Traducido del ruso para Rebelión por Josafat S.Comín.
El 21 de noviembre ya ha quedado atrás. Como cabía esperar, según los datos ofrecidos por la Comisión Electoral Central, vencedor en la segunda vuelta de las presidenciales ha sido declarado Yanukovich. Por descontado, Yuschenko y su equipo no han reconocido haber sido derrotados, considerando que el poder, poniendo en marcha todos los recursos administrativos, ha cometido una violación sin precedentes de la constitución y de la ley electoral, falseando la voluntad expresada por los electores.
Una vez que el presidente del CEC hubiese hecho públicos los resultados de la votación de esta segunda vuelta, la gente de Yuschenko llamó a sus seguidores a la desobediencia civil, a la resolución por la fuerza de la disputa por el poder. Un papel clave en este escenario del desarrollo de los acontecimientos recae sobre la capital de Ucrania. Aquí el 70% de los electores ha votado por Yuschenko. Si en la mayoría de las ciudades ucranianas, las autoridades municipales han trabajado para Yanukovich durante la campaña, en Kiev por el contrario, el alcalde ha mantenido una relación poco amigable respecto de Yanukovich y de neutralidad amistosa para con Yuschenko. Es más que probable que el responsable de la administración de la ciudad de Kiev, A.Omelchienko, declare abiertamente su apoyo a las aspiraciones de Yuschenko de hacerse con el poder.
El como se vayan a desarrollar los acontecimientos, va a depender en gran medida, de la cantidad de partidarios que consiga sacar a la calle la parte derrotada en los próximos días, para jugar la baza e la fuerza para la consecución de los objetivos marcados. La tarde del lunes 22 de nov. En la Av.Maiden Nezalezhnost de Kiev había ya más de 100 mil personas.
¿Quiénes componen desde el punto de vista sociológico y de clase la masa que respalda a Yuschenko?
En general es un público pequeño burgués: funcionarios de diversa categoría, estudiantes, trabajadores del pequeño comercio, del sector servicios, intelectuales etc. No cabe duda de que una parte de la gente del campo y de obreros, especialmente los que trabajan en empresas que soportan una aguda crisis económica y que se han visto perjudicados por las políticas que representan los Kuchma y Yanukovich, atraídos por la retórica populista de los valores democráticos, tomará parte en los actos de protesta, cuyo objetivo final no es otro que la llegada al poder de Yuschenko.
¿Significa esto que los comunistas no han sabido valorar el enfrentamiento Yanukovich-Yuschenko como la lucha por las principales palancas del poder, de los dos más importantes grupos financieros e industriales de la burguesía?
No, no significa eso. Si el clan de Yanukovich en el que se enmarcan los Ajmetov, Pinchuk, Tigipko y otros oligarcas, puede hoy día intervenir directamente las estructuras de poder, para conseguir sus fines, el clan de Yuschenko, al encontrarse en la oposición a Kuchma y Yanukovich se ve mucho más limitado en esta tarea. En la lucha desatada ante nuestros ojos, Yuschenko y los oligarcas que le sustentan, los Poroshenko, Martynienko, Chervonienko, Timoshenko, se ven obligados a utilizar a la pequeña burguesía como ariete, para hacerse con el control del poder ejecutivo. Naturalmente para esto, el equipo de Yuschenko, presenta sus intereses de clase , de clan, como los intereses de todo el pueblo, de toda la nación, como la lucha por la democracia, por los derechos humanos.
En el caso de que Yuschenko llegue al poder, no tendría que pasar demasiado tiempo, para que esa misma masa, que hoy se muestra tan activa en su defensa, entendiese que no hay grandes diferencias entre estos grupos oligárquicos, que el gran capital, este en las manos de quién esté, siempre a sometido y dominado a la pequeña burguesía, por no hablar ya de la clase obrera.
En lo que respecta a los grandes centros fabriles y obreros, situados en el centro y el sureste de Ucrania, en especial las empresas metalúrgicas, de extracción, químicas y de otra ramas, que tienen un trabajo estable, han votado mayoritariamente por Yanukovich, o lo que es lo mismo han votado por mantener lo que tienen. Han entendido que la llegada al poder del clan de Yuschenko no aportará cambios, al menos a mejor, aunque en principio tampoco esperaban nada bueno del triunfo de Yanukovich. Caso aparte es la burguesía rusa. Representada por Putin, no ha dejado lugar a dudas de que está claramente interesada en que el presidente de Ucrania sea Yanukovich y no Yuschenko.
Otra cosa. Los comunistas deben prestar especial atención al hecho, de que la burguesía cuando ve peligrar sus propiedades y su poder, escupe abiertamente en la constitución, en las leyes, apostando por la fuerza de su capital, recurriendo a todos los medios que tiene a su alcance, administrativos y mediáticos.
