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Nepal, ¿sé acabó el juego?

Fuentes: La Haine

La guerrilla está esperando pacientemente su oportunidad, la crisis económica no ha desaparecido y la imagen del rey está muy desacreditada. De hecho, si se convierte en un obstáculo para llegar a algún tipo de acuerdo y «estabilidad» en Nepal, el imperialismo y la clase dominante podrían empujarle a un lado. La declaración del rey […]

La guerrilla está esperando pacientemente su oportunidad, la crisis económica no ha desaparecido y la imagen del rey está muy desacreditada. De hecho, si se convierte en un obstáculo para llegar a algún tipo de acuerdo y «estabilidad» en Nepal, el imperialismo y la clase dominante podrían empujarle a un lado.

La declaración del rey de Nepal, Gyanedra, reabriendo la Cámara de Representantes (HoR) fue recibida con alivio por todos aquellos que habían participado en las protestas en las calles de Nepal. De todos modos, es necesario decir que éste hecho es sólo una victoria parcial. Si hubiera habido un partido genuinamente marxista a la cabeza del movimiento, se podría haber ido mucho más allá de la simple restauración del parlamento, se podría haber abolido el capitalismo en Nepal, todas las condiciones existían para ese final. La falta de una dirección revolucionaria significa que las masas tendrán que pasar por la larga y dura experiencia de la «solución» parlamentaria, que en última instancia no es ninguna solución.

La situación estaba llegando a un punto crítico en el que las masas podrían haber tomado el poder, por ello, el Rey tuvo que hacer concesiones. Sus opciones iban entre algunas concesiones o arriesgar su caída. La alianza de 7 partidos (SPA) esperó a la llegada de las ansiadas concesiones para poder desconvocar las movilizaciones de masas en las calles de Katmandú que llevaban ya más de 2 semanas y más de una docena de muertos a manos de las fuerzas de seguridad.

Tan pronto como el Rey anunció el reestablecimiento de la Cámara de Representantes, la SPA transformó las manifestaciones y protestas en «actos de victoria». Los líderes de la oposición llamaron a la restauración del parlamento una «victoria para el movimiento popular» (www.bbcnews.co.uk 25 de abril). De este modo han conseguido mantener al Rey en el trono sin enfurecen a las masas que se estaban preparando para la eliminación del parasítario monarca.

En Katmandú manifestaciones de masas fueron organizadas en varias zonas, que se transformaron en actos de miles. Los principales líderes de la alianza de 7 partidos hablaron en reuniones de masas en Kalanki, Koteshwor, Sapdobato, Chabahill y Gongabu. La mayoría de oradores prometieron seguir adelante con el espíritu del mandato popular que el movimiento les había dado. Hablando delante de la congregación en Kalanki, el líder del PCN-UML, el secretario general Madhav Kumar dijo que la prioridad del recién abierto parlamento era convocar elecciones para la asamblea constituyente y formar un gobierno interino (www.nepalnews.com 25 de abril).

Cuando una semana antes el Rey apareció en la Televisión e hizo una oferta que no ofrecía nada a nadie, el Partido del Congreso Nepalí -NC, que es la fuerza principal de la SPA- tuvo que rechazarla por que hubiera significado una traición de primera clase. Entonces, el embajador de los EE.UU y el Primer Ministro Indio intervinieron, visitando al Rey y a los líderes de la alianza de 7 partidos, particularmente al líder del NC. Estaban desesperados por llegar a algún acuerdo, poco después de haber ejercido presión al Rey, éste cedió. Algo importante fue el poco apoyo que Rey recibió de China mientras todos los otros poderes imperialistas le exigían una postura menos arrogante para detener al movimiento, que ya estaba empezando a perder el control de la alianza de 7 partidos. El Rey se vio completamente aislado y dándose cuenta de que la única manera de salvar el cuello era haciendo concesiones, llego a un acuerdo con los líderes de la SPA, que estaban más asustados por las masas que por la monarquía.

¿Quién salvó al Rey?

