China es sutil, pero lleva un tiempo emitiendo mensajes sin ninguna sutileza. China está más que harta de Occidente y, en particular, de EEUU. Podéis seguir toda la secuencia en la etiqueta China. No quiere la confrontación, pero está más que preparada para ella si es necesario. Y la alianza estratégica que mantiene con Rusia […]
China es sutil, pero lleva un tiempo emitiendo mensajes sin ninguna sutileza. China está más que harta de Occidente y, en particular, de EEUU. Podéis seguir toda la secuencia en la etiqueta China. No quiere la confrontación, pero está más que preparada para ella si es necesario. Y la alianza estratégica que mantiene con Rusia no hace más que reforzar este flanco: el militar.
China estaba tranquilita, con su proceso «dengshiaopingniano» de todo vale, de que lo mismo da un gato negro que un gato blanco siempre que cace ratones, de que es bueno enriquecerse, de que bla, bla, bla. Corría el año 1999. Entonces diseñó un plan a largo plazo considerando que con el inicio de una política de relaciones sin injerencias con todos los países del mundo, de forma especial en África y América Latina -además de Asia, por supuesto- llegaría al año 2027 en condiciones de paridad estratégica en todos los aspectos con EEUU. Es lo que aprobó en un documento oficial, pero eso no le gustó a EEUU.
EEUU actuó como únicamente lo sabe hacer: en plan matón. Y sólo se le ocurrió bombardear la embajada china en Belgrado, la capital de la entonces Yugoslavia. Entonces se desarrollaba una guerra contra este país, ilegal, impuesta por la OTAN y que destrozó para siempre la idea de la Unión Europea. Desde entonces la UE no es otra cosa que una sucesión de vasallos de EEUU.
En ese bombardeo murieron tres cuidadanos chinos. EEUU nunca se disculpó siquiera, como por otra parte es habitual. Justificó de varias maneras el bombardeo. Pero los chinos lo consideraron una afrenta y juraron venganza. Varios generales del Ejército Popular de Liberación dijeron entonces, y lo han repetido, que en 1999 China no podía «devolver el golpe», pero llevan unos años, desde 2010, diciendo abiertamente que están preparados para ello y que «no olvidamos la afrenta». Por cierto, quien ordenó el bombardeo de la embajada china fue el muy progresista Bill Clinton. Tomad nota porque su señora quiere ser presidenta.
Ante la imparable decadencia de Occidente y su constante pérdida de hegemonía a nivel mundial en todos los ámbitos, políticos, económicos, militares y morales, EEUU y sus vasallos sólo actúan de una forma:usando la fuerza. La OTAN está a las puertas de Rusia buscando de forma abierta una provocación y la marina de EEUU está enviando el grueso de sus fuerzas al Mar del Sur de China buscando de forma abierta una provocación. Rusia ya ha respondido que está dispuesta a ello. China no había hablado hasta ahora.
El viernes pasado, el presidente chino realizó una visita de Estado a Serbia y demostró que los chinos no hablan por hablar y que no han olvidado la afrenta haciendo algo inusual: rindió honores de héroes a los tres ciudadanos chinos muertos en el bombardeo de la embajada en 1999.
Han pasado 17 años de ese acto de matonismo y chulería occidental. China, con este simple acto, está avisando a los matones occidentales, a EEUU en particular, que no va a permitir algo similar. El día elegido no fue al azar, no fue porque Xi Jinping estuviese en Belgrado -podía haber sido el día antes o el de después, puesto que estuvo tres días y el bombardeo fue en marzo, ni siquiera se conmemoraba el aniversario- sino porque se hizo coincidir con el anuncio de un ejercicio de «guerra electrónica» realizado por EEUU en la base de Clark, en Filipinas, justificado por «las tensiones del Mar del Sur». Observad que EEUU, como es habitual, manipula los hechos. El Mar del Sur de Marte, de la Antártida, ¿de dónde? El Mar del Sur de China, que si se llama así desde hace siglos será por algo.
China ha vuelto a enviar un mensaje sin ninguna sutileza a Occidente: algo similar al bombardeo de la embajada en Belgrado no va a volver a suceder y si sucede ateneos a las consecuencias. La amnesia histórica está muy bien, alguien puede considerar la historia como batallitas de viejos, pero cuando se olvida la historia es que no se tiene en cuenta el presente y, por supuesto, no se tiene nada claro el futuro. China está dejando muy claro que no olvida la historia -eso no sucederá nunca en un pueblo milenario-, que la tiene muy clara en el presente y que de ello depende su futuro. Además, está diciendo que su ejército ya no es el de 1999 y que si alguien lo duda, que pruebe.
No quería dejar de reseñar este importante acto, pero lo relevante de la semana será, sin duda, el referéndum en Gran Bretaña sobre si seguir o no dentro de la Unión Europea. Tras el asesinato del jueves, las encuestas dan ahora como ganador a los partidarios de seguir y se acusa a los críticos nada más y nada menos que de nazis, además de ignorantes y racistas. El mensaje de «los que atacan a la UE son violentos» es ahora el único que sostienen quienes no tienen otros argumentos.
En este ambiente, los griegos han hecho circular una carta en Gran Bretaña en la que defienden el voto en contra de la UE. Como los chinos, también apelan a la historia para tener claro el presente y defender el futuro.
«La UE tiene una historia repleta en cuanto a ignorar el voto de la gente. Los referendos no son bienvenidos si no aprueban la política oficial de la UE. Si los pierden, los gobiernos utilizan una campaña de desinformación para repetir el referéndum hasta lograr el resultado que les conviene. Eso pasó en Dinamarca en 1982, cuando se votó contra el Tratado de Maastricht; en 2001, cuando los irlandeses votaron en contra del Tratado de Niza; en 2005 en Francia, cuando se rechazó la Constitución europea. Entonces, como el riesgo era demasiado alto, la UE decidió que no hubiesen más referendos y que fuesen sólo aprobaciones en los parlamentos. Eso es el Tratado de Lisboa. En Grecia tuvimos un referéndum en 2015 y pese a que el pueblo dijo no, el gobierno se plegó a la Troika [Comisión Europea, Banco Central y FMI]. En 2016 los holandeses votaron en contra del acuerdo de la UE con Ucrania y la UE lo ha desoído».
Y terminan: «La UE ha demostrado actuar solo en nombre de los bancos, de las empresas multinacionales. de los grupos en la sombra. No actúa a favor de los pueblos que la forman. El día 23 tenéis la oportunidad histórica de detener la transformación de Europa en una dictadura».
Podían haber añadido muchos más datos, como los que acaba de dar a conocer el Banco de Grecia, reconociendo que como consecuencia de las medidas de «austeridad» impuestas por la UE, la mortalidad infantil a subido del 2’65 por mil en 2008 a 3’74 por mil en la actualidad, que las enfermedades mentales eran del 3% de la población en 2008 y ahora están en el 12’4% (especialmente los casos diagnosticados de depresión), o que el aumento de cualquier tipo de enfermedad crónica ha subido desde 2008 un escalofriante 24%. Y podían haber terminado diciendo que «la UE mata».
Tal vez al ser conscientes de ello, Islandia decidió retirar su solicitud de ingreso en la UE el 12 de marzo de 2015. Y tal vez por la misma razón Suiza decidió hacer lo mismo, retirar su solicitud de ingreso en la UE, el 17 de junio de 2016.
Fuente: http://elterritoriodellince.blogspot.com/2016/06/otro-mensaje-de-china-y-de-una-parte-de.html