El Parlamento nepalí votó ayer a favor de enmendar la Constitución, abolir la monarquía y convertir el país en una República federal. La votación se produjo tras el acuerdo alcanzado el domingo para que la Carta Magna recoja que «Nepal será una república federal democrática». «Nepal se ha convertido en una República, pero esto debe […]
El Parlamento nepalí votó ayer a favor de enmendar la Constitución, abolir la monarquía y convertir el país en una República federal. La votación se produjo tras el acuerdo alcanzado el domingo para que la Carta Magna recoja que «Nepal será una república federal democrática».
«Nepal se ha convertido en una República, pero esto debe ser aprobado por la Asamblea Constituyente», declaró ayer un portavoz del Partido del Congreso, Arjun Narsingh, quien añadió que «el futuro de la monarquía está sellado».
La decisión adoptada por el Parlamento nepalí de reformar la Constitución y abolir la monarquía -con el respaldo de 270 diputados y la oposición de tres- es el resultado del consenso alcanzado el domingo entre los siete partidos que integran la coalición de Gobierno y los antiguos guerrilleros maoístas.
Con esta decisión, los partidos pretenden desbloquear el proceso de paz abierto con los acuerdos firmados en noviembre de 2006, que pusieron fin a una década de guerra.
No obstante, el pacto prevé que Nepal se convierta en República una vez que se haya celebrado la primera sesión de la Asamblea Constituyente que ha de salir de los comicios previstos para abril de 2008.
Los maoístas habían abandonado el Gobierno en setiembre al no producirse avances en relación a la proclamación de la República. Tras semanas de negociaciones que hicieron temer por el proceso de paz, los partidos rubricaron el domingo un nuevo pacto que incluye, además de la abolición de la Monarquía, ligeros cambios en el sistema electoral y un aumento de escaños. Además, los antiguos guerrilleros se comprometieron a volver al Gobierno, donde cinco carteras continúan vacantes.
La Constitución de Nepal, provisional y redactada tras los acuerdos de 2006, no otorga papel alguno al monarca y prevé que sea la Asamblea Constituyente la que decida el futuro de la monarquía.
Lealtad
Los maoístas temen la lealtad que el Ejército aún demuestra por el rey Gyanendra, al que acusan de socavar el proceso de paz e instigar las revueltas étnicas registradas este año.
El rey Gyanendra es el heredero de una dinastía que ejerce la jefatura del Estado desde 1769, pero también fue responsable de la proclamación de la monarquía absoluta en febrero de 2005 con el pretexto de eliminar la corrupción y acabar con la insurgencia maoísta. Aquella decisión propició que la oposición democrática y la guerrilla maoísta se unieran para abrir un proceso de paz y la vía hacia la proclamación de la República.
Un levantamiento popular obligó en abril de 2006 al monarca a ceder el poder y restaurar el Parlamento. Poco después fue despojado de prácticamente todas sus competencias así como de la jefatura del Ejército y de su inmunidad judicial.