Ahora corren ríos de tinta sobre como la capacidad diplomática del gobierno de Washington que ha salvado a las masas en Nepal. Pero si leemos cuidadosamente lo que se escribe, podremos encontrar admisiones interesantes, como las del embajador americano en Nepal, James F. Moriarty, que ha dicho que Nepal se encontraba al borde de un baño de sangre cuando el movimiento popular llegó a su clímax. (www.nepalnews.com 27 de abril) En la misma entrevista se refiere al alto fuego de 3 meses anunciado por las guerrillas maoístas diciendo que el interrogante más grande es la intención de los maoístas. El (nuevo gobierno) debería intentar mantener el alto al fuego de los maoístas (…) ellos (los maoístas) no deberían entrar en un gobierno interino, a menos que dejen las armas. (www.nepalnews.com 27 de abril). En lenguaje normal esto se traduce en: estuvimos al borde de una exitosa revolución pero en el nuevo escenario, si los maoístas juegan según las reglas, pueden entrar en ciertas esferas del gobierno. (…)

A los ojos de los estrategas del imperialismo, la dirección del PCN-M, que dice controlar el 80% de la zona rural del país, ha mostrado su «madurez» permitiendo al Rey sobrevivir no lanzando una ataque a toda costa para acabar con su reinado de una vez por todas.

Incluso el embajador americano se da cuenta de que las exigencias de los maoístas pueden ser concedidas con un buen acuerdo y esto podría «resolver» el problema. El embajador dijo «El restituido parlamento se enfrenta a varios retos en las próximas semanas y meses. Entre otras posibilidades, es plausible que se organice una asamblea constituyente. Esto se puede convertir en un buen modo de entrar la vida política oficial y empezar a discutir los problemas de Nepal de manera pacífica, pero para poder participar abiertamente en elecciones los insurgentes deben dejar las armas y renunciar a la violencia. El pueblo de Nepal no se merece nada menos que eso».

Esta es una opción similar a lo que el imperialismo ha intentado convencer a Al-Fatah y la OLP de hacer. Aquí podemos hacer una analogía interesante, ya que la llamada solución realista en Palestina ha acabado en la elección de Hamas y la solución ha entrado en vía muerta. No se puede mantener a todo el mundo contento todo el tiempo cuando increíbles contradicciones se han acumulado durante un largo período de tiempo.

Los maoístas han respondido rápidamente. El PCN (maoísta) ha anunciado un alto al fuego unilateral durante 3 meses de efecto inmediato, ya se están preparando para ser vistos como parte legítima del proceso democrático, esto en sí mismo no es incorrecto. Pero es demasiado poco, demasiado tarde. Si esto hubiera sido parte del plan para movilizar y dirigir a los trabajadores en las ciudades hacia una huelga general que derrocara el régimen, la integración en la vida política hubiera sido un paso correcto, pero esta fue nunca la intención, desafortunadamente. Si las masas hubieran tenido la opción de escoger entre la toma del poder o una república burguesa, las masas hubieran escogido el poder, pero nunca hubo un partido para dirigirlas en esa dirección.

El PCN-M ha dejado claros sus objetivos, en una reciente proclama, el dirigente del PCN-M Prachanda dijo que la tregua (durante las luchas) tenía como objetivo facilitar la «lucha popular» que se estaba dando por la asamblea constituyente y por la república democrática para así llevar a la lucha a su conclusión histórica apoyando a los partidos parlamentarios a declarar una asamblea constituyente incondicional (www.nepalnews.com 26 de abril). Pocos años atrás los maoístas hablaban de la fase estratégica de la toma del poder, ahora promueven una asamblea constituyente.

Parece que tenemos abundancia de figuras políticas que defienden a capa y espada la asamblea constituyente en todos los rincones del mundo allá donde la burguesía está al borde del derrocamiento. Después del levantamiento en Bolivia importantes secciones de la izquierda llamaron a la asamblea constituyente que debería resolver los problemas de las masas bolivianas. ¿Pero es esa la solución viable en Nepal?

