En el contexto de un mundo geográficamente muy dispar en niveles de desarrollo y con acentuadas dinámicas de desigualdad entre el sur y norte global, para inicios de la presente década (2020), y según datos de CONAPO (2022), se calculaba en más de 280 millones los migrantes internacionales en el orbe, y distribuidos en diferentes continentes.
Año con año, miles de migrantes dejan sus hogares y comunidades, debido a diferentes procesos. Los contextos de expulsión obedecen a causas económicas, sociopolíticas y medioambientales.
En lo concerniente a las causas económicas -que son una de las más frecuentes-, aluden a procesos globales como la falta de oportunidades laborales y los bajos salarios en los países de origen; esto se da en el marco generalizado de la precarización de las condiciones materiales de vida, relacionadas al deterioro del aparato productivo, el encarecimiento del costo de vida y el aumento de la pobreza en el sur, y una creciente demanda de trabajadores en el norte global.
El otro grupo de causas son las de carácter socio político, y están relacionadas a contextos de violencia -conflictos bélicos, grupos delictivos, pandillas, etc.,- y también a falta de derechos sociales básicos -como seguridad, salud, educación, ingreso, vivienda etc.,-. Finalmente, y no menos importante, los impactos socioambientales de fenómenos naturales -como huracanes, sequías, terremotos, etc.-, que pueden destruir la infraestructura productiva (modos de vida) y las viviendas. Debido a la naturaleza de las causas mencionadas, los migrantes interpelan a los Estados de los países de origen, en la medida que muestran cómo las diferentes instituciones de gobierno no garantizaban servicios sociales básicos y la posibilidad de una vida digna.
En diversos estudios académicos -con un fuerte determinismo económico-, y también en los diagnósticos e informes de diferentes agencias estatales e internacionales (CONAPO y ACNUR), frecuentemente se tiende a explicar las migraciones desde una escala macro, y como procesos derivados de otras dinámicas productivas, sociales y ambientales. Esto, de facto, implica una invisibilización y una minusvaloración del rol central de las propias poblaciones migrantes, dentro de los procesos de movilidades transfronterizas forzadas e irregularizadas.
Sin descartar el innegable peso de la producción de los contextos de expulsión migratoria por causas histórico-estructurales en el marco del desarrollo del capitalismo neoliberal, la capacidad de acción de los migrantes es innegable, y no puede ser omitida. Primero, porque son las propias poblaciones migrantes y sus familias quienes eligen, a nivel individual y colectivo, dejar sus hogares y migrar como una estrategia para mejorar las condiciones de vida -mediante el trabajo y salario en otros países-.
Segundo, son dichos migrantes quienes, a través de acciones concretas y diferentes estrategias, llevan a cabo sus travesías migratorias a través del tránsito por diversos países y fronteras, y en situaciones muy adversas de violencia y exclusión . Y, finalmente, y de no menor relevancia, ya desde los países de destino muchos migrantes envían remesas, lo que contribuye a tres procesos: (1) a la reproducción de las condiciones socio materiales de existencia de sus familias en los lugares y países de origen; (2) a nivel macroeconómico, también las remesas son importantes flujos de dinero que estimulan y sostienen los procesos económicos en las diferentes regiones de origen de los migrantes -mediante la circulación de dinero incentivan el consumo y, a veces, también la inversión a nivel local-; (3) y, por último, este dinero de las remesas vinculado a la migración es una forma de cuestionar y mostrar como el Estado, a través del insuficiente desempeño de sus diversas instancias gubernamentales, no resuelven necesidades básicas.
Notas
Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). (2016). Tendencias Globales. Desplazamiento forzado en 2015. Forzados a huir. Madrid: ACNUR.Consejo Nacional de Población (CONAPO). (2022). Anuario de migración y remesas México 2021. Ciudad de México: CONAPO, Secretaría de Gobernación, Fundación BBVA.
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