Recomiendo:
0

Sahara Occidental

Otra vez Smara

Fuentes: Rebelión

El rey de Marruecos ha puesto punto y final a su visita de seis días a los Territorios Ocupados del Sáhara Occidental y tras de sí, ha dejado una estela de cientos de manifestantes heridos contra los que soltó a su séquito de perros furiosos. Gendarmería Real, policías del GUS (Grupo de Intervención Rápida), policía […]

El rey de Marruecos ha puesto punto y final a su visita de seis días a los Territorios Ocupados del Sáhara Occidental y tras de sí, ha dejado una estela de cientos de manifestantes heridos contra los que soltó a su séquito de perros furiosos. Gendarmería Real, policías del GUS (Grupo de Intervención Rápida), policía secreta y un nutrido grupo de colonos dispuestos a arremeter contra los ciudadanos saharauis, se esparcieron como una plaga por cada una de las ciudades que llevan tiñendo de sangre treinta malditos años. Muchos años, mucha sangre.

Hasta las seis de la mañana estuvieron buscando los cuerpos de los heridos. Smara fue arrasada. Más de ciento treinta personas, ciudadanos saharauis, han sido detenidos y torturados en sus casas, en la calle y en la comisaría. Avergonzaron a las mujeres arrancándoles la melfa y dejándolas semidesnudas ante la indignación de un pueblo que las cubrió de pudor.

Todos querían agasajar a Otmani El-Lud Emman, que llegaba a casa después de ser liberado tras el indulto concedido por el representante de Dios en la Tierra, el rey de Marruecos, Mohamed VI. Salieron a la calle en manifestación para cubrirlo de banderas saharauis y aliviar así el sufrimiento padecido todo este tiempo en la cárcel por defender los derechos de su pueblo, pero apenas llegó a su hogar entre abrazos y besos, las fuerzas de seguridad marroquíes asaltaron su casa, lo golpearon hasta perder el conocimiento y lo maniataron arrojándolo a la calle. Su madre estaba desesperada, sus ojos se anegaron de lágrimas y corrió a protegerlo del dolor, soportando en su espalda los golpes que dirigían hacia él. Quedó exhausta, junto a su hijo, en un baño de sangre. Muchos años, mucha sangre.

Más tarde supimos que otros cuatro hogares más fueron asaltados y destrozados. Qué lentas pasaron las horas en la madrugada del lunes. El ejército y la gendarmería recibieron la felicitación del rey por su campaña de represión.

Este es el precio que deben pagar los activistas saharauis de Derechos Humanos por ser incluidos en el tan anunciado indulto a 216 presos supuestamente saharauis, de los que sólo han sido liberados unos 30 presos políticos, el resto son presos comunes marroquíes y la mayoría traficantes de droga que han comprado su libertad a los funcionarios de la cárcel. La decepción y el enfado popular por el engaño, no se ha hecho esperar. Siguen en prisión 35 presos políticos saharauis y las revueltas en cárceles como Nador (al norte de Marruecos), la cárcel Negra del Aaiún, cárcel de Tiznit, de Ait Mel-loul y la cárcel de Inzegan, traspasan ya los muros de la prisión en las que también los presos comunes saharauis están organizando sentadas y rechazan la comida como señal de protesta ante la burlona farsa del rey. En Inzegan, los reclusos han entrado ayer en una huelga de hambre de 48 horas como antesala a otras acciones reivindicativas. Otros dos presos comunes saharauis, en la cárcel de Nador, han entrado en una huelga de hambre abierta en protesta por su exclusión y como denuncia ante la gran mentira que el régimen marroquí pretende hacernos creer.

El rey se fue, pero antes de dar la espalda soltó a los perros y bajó el pulgar. Otra vez Smara. «Deprisa, deprisa, avisa a la prensa, esto es una masacre «, minutos más tarde ya no volvimos a hablar con él.

Ha amanecido y el sol escuece en las miles de heridas abiertas anoche, ayer y siempre, en Smara, en el Aaiún, en Dajla, en Bojador… y en todas las ciudades asfixiadas por tantas heridas a uno y otro lado del muro.

El rey se fue, lo repito para que lo escuchen las familias saharauis a las que les fueron confiscados sus hogares, sí, ya podéis volver a casa. Se marchó y no habló ni siquiera de su ridícula autonomía, que por otro lado, jamás aceptaremos puesto que exigimos nuestra independencia a través de un referéndum justo y democrático con las directrices establecidas por la ONU.

No habló de nada, se limitó a pasearse vestido de Armani por las calles de un territorio que le da miedo. Sus lamentables comentarios, lanzados sin argumentos sólidos, desorientan a la prensa internacional que tiene que desmentir a diario sus palabras…

Mohamed VI fue al Sáhara a por lana y salió trasquilado, su visita supuso un acto despótico e insultante para las resoluciones de la ONU y una provocación para todos los ciudadanos saharauis que, a pesar del tupido despliegue policial, desafiaron pacíficamente su poder lanzándose a las calles conscientes de su desprotección pero seguros de su lucha.

Hace unos días levantó el pulgar y liberó a unos pocos presos políticos saharauis que su régimen condenó en juicios sumarios, encarceló y torturó con la naturalidad que lo hacen los gobiernos autoritarios y despóticos, el domingo bajó el pulgar y arrasó Smara. Habrá que cortarle la mano a este emperador romano.

Por un Sáhara libre.