La Confederación Helvética entró a formar parte del espacio europeo sin fronteras Schengen a finales del año pasado, pero sus ciudadanos deben ratificar éste domingo en referéndum su extensión a los trabajadores búlgaros y rumanos. El Partido Popular de Suiza, conocido por sus propuestas xenófobas ha vuelto a protagonizar una agresiva campaña. Su vicepresidente Yvan […]
La Confederación Helvética entró a formar parte del espacio europeo sin fronteras Schengen a finales del año pasado, pero sus ciudadanos deben ratificar éste domingo en referéndum su extensión a los trabajadores búlgaros y rumanos.
El Partido Popular de Suiza, conocido por sus propuestas xenófobas ha vuelto a protagonizar una agresiva campaña.
Su vicepresidente Yvan Perrin explica que creen que Rumanía y Bulgaria no están preparados: «ni en lo lo económico, ni en seguridad y criminalidad. Hay enormes disparidades. Y no es sólo nuestro partido quien dice que ésos países no hacen nada para luchar contra la criminalidad, la Comisión Europea lo dice en su informe, afirma que Bulgaria no ha hecho nada contra la corrupción y Rumanía casi nada» dice.
Pese a todo, los últimos sondeos indican que ganará el sí a la apertura.
Y es que el ‘no’ saldría muy caro a Suiza, ya que dinamitaría varias decenas de los acuerdos que regulan las ahora fluídas relaciones con la UE.
La periodista rumana Miruna Coca-Cozma, corresponsal en Suiza, asegura que es mentira que tras el referéndum del ocho de febrero se vayan a porducir oleadas masivas de inmigrantes rumanos y búlgaros que van a invadir Suiza. «No es verdad, Rumanía y Bulgaria son países en constante desarrollo económico» asegura.
A favor del ‘sí’ también juega el hecho de que el 20 por ciento de los más de siete millones y medio de habitantes de Suiza son extranjeros. Además, según la administración Federal, un tercio de los ingresos de la Confederación proviene de los intercambios comerciales con la UE.