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Luis Posada Carriles desistió de pedir asilo en Estados Unidos y se acogió al Convenio Internacional de Protección contra la Tortura

Fuentes: Cubadebate

El Paso (EEUU), 31 ago- Luis Posada Carriles desistió de pedir asilo en Estados Unidos y se acogió al Convenio Internacional de Protección contra la Tortura, en una rocambolesca audiencia que terminó prácticamente absolviendo al terrorista y condenando a Venezuela, donde según testimonios vertidos en ese foro, «en ese país se tortura a los presos». […]

El Paso (EEUU), 31 ago- Luis Posada Carriles desistió de pedir asilo en Estados Unidos y se acogió al Convenio Internacional de Protección contra la Tortura, en una rocambolesca audiencia que terminó prácticamente absolviendo al terrorista y condenando a Venezuela, donde según testimonios vertidos en ese foro, «en ese país se tortura a los presos».

La decisión de Posada se dio a conocer durante el tercer día de una audiencia que se efectúa en el centro de detención de Inmigración de El Paso (Texas), donde se sigue la vista de la petición de asilo. El juez William L.Abbott y la Fiscalía Federal aceptaron la retirada de la solicitud de asilo y acordaron una nueva audiencia para el próximo 26 de septiembre.

Matthew J. Archambeault, abogado de Posada Carriles, dijo al juez William Lee Abbott que su cliente no deseaba seguir testificando para «evitar perjudicar temas sensibles de seguridad de Estados Unidos y de otros países».

El terrorista perteneció a la CIA que lo entrenó en explosivos y armas, según dijo el martes; combatió a la guerrilla en Centroamérica y fue jefe de operaciones de la Dirección de los Servicios de Inteligencia y Protección (DISIP) de Venezuela, la policía de seguridad de ese país.

En lo que sonó en la audiencia como una amenaza al gobierno norteamericano, Archambeault reveló también en una conferencia de prensa que «el sabe mucho y si habla podría ser dañino para el FBI, la CIA y el gobierno en general».

El juez Abbot postergó la realización del foro migratorio hasta el 26 de septiembre a pedido de la fiscalía, cuyos miembros dijeron que estudiarán si objetan su eventual deportación a Venezuela, pero precisando que hay serias dudas de que esto ocurra, después de escuchar el testimonio de abogados y testigos de la defensa acerca de la posibilidad de que el terrorista reciba malos tratos en el país que exige su extradición por la voladura de una nave en pleno vuelo, en 1976.

Los abogados de Posada Carriles sostuvieron en la audiencia de emigración que dados los estrechos lazos actuales de los gobiernos de Caracas y La Habana, el cubano sería entregado por Venezuela a Cuba.

Poco antes de que Abbott suspendiera la audiencia hasta septiembre, el abogado Eduardo Soto reveló que tramita la concesión de la nacionalidad estadounidense para Posada Carriles. «Tenemos lista la solicitud basada en los valiosos servicios prestados» por Posada Carriles a Estados Unidos, entre ellos el haber sido funcionario de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y de haber servido honorablemente en el Ejército.

Sin embargo, en este sentido la ley es clara: no se le puede conceder la naturalización, porque no puede recibir ese beneficio quien posea un antecedente penal considerado como «felonía con agravantes», que se corresponde con los cargos por los que fue juzgado y sancionado Luis Posada Carriles en Panamá en el 2004.

Venezuela pidió su extradición, pero el Departamento de Estado no se pronunció aún. Si accede, entregará el caso a un juez federal.

Aunque los fiscales se opusieron a que Posada Carriles se acogiera al Convenio Internacional de Protección contra la Tortura en relación con Venezuela y pidieron una nueva audiencia, en realidad aceptaron pasivamente los testimonios de la defensa. La fiscal Gina Garrett-Jackson reconoció que el Departamento de Seguridad Nacional de EEUU esté preocupado por el temor de Posada Carriles a ser torturado en Venezuela si lo envían allá.

En realidad, el gobierno conspiró tácitamente en este final que no es «inesperado», como señalan algunas agencias de prensa. Solo se presentó un testigo para argumentar que en Venezuela se tortura -por parte de la defensa, Joaquín Chaffardet. A pesar de la estrecha relación de larga data de este testigo con Posada Carriles, el gobierno decidió no rebatir su testimonio y permitió que Chaffardet se fuera de El Paso, para luego decir en la audiencia de hoy que no procedía el contrainterrogatorio «porque el testigo no se encontraba presente».

La fiscalía tampoco ofreció ni un solo testigo a favor de Venezuela, ni pidió examinar las acusaciones de que Posada Carriles fue un torturador, lo cual lo invalidaría para recibir el beneficio del Convenio de la Tortura, que establece la imposibilidad de asilo para cualquier persona que haya ejercido violencia contra otras.

Por el contrario, la fiscalía admitió que ese departamento continúa recabando información de varias agencias gubernamentales como el Departamento de Justicia y el de Estado «en torno a la situación en Venezuela».

Durante la vista, el magistrado dijo que la defensa del terrorista presentó un «buen caso» que documenta posible tortura en esa nación y al mismo tiempo indicó que la Fiscalía tiene la oportunidad de presentarse a rebartirlo.

«Ha presentado un buen caso y de no demostrar el Gobierno (de EEUU) lo contrario, el paso siguiente será postergar indefinidamente su deportación», con lo cual Posada Carriles podría permanecer en EEUU hasta que no se presente un cambio en el país al que sería deportado.

«Podría ser Adolfo Hitler y no le podríamos negar el aplazamiento si tuviera base para ello. No estoy, por cierto, comparando a Posada Carriles con Hitler», aclaró el juez.

Archambeault explicó a los periodistas tras la audiencia que si el juez le concede esa opción, su cliente tendría tres alternativas: ser enviado a un tercer país, permanecer detenido indefinidamente si se demuestra que es un peligro para la sociedad y la última que se determine que pueda quedarse en EEUU en libertad.

El abogado adelantó que en caso de que Posada Carriles afrontara la segunda alternativa, recurrirían ante un tribunal federal para pelear por su libertad.

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