Después de los bombardeos de Clinton en 1998, la siguiente contribución de importancia al crecimiento de Al-Qaeda y a la prominencia de Bin Laden fue el bombardeo de Afganistán, con ningún pretexto creíble, como tranquilamente asintieron más tarde. Aquello condujo a un considerable reclutamiento y entusiasmo por «la lucha cósmica (» universal «) entre el […]
Después de los bombardeos de Clinton en 1998, la siguiente contribución de importancia al crecimiento de Al-Qaeda y a la prominencia de Bin Laden fue el bombardeo de Afganistán, con ningún pretexto creíble, como tranquilamente asintieron más tarde. Aquello condujo a un considerable reclutamiento y entusiasmo por «la lucha cósmica (» universal «) entre el bien y el mal,» la retórica compartida por Bin Laden y el escritor de discursos del Presidente Bush (Supongo que Bin Laden escribe sus propias oraciones).
He estado virtualmente parafraseando el más cuidadoso y detallado estudio de Al-Qaeda, el muy importante libro del periodista británico Jason Burke. Revisando muchos ejemplos, él concluye que «Cada uso de la fuerza es otra pequeña victoria para Bin Laden.» La conclusión general resulta ampliamente compartida entre otros, por antiguos jefes de la inteligencia militar israelita y los Servicios de Seguridad General (Shabak), en su propio contexto. Casi a diario existen nuevos ejemplos.
El alza de Moqtada al-Sadr hasta convertirse en una personalidad prominente es un ejemplo. Uno aún más instructivo lo son los recientes horrores en Fallujah. La invasión de infantes de marina, matando a centenares de habitantes, fue una reacción al asesinato de cuatro contratistas de seguridad estadounidenses. La responsabilidad de estos brutales asesinatos se la adjudicó una nueva organización autotitulada : «Brigada del Mártir Ahmed Yassin.». Vengaban la muerte del clérigo cuadriplégico Sheikh Yassin, junto con media docena de sus seguidores, cuando éste salía de una mezquita en Gaza una semana antes.
Aquello se informó como un asesinato israelita, pero no con exactitud. Sheikh Yassin fue asesinado por un helicóptero estadounidense piloteado por un israelita. Israel no produce helicópteros. Estados Unidos se los envía dando por sentado que serán utilizados para tales fines, no defensivos, como han sido utilizados regularmente. Algunas de las circunstancias, bien documentadas, pero sistemáticamente esquivadas, resultan bien notables. En los últimos seis meses los «asesinatos dirigidos» habían matado unos 50 sospechosos y 80-90 ciudadanos que andaban por el lugar.
Ninguno entra en los anales del terrorismo de estado, por virtud de acuerdos, los Estado Unidos de América están exentos de tales cargos, por definición, y sus clientes heredan la inmunidad, particularmente en acciones conjuntas. Una condición crucial de la cultura moral e intelectual es que los poderosos tienen el derecho a hacer las leyes. Estos resultan principios importantes para el orden mundial, similares a los de la Mafia, a los cuales el orden internacional tiene algo más que una semejanza casual.
Siguiendo la cadena de violencia en este caso, encontramos que conduce directamente del asesinato de Sheikh Yassin cometido por Estados Unidos e Israel, hasta la conflagración en Irak. Ya eso era harto conocido, pero era virtualmente silenciado en los medios; en los Estados Unidos, al menos donde la cobertura de los medios es cuidadosamente estudiada.
Los apologistas para el terrorismo de estado objetarán que la cadena de violencia no comienza con el asesiato Yassin. Cierto, pero irrelevante. Y si seguimos la cadena más allá de los resultados arribamos a conclusiones aún más feas.
Existe también un amplio consenso de especialistas sobre como reducir la amenaza del terror. Tiene dos puntas. Los terroristas se ven ellos mismos como una vanguardia, buscando movilizar a otros, dándole la bienvenida a una reacción violenta que sirva a su causa. La reacción correcta a los actos criminales es el trabajo policial, el cual ha sido bastante exitoso: en Europa, en el sureste Asiático, y en todas partes.
Mucho más importante resulta el amplio distrito electoral al cual los terroristas buscan movilizar, gentes que pueden odiarlos o temerlos, pero que, sin embargo, los ven como luchadores por la causa justa. Aquí la respuesta correcta consiste en poner atención a sus motivos de quejas, a menudo legítimos y deben de considerarse como ajenos a cualquier relación con el terror.
