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Plantando entre alambres de púas

Fuentes: IPS

La granja de tres hectáreas de Touseef Bhat en este pintoresco valle del distrito de Bandipora, Cachemira, tiene una característica incongruente: la atraviesa una valla electrificada y con alambre de púas. «Puedo tolerar que la nieve cubra mi tierra durante cinco meses al año y los crecientes costos de los insumos agrícolas como las semillas […]

La granja de tres hectáreas de Touseef Bhat en este pintoresco valle del distrito de Bandipora, Cachemira, tiene una característica incongruente: la atraviesa una valla electrificada y con alambre de púas.

«Puedo tolerar que la nieve cubra mi tierra durante cinco meses al año y los crecientes costos de los insumos agrícolas como las semillas y los fertilizantes, pero esa cerca redujo drásticamente mis ingresos», dijo Bhat a IPS, refiriéndose a la «barrera de separación» instalada por el ejército indio para disuadir la infiltración de separatistas pakistaníes a través la Línea de Control (LOC, por sus siglas en inglés).

En algunos lugares, la cerca se encuentra a varios kilómetros de la propia LOC, frontera establecida por los ejércitos de India y Pakistán al final de la guerra de 1971.

La valla se ubica dentro del territorio controlado por India. Su objetivo es impedir el contrabando y el ingreso de armas y combatientes separatistas pakistaníes, según Nueva Delhi.

Para los aldeanos, la cerca representa una «pequeña división» dentro de la «gran división» de la LOC, y separa a familias enteras ya afectadas por la disputa de 65 años entre los dos países por esta región rica en recursos.

«La cerca nos genera serias dificultades», dijo Bhat. «A veces tenemos que caminar varios kilómetros hasta un puesto de cruce solo para visitar a un vecino».

«Cuando la barrera fue completada en 2004 se nos dijo que ayudaría a frenar la infiltración de combatientes», recordó Bhat. «Coincidimos en que construirla era un requisito, pero debería estar ubicada más cerca de la LOC».

El portavoz del ejército indio en Jammu y Cachemira, J.S. Brar, dijo a IPS que la valla había demostrado ser sumamente efectiva para disuadir el ingreso de separatistas.

«El vallado es de hecho parte de la red de vigilancia que usa también sensores de detección», indicó.

En agosto, el ejército indio envió aviones no tripulados al valle de Gurez y a otras áreas fronterizas del norte cachemiro para fortalecer la red de vigilancia. «Esos equipos electrónicos impiden la infiltración a través de la LOC», aseguró Brar.

La barrera consiste de dos cercas de alambre concertina de entre 2,4 y 3,7 metros de altura y con un pequeño espacio minado entre ellas. En algunos tramos, esta valla de 550 kilómetros de largo cuenta con dispositivos de imágenes térmicas, alarmas y sensores de movimiento.

Pero la fortificación no ha impedido que el valle de Gurez siga siendo un punto favorito para la infiltración de separatistas desde el territorio controlado por Pakistán. El 20 de agosto, el ejército indio mató a 12 combatientes que intentaban cruzar. Un oficial murió en el enfrentamiento.

Estos incidentes preocupan a los 35.000 habitantes de Gurez, que ya sufren por la falta de infraestructura básica como buenas carreteras y centros de atención médica.

«Tenemos miedo de que esos incidentes deriven en intercambios de disparos y luego en bombardeos a través de la LOC, tornando la vida aquí en un infierno», dijo a IPS Rasheed Lone, aldeana de Gurez.

«Recuerdo vívidamente cuando un proyectil de mortero disparado por soldados pakistaníes cayó en la central de autobuses y mató instantáneamente a dos personas en la (no declarada) guerra de 1999», añadió.

Los refugios antiaéreos construidos cerca de escuelas y otras instituciones en Gurez testifican aquella época en que los bombardeos, que a veces duraban varios días, eran parte de la vida a lo largo de la LOC.

Desde noviembre de 2003 está en vigor tregua entre los dos países, pero la esporádica infiltración a través del valle de Gurez amenaza con reavivar los combates.

El temor a nuevos enfrentamientos también crece en la parte pakistaní, particularmente en el valle de Neelum, al otro lado de Gurez.

El 16 de septiembre, la cadena británica BBC informó que habitantes de Neelum, destino turístico internacional, llevaban a cabo una protesta contra la renovada actividad militar en la zona, temiendo que ello socavara el cese del fuego.

«Los habitantes del lugar dicen que los combatientes (separatistas) pakistaníes están inundando el área y cruzando a la Cachemira administrada por India para lanzar ataques allí. Temen que represalias del lado indio puedan amenazar la tregua de 2003 y la vida en el valle», señaló la BBC.

Por ahora, la principal preocupación en el lado indio es la sustentabilidad de la agricultura y la ganadería. «Puede que no haya disparos, pero el ganado que se encontraba entre la cerca y la LOC se alejó a la parte pakistaní y se perdió para siempre», lamentó Lone.

«En julio de este año, desaparecieron 85 animales del ganado perteneciente a mi aldea de Budap, que valían al menos 50.000 dólares», dijo por su parte Bhat. «No podemos darnos el lujo de esas pérdidas. Hemos solicitado a las autoridades que nos ayuden a recuperar los animales o que nos den compensaciones», agregó.

El vicecomisionado del distrito de Bandipora, Manzoor Ahmad Lone, confirmó que el ganado esta pasando para el lado pakistaní. «Llevé este asunto a lo más alto de la administración y también a oficiales del ejército. Pero no hemos diseñado aún ningún mecanismo para afrontar la situación», dijo.

Fuente original: http://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=99487