La respuesta del gobierno de Australia a los últimos suicidios en centros de detención para inmigrantes ignora la raíz del problema: la reclusión indefinida de refugiados y solicitantes de asilo. En los últimos seis meses se suicidaron cinco inmigrantes detenidos. «Hemos hecho tantas revisiones y todas apuntan a lo mismo», dijo Ian Rintoul, portavoz de […]
La respuesta del gobierno de Australia a los últimos suicidios en centros de detención para inmigrantes ignora la raíz del problema: la reclusión indefinida de refugiados y solicitantes de asilo. En los últimos seis meses se suicidaron cinco inmigrantes detenidos.
«Hemos hecho tantas revisiones y todas apuntan a lo mismo», dijo Ian Rintoul, portavoz de la Coalición para la Acción por los Refugiados (RAC, por sus siglas en inglés), que ha pedido a sucesivos gobiernos el fin de los arrestos sistemáticos de indocumentados. Según la política oficial, los extranjeros «no autorizados» que llegan a las costas australianas deben permanecer detenidos mientras se constata su identidad y se les realizan exámenes médicos. Todo el proceso puede tomar un tiempo considerable. Rintoul dijo que miles de personas son recluidas durante seis meses o más, y cientos permanecen encerradas entre un año y 18 meses. «Hasta que no se trate la causa de fondo, si no se aborda la falta de certeza y la ansiedad que causa la detención obligatoria, nada va a cambiar. Es muy obvio», sostuvo.
Activistas señalan que los solicitantes de asilo en Australia -país al que llegan huyendo de la persecución en sus naciones de origen– sufren un trato severo e injusto.
El Consejo para los Refugiados de Australia, que representa a más de 130 organizaciones, pidió al gobernante Partido Laborista que acabe con la detención indefinida y obligatoria de indocumentados, y aplique las reformas que anunció en 2008.
El gobierno había prometido terminar con lo que el propio ministro para la Inmigración, Chris Evans, calificó de «deshumanizante» detención indefinida, y conla permanencia de menores de edad en los centros de detención. Pero nada de esto se concretó. «Deberíamos decir que el sistema está destruido», dijo Sophie Peer, del Consejo.
Las últimas cifras del Departamento de Inmigración y Ciudadanía (DIAC, por sus siglas en inglés) muestran que había 6.780 personas en los centros de detención hasta el 18 de febrero pasado, 500 más que en 2009. Más de 95 por ciento de estos solicitantes de asilo llegaron en barcos, lo que las autoridades llaman «arribos marítimos irregulares»
Uno de esos «irregulares» fue un afgano de 20 años, hallado muerto el mes pasado en el Centro de Detención de Inmigrantes de Curtin, en el noroeste del país. El DIAC aún no divulgó detalles del caso, pero defensores de los refugiados lo identificaron como Mohammad Asif Atay.
Según los activistas, el joven se ahorcó el 28 de marzo supuestamente en respuesta a las demoras y a la falta de información sobre su solicitud de asilo.
Curtin reabrió sus puertas en medio de la polémica en junio del año pasado ante el aumento de los inmigrantes arrestados. Había cerrado en 2002 luego de una ola de protestas de los propios detenidos, que se autoflagelaron.
La muerte de Mohammad siguió al aparente suicidio de otro afgano de 20 años en el Centro de Detención de Inmigrantes de Scherger, en el noreste del país.
Con este caso llegaron a cinco los suicidios de inmigrantes detenidos en seis meses.
Un fiyiano se suicidó en septiembre en el centro de Villawood, en Sidney, y un iraquí hizo lo mismo en noviembre. También en Villawood, un británico detenido por violar las condiciones de su visa se quitó la vida en diciembre.
El DIAC reaccionó ante estas muertes aceptando un estudio independiente sobre los servicios de salud disponibles en los centros de detención para inmigrantes, siguiendo una sugerencia hecha en diciembre por el Grupo Asesor sobre Salud en Detención, cuyo trabajo se dedica especialmente a la atención psiquiátrica y psicológica. «El Departamento avanza en una revisión del programa de apoyo psicológico y su implementación en los centros de inmigración», confirmó a IPS un portavoz del DIAC. Pero todavía no se determinó qué organización o experto independiente se haría cargo del estudio, agregó.
Para la profesora Louise Newman, directora del Centro para el Desarrollo de la Psicología y la Psiquiatría del Centro Médico Monash, en Melbourne, si bien el impacto de la detención en la salud mental de los inmigrantes es bien conocido, esta revisión representa una oportunidad para cambiar las políticas. Newman subrayó que el Grupo ha intentado instalar «una cultura dentro de los centros de detención no referida a la ley y el orden». «Se trata de buscar un mejor sistema que de hecho reconozca las vulnerabilidades de esats personas y prevenga algunos de los incidentes que hemos visto», señaló.
Pero el Grupo sabe que tiene mucho por delante, ya que los incidentes y suicidios continúan.
Un tamil de 26 años que había sido transferido de Curtin a otro centro en la isla Christmas intentó quitarse la vida el 30 de marzo, al igual que lo hizo un afgano de 30 años, el 7 de este mes.
Rintoul indicó que la situación en Curtin es crítica. «Me han dicho detenidos y empleados que hay un incidente a diario», indicó. En su opinión, los detenidos no necesitan mejores psicólogos o psiquiatras. «Lo que necesitan es salir. Hasta que eso no se resuelva, simplemente vamos a ver más intentos de suicidio», alertó.