El país sufrió un golpe de estado en febrero del 2005 organizado por el Rey que disolvió el Parlamento y asumió todos los poderes, previamente Nepal tenía una Cámara de Representantes que había sido instalada en 1990 cuando un movimiento revolucionario forzó a la familia real Nepalí a conceder una democracia burguesa. Con esas condiciones ¿qué es lo que la asamblea constituyente va a conseguir? Una República, diría el PCN-M, y eso sería un paso adelante, pero ignora una cuestión muy importante. En la época del imperialismo, la clase dominante en Nepal no es capaz de llevar el país adelante. Esta tarea queda en manos de los trabajadores en alianza con los campesinos pobres. Toda la historia del siglo XX demuestra este hecho. Una Presidente burgués en vez de un Rey no es ninguna solución en un país embarrancado en relaciones sociales semi-feudales.

Falta de dirección

Los elementos burgueses dentro de la alianza de 7 partidos, que están ahí para asegurarse de que el movimiento pro-democracia no cae en manos de los millones que tomaron las calles, no pueden creen la suerte que han tenido. Lo que ha ocurrido ha sido el mejor resultado posible para ellos ya que durante las luchas estuvieron totalmente aislados. Ahora están capitalizando en todas las negociaciones que se están dando. En una reunión del NC la última proclamación real fue recibida como un acto a favor del país y del pueblo de Nepal. El Partido Rastriya Janashakti (RJP) también ha recibido la proclama real y la ha descrito como un producto del movimiento pro-democrático que el país ha visto. Un comunicado del Presidente del RJP, Surya Bahadur Thapa, también llamaba a todos a trabajar con paciencia para resolver los problemas del país (www.nepalnews.com 25 de abril). Esto es siempre lo que los políticos burgueses nos piden, ya sea en Nepal o en Buenos Aires. (…)

La oferta del Rey, formalmente, pone el reloj de vuelta en cuando él estaba al mando y el Parlamento bajo control de NC. Así un movimiento semi-insurreccional que podría haber acabado con la monarquía ha sido descarrilado deliberadamente por la SPA, convirtiéndose en una vía de supervivencia para el Rey. Por el contrario, las masas ven el resultado como una victoria. Ellos ven que su movimiento ha forzado al Rey a hacer concesiones. De todos modos, es el deber de los Marxistas explicar que no se ha logrado ninguna solución duradera. Los líderes maoístas no pueden abandonar su campaña por la república, mientras las masas continuarán sufriendo lo que el capitalismo significa hoy en Nepal. No habrá ninguna mejora material concreta en sus vidas diarias, con Rey o sin él.

Incluso el recién elegido Presidente de Nepal, Girija Prasad Koirala, ha admitido que el acuerdo es sólo una solución parcial, declarando que «la reapertura de la Cámara solamente soluciona la mitad de los problemas a los que se enfrenta el país» (www.nepalnews.com 26 de abril). Él sabe bien que Nepal no está pasando sólo por una crisis parlamentaria sino por una crisis revolucionaria. Las divisiones que han surgido por las cumbres confirman las serias divisiones internas a las que la clase dominante se enfrenta.

Por otro lado, el PCN-UML, la organización que da carne a la infame alianza de siete partidos, parece que no ha jugado ningún papel. Ellos también presentan la opción republicana como la vía de solucionar todos los problemas. EL PCN-UML desafortunadamente está bloqueado por su táctica frente-populista que lo alía con las organizaciones de la burguesía. A menos que rompa con estos partidos no podrá construir una base potencial de apoyo en el movimiento revolucionario que tomó las calles durante dos semanas de largas luchas y duros enfrentamientos.

A pesar de las últimas concesiones, el Rey tiene aún un futuro bastante negro ya que la asamblea constituyente, con el ambiente que se respira en la sociedad, probablemente verá su partida. Aunque el reloj político esté de nuevo a principios de 2005, todos los problemas que el Rey tenía entonces sigue teniéndolos. La guerrilla está esperando pacientemente a su oportunidad, la crisis económica no ha desaparecido y su imagen está muy desacreditada. De hecho, si se convierte en un obstáculo para llegar a algún tipo de acuerdo y «estabilidad» en Nepal, el imperialismo y la clase dominante podrían empujarle a un lado. Pero ahora la fuerza del movimiento se ha perdido parcialmente y el juego parlamentario ha comenzado, el Rey puede respirar ya que se mantendrá en el trono un poquito más. (…)

In Defence of Marxism