Existen muchos ejemplos. Inglaterra y el Norte de Irlanda, para tomar un caso reciente. En la medida en que la respuesta de Londres al terror del Ejército Republicano Irlandés (ERI) era la violencia, el terror y el apoyo al mismo aumentó. Cuando, finalmente, se empezó a prestar alguna atención a los legítimos motivos de quejas, todo lo anterior disminuyó. Belfast no es una utopía, sino un lugar mejor que hace una década. Incidentalmente, el terror del ERI estaba financiado desde los Estados Unidos de América, de hecho justamente donde yo vivo.
Los expertos en contraterrorismo estaban conscientes de esto, pero no interferían, y creían que no hubiera sido posible hacerlo, aunque ahora Arabia Saudita exige medidas semejantes, y se están llevando adelante con algún éxito. Como es habitual, la «posibilidad» depende de quien es el buey que se está sacrificando.
La violencia puede triunfar. También hay muchos ejemplos de ello. El destino de los pueblos indígenas de los Estados Unidos de Norteamérica constituye un dramático ejemplo – también ignorado o negado, a menudo en forma alarmante, una reacción típica a los propios crímenes.
La violencia puede triunfar, pero a un costo tremendo. También puede provocar una mayor violencia como respuesta, y a menudo lo hace. Incitar al terror no constituye el más ominoso ejemplo habitual.
Dos meses atrás, Rusia llevó adelante sus mayores ejercicios militares en dos décadas, desplegando nuevas y más sofisticadas armas de destrucción masiva, teniendo como blanco a los Estados Unidos de América. Los dirigentes políticos y militares rusos dejaron claro que esto era una respuesta directa a las acciones y a los programas de la administración Bush, tal y como se había pronosticado. Un ejemplo fundamental en que se enfatizó fue en que el desarrollo estadounidense en armas nucleares de corto alcance.
Los analistas estratégicos rusos saben tan bien como sus contrapartes estadounidenses que estas armas pueden tener como objetivo los bunkers de mando ocultos en montañas que controlan los arsenales nucleares rusos. La insistencia de Washington en utilizar el espacio con propósitos militares ofensivos resulta otra preocupación principal.
Los analistas estadounidenses sospechan que Rusia está duplicando el desarrollo estadounidense en el Vehículo Crucero hipersónico, el cual puede orbitar la tierra y reingresar repentinamente en la atmósfera lanzando ataques devastadores en cualquier parte sin previo aviso. Los analistas estadounidenses también estiman que los gastos militares rusos pueden haberse triplicado en los años Bush-Putin.
Rusia ha adoptado la doctrina Bush del «ataque preventivo» – es decir, agresión a voluntad – la nueva doctrina «revolucionaria» que impresionó a Kissinger. También confían en sistemas de respuesta automática, los cuales, en el pasado, habrían llegado a los pocos minutos de haber asestado un golpe nuclear, escasamente abortado por la intervención humana. En la actualidad los sistemas se han deteriorado, con el colapso de la economía rusa bajo el fanatismo del mercado en los últimos años.
Los sistemas estadounidenses permiten tres minutos para humanos después que las computadoras avisan de un ataque con misiles – informado como de ocurrencia cotidiana. Entonces tienen lugar 30 segundos de instrucciones presidenciales. Los analistas del Pentágono han descubierto serios defectos en los sistemas de seguridad de las computadoras los cuales pudieran permitir que hacker terroristas se infiltrasen y simulasen un lanzamiento. Es «un accidente en espera de que ocurra» advierte un prominente analista estratégico estadounidense – Bruce Blair, jefe del Centro para Información de Defensa. Los sistemas rusos son aún menos confiables.
Los peligros se elevan de manera consciente mediante la amenaza y el uso de la violencia – y ahora estamos considerando amenazas reales para sobrevivir.
La Administración Bush anunció que desplegaría los primeros elementos de un sistema de misiles de defensa en Alaska en el verano de 2004, en época de elecciones presidenciales. Estos planes han sido criticados porque resultan obviamente elaborados en momentos y con propósitos políticos, utilizan tecnología no probada a grandes costos, y probablemente no funcionarán. Todo esto puede ser correcto, pero existe una crítica mayor : los sistemas pudieran funcionar, o al menos parecer que pudieran hacerlo. En la lógica de la guerra nuclear lo que cuenta es la percepción, no la realidad, y los planificadores tienen que hacer el peor caso de los análisis. De todas partes se comprende que la «defensa mediante misiles» es un arma ofensiva, la cual le brinda libertad para la agresión, incluyendo un primer golpe nuclear. Esto está plenamente acordado por analistas estadounidenses y objetivos potenciales, quienes incluso hacen uso de las mismas palabras : un sistema de defensa por misiles no es solamente «un escudo,» sino también «una espada.»
Continuará…