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Se firmó acuerdo Transpacífico

Fuentes: Agencias

Los ministros de Comercio de 12 países del Pacífico Asiático firmaron ayer en Nueva Zelanda un acuerdo de libre comercio (Transpacífico, TPP), que dijeron aumentará en un modo significativo el comercio en el área. Empero, para que el pacto adquiera efectivamente fuerza, cada país ahora debe ratificarlo mediante su proceso de política interna. Y aún […]

Los ministros de Comercio de 12 países del Pacífico Asiático firmaron ayer en Nueva Zelanda un acuerdo de libre comercio (Transpacífico, TPP), que dijeron aumentará en un modo significativo el comercio en el área.

Empero, para que el pacto adquiera efectivamente fuerza, cada país ahora debe ratificarlo mediante su proceso de política interna.

Y aún resta una cuestión abierta que es si Estados Unidos, políticamente dividido, aceptará el entendimiento. El acuerdo concierne a una región responsable de un tercio de todo el comercio mundial, aunque tenga la pesada ausencia de China, que lleva adelante sus propios pactos comerciales.

Sus sostenedores dicen que el TPP aumentará el comercio y lo hará más igualitario, eliminando la mayor parte de las tarifas y otros límites. Sus detractores afirman, en cambio, que erosionará la soberanía nacional y dará mucho más poder a las empresas estadounidenses.

A más de Estados Unidos, el acuerdo fue firmado por Nueva Zelanda, Japón, Canadá, México, Australia, Malasia, Singapur, Perú, Chile, Vietnam y Brunei.

En Washington, el presidente norteamericano Barack Obama saludó la firma del acuerdo TPP, fuertemente impulsado por la Casa Blanca, subrayando que este permite a Estados Unidos escribir las reglas para el camino del siglo 21, cosa particularmente importante en una región dinámica como la del Asia Pacífico.

El TPP comenzó a negociarse hace cinco años y las mayores críticas apuntan al secretismo de las cláusulas de un texto de más de 6.000 páginas que no ha sido conocido en su totalidad.

Apuntan, además, que en su ratificación por parte de los Parlamentos -durante el primer semestre de este año- los legisladores no podrán hacer modificaciones. Los puntos más controversiales son los derechos de patentes médicas y derechos de propiedad intelectual y agrícola. En Perú, Chile y México han alertado por la exclusividad de ocho años para los medicamentos de última generación, lo que impedirá la producción de genéricos, por lo que proyectan un aumento de costos en la salud. Los defensores del ambicioso acuerdo, alcanzado el 4 de octubre pasado, señalan que se incrementarán las exportaciones beneficiadas por las rebajas arancelarias, lo que atraerá mayores inversiones. Sin embargo, un Premio Nóbel de Economía, el estadounidense Josep Stglitz, advirtió que los países latinoamericanos verán disminuida su capacidad de aplicar reformas sobre todo en áreas de la salud y medioambiente. La directora de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Chan, expresó a su vez que «si estos acuerdos abren el comercio, pero cierran la puerta a medicamentos asequibles, tenemos que plantear la pregunta: es esto realmente un avance?».

A Auckland, Nueva Zelanda, viajaron la ministra de Comercio Exterior y Turismo de Perú, Magali Silva; el canciller chileno Heraldo Muñoz y el secretario mexicano de Economía, Ildefonso Guajardo, en la representación latinoamericana involucrada en el tratado. En los tres países latinoamericanos ha habido manifestaciones ciudadanas en contra de la iniciativa -que es más que un tratado de comercio, dicen- y han llamado a los parlamentos a que no lo ratifiquen. Argumentan que «el TPP es el acuerdo comercial más peligroso que se haya firmado en la historia porque amenaza la soberanía nacional, el acceso a los medicamentos, al Internet, a una alimentación saludable y a un medioambiente limpio».

La secretaría de Economía de México observó que el Ejecutivo mexicano presentará el TPP a consideración del Senado «para su valoración y en su caso su ratificación».

El canciller chileno, Heraldo Muñoz, reiteró hoy desde Auckland que el TPP «es un acuerdo equilibrado que resguarda nuestras vulnerabilidades y al mismo tiempo representa una oportunidad para generar más prosperidad y empleos».

Insistió que «este acuerdo va a permitir que más de 1.600 nuevos productos entren a los mercado de los países que conforman el TPP». Además, indicó, «se podrá generar economías de escalas y cadenas globales de valor que, creo, serán importantes para nuestro país, además de sortear los obstáculos sanitarios y fitosanitarios que muchas veces impiden que los acuerdos comerciales puedan implementarse en plenitud».

En el Congreso chileno no hay una postura común y el senador de la oposición de derecha, Hernán Larraín, expresó que aunque el TPP va en la línea correcta de la apertura comercial, «también hay que ponerse a estudiar la letra chica y tenemos que ser cuidadosos con la forma en que los tratados internacionales que afecta a la propiedad intelectual va a ser incorporada a Chile».

Más enfrentado, el senador del oficialista Movimiento Amplio Socialista criticó el tratado y sostuvo que «va en contra» del progresismo en la región.

«El TPP es sólo un esfuerzo de Estados Unidos de poder aislar un fuerte levantamiento del progresismo en América Latina. Yo espero que haya varios votos en contra, por lo menos para tener un testimonio, de que no es coherente en materia de patentes farmacéuticas», manifestó el chileno.