Tres barcos oficiales chinos llegaron la mañana de este viernes a las aguas de las islas Senkaku, en una primera incursión de este tipo tras la victoria el domingo pasado, en las elecciones legislativas, del partido conservador japonés, anunciaron los guardacostas. El líder del Partido Liberal Democrático (PLD), Shinzo Abe, quien será nombrado primer ministro […]
Tres barcos oficiales chinos llegaron la mañana de este viernes a las aguas de las islas Senkaku, en una primera incursión de este tipo tras la victoria el domingo pasado, en las elecciones legislativas, del partido conservador japonés, anunciaron los guardacostas.
El líder del Partido Liberal Democrático (PLD), Shinzo Abe, quien será nombrado primer ministro el 26 de diciembre, afirmó el lunes que la soberanía japonesa sobre las islas reivindicadas por Pekín, con el nombre de islas Diaoyu, «no era negociable».
«Tres patrulleras chinas entraron en las aguas territoriales cerca de Kubajima», una de las islas del pequeño archipiélago, dijo un funcionario de la Guardia Costera japonesa.
El conflicto entre Pekín y Tokio se agravó tras la nacionalización por Tokio, en septiembre, de parte de ese rosario de islas deshabitadas, situado a unos 200 km al noreste de la costa de Taiwán y 400 km al oeste de Okinawa (sur de Japón), en el mar de China oriental.
Tras la decisión y durante una semana, en muchas ciudades chinas hubo manifestaciones antijaponesas, a veces violentas, antes de que Pekín las detuviera. Sin embargo, las naves del Gobierno chino navegan cerca o dentro de las aguas territoriales de las islas.
El jueves pasado, la crisis se intensificó con el sobrevuelo del archipiélago por un avión de vigilancia marítima chino, lo que fue denunciado por Japón como la primera violación, en la historia, de su espacio aéreo por los chinos. Las autoridades japonesas ordenaron de inmediato el despegue de sus cazas F-15.
Tras las declaraciones del futuro primer ministro nipón, conocido por ser firme en política exterior, China se declaró abiertamente «muy preocupada» por «la dirección que podría tomar Japón» bajo la dirección de Abe.