, de nombre Assef, quien, entre otras cosas, disfruta apedreando a los adúlteros, que son metidos en agujeros que les llegan hasta el pecho, en los postes laterales de una portería de fútbol. La lapidación se produce en el descanso y luego continua el encuentro entre jugadores vestidos con pantalones largos.
Khaled Hosseini suele afirmar en sus escritos (su obra más famosa es “Mil soles espléndidos”) que Afganistán es el país de los huérfanos, muchos de ellos amputados.
Para concluir diré que hace unos días me llegó un whatsapp del entorno familiar escrito por una mujer, a la que identificaremos como L. B., que actualmente realiza tareas humanitarias en el corredor de los refugiados (fronterizo con Pakistán). El texto dice textualmente:
“Ayer recogí a una niña de trece años, en los huesos, completamente desnutrida. Tiene infecciones en los dos brazos, que van a ser amputados (…) Los padres la tenían encadenada y la torturaban (tal vez por su rebeldía adolescente). Es tan difícil de entender”.
Tal vez tengan razón los pastunes cuando dicen que “Dios creó la Tierra y le sobraron algunas piedras, algunas rocas, así que las arrojó aquí y creó Afganistán”.
Notas:
[1] “Viagen ao mundo dos taleban” (Gerasao Editorial, 2002)
[2] Se cree que los hazara, que residen en la región central de Afganistán, son una mezcla de población autóctona, turcos y mongoles. La mayoría son musulmanes chiíes.
[3] El episodio del niño hazara (chií) Sohrab se narra en las págs. 285 y 286, de la obra “Cometas en el cielo” (Ed. Penguin Randon House, edición Salamandra de bolsillo, 2020) de la que se han vendido 23 millones de ejemplares. En las págs. 84, 85 y 86 se cuenta como su padre, Hassan, fue violado también, cuando era pequeño, por el mismo agresor, Assef, fornido talibán de rubia cabellera, cuyos padres viven en la abundancia en Australia.
Blog del autor: Nilo Homérico