Podemos estar seguros de que lasa acusaciones mutuas de Yuschenko y Yanukovich sobre la violación de la legislación electoral, y las manipulaciones en el censo, son la pura verdad.
Simplemente Yuschenko, hay que reconocerlo, tenía a su alcance muchas menos posibilidades que el actual primer ministro y la administración del presidente Kuchma. Por el contrario Yuschenko viene demostrando desde el día 22 que puede movilizar a cientos de miles de seguidores, decididos a recurrir al uso de la fuerza, a pesar de los datos ofrecidos por el CEC otorgando la victoria a Yanukovich.
En el mitin del lunes, Timoshenko hizo un llamamiento para declarar huelga general indefinida, cortar carreteras y vías férreas, llevar a cabo acciones de desobediencia civil.
Esta es una importante lección para los comunistas.
Si la burguesía puede salirse de las fronteras legales, cada vez que ve amenazados su intereses de clase, la clase obrera nunca podrá decidir el problema de la propiedad y el poder en su beneficio, por otro camino que no sea el violento, revolucionario, frente a la vía parlamentaria y legal.
Nuestra desgracia, la desgracia de la clase obrera en Ucrania, se resume en que en estos 13 años no hemos sido capaces de crear un auténtico partido combativo, revolucionario, marxista-leninista, un partido de la clase obrera.
La amarga realidad, es que tenemos un partido para participar en las elecciones, para difundir nuestra prensa, para organizar las manifestaciones del 1º de mayo y del 7 de noviembre, que hoy, más que demostrar nuestra fuerza, demuestran nuestra incapacidad e impotencia.
Los acontecimientos que se están dando ante nuestros ojos son el ejemplo más demostrativo. La clase obrera y su partido no han podido tomar parte en ellos, como una fuerza política independiente, organizada como sujeto consiente del proceso histórico.
La burguesía, sus candidatos, sus equipos, han arrastrado tras de si a la clase obrera. Es un hecho. Los comunistas han sido arrojados a la cuneta de la lucha, desde donde nos toca ser meros espectadores impotentes, incapaces de influir en el desenlace.
Si podremos o no sacar de esta amarga experiencia las conclusiones necesarias, o seguiremos haciendo ver que no sucede nada terrible, que todo nos va OK, y sumergirnos en el limbo político, es algo que se verá en el pleno del CC del PCU en diciembre.
Notas y reflexiones de la traducción.
El candidato por el PCU P.Simonenko obtuvo el 5% de los votos en la primera vuelta, por debajo incluso del candidato del Partido Socialista con el 5,2%.
En las anteriores presidenciales, Simonenko se enfrentó Kuchma en la segunda vuelta, obteniendo el 38% de los sufragios.
Mucha gente de izquierda en Ucrania y Rusia no estaría de acuerdo con el análisis de «gane quien gane, la clase obrera saldrá perdiendo».
Sin dejar de ser cierto, pienso que es un error restar importancia a los intereses geoestratégicos que se esconden detrás de esta aparente lucha entre clanes de oligarcas.
En este sentido creo que Yanukovich no sólo es el candidato que le conviene a la burguesía rusa. El propio Ziuganov analizando los resultados de la primera vuelta a primeros de mes, pedía abiertamente el voto de los comunistas para el candidato oficialista Yanukovich como un mal menor, llegando a decir, que en juego estaba algo más que un mandato presidencial, y que del resultado de estas elecciones, dependerían las relaciones ruso-ucranianas durante las próximas décadas.
Yuschenko es el candidato de EE.UU. y la Unión Europea. Su política sería abiertamente anti rusa. No es de extrañar que goce del apoyo entusiasta de los ultranacionalistas ucranianos (los mismos que han convertido en héroes nacionales a los colaboradores de los nazis durante la invasión de la Unión Soviética).
¿No les parece sorprendente el seguimiento que están dando los medios a las denuncias de fraude de Yuschenko?. Nadie se había enterado que habían elecciones en Ucrania y de repente, desayunamos, comemos y cenamos oyendo se nombre.
Rusia, a quien sólo le queda Bielorrusia como aliado fiel y salvaguarda de sus fronteras occidentales, no se puede permitir el lujo de que Ucrania abandone su esfera de influencia y mucho menos que pase a ser controlada directamente por Washington. La OTAN espera ansiosa desplegar allí sus bases.
Fuese quien fuese el inquilino del Kremlin, este sería un golpe mortal. ¡La OTAN metida en lo que no olvidemos, fue la cuna del primer estado feudal ruso!.
Por otro lado, los comunistas rusos, cuentan con el hermano pueblo eslavo ucraniano, para refundar en un futuro la renacida URSS.
Por eso muchos no han entendido la actitud indiferente del PCU de lavarse las manos, en un momento donde hay tanto en juego …
La peste naranja (los colores de Yuschenko) avanza. Huele a fascismo.