Acaba de terminar el speech del rey y se escuchan silbidos y «vivas» por todos lados. El rey ha aceptado los 12 puntos esenciales propuestos por los 7 partidos políticos principales más la guerrilla maoísta para que las movilizaciones cesasen. En ellos se incluyen las garantías suficientes para que un sistema parlamentario vuelva a gobernar […]
Acaba de terminar el speech del rey y se escuchan silbidos y «vivas» por todos lados. El rey ha aceptado los 12 puntos esenciales propuestos por los 7 partidos políticos principales más la guerrilla maoísta para que las movilizaciones cesasen. En ellos se incluyen las garantías suficientes para que un sistema parlamentario vuelva a gobernar el país, mas la asunción de que la guerrilla maoísta tenga su propia voz en el parlamento. En ellos se negociará el proceso, la legalización de los partidos, incluida la guerrilla maoísta del Nepal, los plazos y los lugares, las condiciones básicas y también, cómo no, el poder que se le concederá al actual rey, sucesor de su hermano asesinado en 2001.
Es hora de que el mundo se estremezca, de que el mundo se sienta a un lado o al otro. Todos tendrán que pensar en nombre de los pobres nepalíes. Unos porque la democracia «ha ganado» y otros porque se han visto muchas, muchísimas banderas comunistas en este tiempo en que cientos de familias lloran a sus caídos por los disparos de, qué extraño, unos a los que llaman cipayos. Y así, la cosmogonía occidental dormirá tranquila. Olvidada de su mierda. Está bien escondida, en la puerta de atrás. Pero quizás éste sea el momento para recordar, quizás de otro modo, qué es lo que se juega en el, pobrecito, Nepal. En una de tantas puertas traseras de «occidente».
No se nos contará que en Nepal, la población ha demostrado y demuestra una conciencia política ejemplar. No se nos contará que existe en Nepal una guerrilla, la mayor del mundo en cuanto a militantes posiblemente, y que ya controla mas de la mitad del estado. No se nos contará que lo que ha sucedido es la lucha y el combate de 32 pueblos diferentes para el paso a un escenario político diferente. No se nos dirá que en este campo de juego arden los intereses minerales de grandes potencias mundiales como EEUU, China, India y Rusia. Nadie nos dirá que la lucha por un Nepal más libre y democrático, autoorganizado, autogestionado y autodeterminado lleva consigo otras luchas de liberación nacional como la del Tibet (no budista), Kachemira, Sikkim y Ladakh por su adhesión al Tibet, Shing Yang, Afganistán y la población sij de Punjab. No nos dirán que en la actualidad los grupos de liberación nacional levantados en armas en India son cientos y algunos más o menos en China.
Qué es Nepal entonces? ¿Qué cambia en el mapa? Aunque sea por un momento, por un mes o por un año, ¿en qué cambian ambas vertientes del Himalaya? Esperemos que mucho. Que para empezar nos despojemos de nuestra suficiencia eurocentrista para catalogar ésto o aquello. Para juzgar y sentenciar allá. Nepal, que en el nombre del padre del hijo y del espíritu santo es el país con el vertedero ajeno mas alto del mundo, está cambiando. Quizás no hoy, pero seguro que poco a poco algunas de aquellas personas que llevan colgados abrigos y bolsos made in Nepal sabrán que las manos que los cosieron, que los tejieron, son ahora más libres que aquellos que los portan. Todavía no es el día de una gran revolución roja, socialista, maoísta o como se le quiera llamar. Otros dirán «terrorista», jeje… Condenarán y victimizarán olvidándose de ciertas cifras candentes. Uno de los países mas pobres del mundo enseña sus dientes a sus explotadores, a aquellos que se permiten viajes a las cumbres mas altas, a aquellos hippies que se forran a cuenta del trabajo ajeno y del regateo sin compasión alguna, a todos aquellos hijos malnacidos o retorcidos que planean la explotación de uno de los recursos minerales y acuíferos mayores del mundo. Ahora todos ellos saben que no se andan con bromas. Que están dispuestos a defender lo suyo. Que están dispuestos a defender su estilo de vida tradicional por encima de lo que les venda una caja de mentiras y todos los lujos guiris. El mismo corazón que ha hecho que no exista una institucionalización de la religión en el país sino una auto-invención constante de nuevos símbolos en cada metro cuadrado, late ahora mas vivo que nunca.
Ahora le toca a Euskal Herria, por un lado tenemos el fácil camino que el sistema nos brinda. Ser españoles o franceses y seguir explotando nepalíes, chinos. O por otro, aceptar el reto, el regalo que nos lanzan Nepal, Irak, Cuba, Venezuela, el pueblo mapuche, los pueblos bolivianos, el pueblo sami, el norte de IrlandaŠ Y luchar por un mundo más libre, luchando y construyendo una Euskal Herria más libre cada día. Una Europa de los pueblos y un mundo libre de nosotros mismos.
Bisintxo Zabala Martínez es militante de Askapena