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Trump medita sobre la Operación Antorcha-Gedeón (II)

Fuentes: Rebelión

Donald sueña sobre los petroleros iraníes, ordena balear niggers y arma otras crisis en Corea y el Líbano.

La red, la tela de araña, y sus laberintos

«Esa pequeña frase: Yo, Trump, Yo el Supremo, Yo, el Imperio… Yo, Yo, (…) repetitiva, está en el comienzo de todos mis sueños nocturnos de coca o de adormidera. Es el primer fotograma, lo que salta al comienzo llenando la pantalla. No sé como sueñan ustedes pero Yo lo hago en fotogramas separados o en pequeños vídeos muy confusos: como una bruma humana de personajes que interaccionan a destiempo. El fotograma es como la imagen de un pantallazo que me llena el cerebro. En colores o en negro. Negro de niggers y de terror ante el Covid 19. Con mayúsculas de suprema potestad, gestos imperiales y tembladera de supremacista blanco. A los niggers les he acosado por los dos lados, estrangulándolos entre la pandemia de virus y los asesinatos policiales. Con ambos métodos se quedan sin oxígeno. Así los quiero. Así o en la cárcel. Soy un hombre humanitario, hace pocos años los quemábamos y en la paz del Señor».

La mezcla

«En los sueños se entremezcla todo y en la realidad todo parece descomponerse. En los primeros en rojo sobre fondo blanco; o en rojo sobre fondo negro o blanquinegro. Como los nazis y los supremacistas blancos. “Todos los caminos conducen a Roma”, se decía antes. O a Berlín mucho después y ahora se dice, o se piensa, que “todos los caminos conducen a Washington”. Todos los caminos sí; aunque den piruetas fantásticas, vueltas o meandros, pero todos ellos: aéreos, terrestres, marítimos, están cruzados por el coronavirus. Es decir: no están. De modo que me encuentro con otro lema clarísimo pero desesperante: ‘Todos los caminos conducen a ninguna parte'».

«Es como una red o como una tela de araña, según se mire. Así que intento caminar muchos caminos, uno detrás de otro o de dos en dos para ganar las próximas elecciones y consolidar mi grandeza. Ya veremos después si voy a por un tercer mandato como Roosevelt, o por alguno más como hicieron los emperadores romanos. Tengo que hacerlo lo más rápidamente posible antes de que las salidas se anuden y todo se convierta en imposible. En un agujero negro».

Te la juegas, Donald

«¡Te la juegas Donald, te la juegas Donald!, me dicen, apurándome, sombras siniestras como las brujas a Macbeth. Y YO ya no sé a dónde lanzar mis misiles. Los comandantes de mis mejores Portaviones, se han sublevado. No solo por el Covid19 -que ya está dentro de esos enormes buques- verdadero orgullo de mis fuerzas navales, sino también en los de portaviones de mis aliados. El Theodore Roosvelt es el nuestro; el Charles de Gaulle el de Francia. Nuestros comandantes se sublevan por la convicción de que no podían ir a la guerra, sin perderla. Me he dado cuenta de una premisa previa que guía su conducta porque es exactamente igual a la mía. Los estadounidenses van a la guerra como a una competición de “cero muertos”. En los tiempos que corren eso no es posible».

«‘Yo no mandé la flota a luchar contra los elementos’, decía aquél rey español papista que lanzó una inmensa flota contra mis predecesores y se encontró con una pequeña tormenta y algunas decenas de brulotes que le incendiaron los buques. No es que Yo sepa mucho de historia, pero mis asesores, fundamentalmente los militares, sí. Lo mío es curiosidad imperativa que exige respuesta».

Las andanzas de George W. Bush

«En una ocasión, estudiando las andanzas del mentecato George. W. Bush me encontré con la famosa “Foto de las Azores” y le pregunté a mi Jefa de la CIA: ¿Quién es ese payaso con bigotito, disfrazado de Adolf Hitler? ¿Porqué está ahí con Blair? Entonces me contaron lo de los Imperios históricos y sus conflictos. Aznar es el líder (encubierto entonces) del fascismo español, un conglomerado de un partido nazi-fascista que proclama el antiguo Imperio Español dónde no se ponía el Sol, unos generales genocidas y una Iglesia omnipresente. Esto lo enlaza, tiempos aparte que mezclan los sueños, con Felipe II y los “elementos” de los que ya he hablado. Está con Blair porque éste último representa al Imperio Británico. Nada menos. Cosas de George Bush que siempre le daba mucha importancia a los factores simbólicos».

«Los “elementos”, en nuestro caso, no solo son los aviones rusos, con altísimas cotas de vuelo, sistemas de misiles de largo alcance y vuelo deliberadamente errático en su parte final con contramedidas que los hacen prácticamente indetectables; sino también aviones chinos invisibles, muy rápidos y con excelentes sistemas de misiles. El tal Felipe II les llamó piratas a los marinos que le vencieron; yo les llamo terroristas o dictadores que violan los derechos humanos de sus pueblos a los que no soportan mi querida desigualdad y van a vencerme a mí».

«En los sueños no aparece nada que uno no haya visto, leído o vivido con intensidad. Por ejemplo, la saña –inconveniente en estos momentos– que yo le tengo a los niggers, latinos, irlandeses, italianosy otras mierdas coloreadasno solo viene de mi indudable origen supremacista blanco, sino del odio que le tengo y le he demostrado, a al monigote Barack Obama. Un negro con mezcla exótica. No obstante sus asesores frenaron todas sus reformas y le obligaron a señalarme que el enemigo principal: “amenaza inusual”, era Venezuela. De su cabeza no podría salir tal cosa».

Muñeco de trapo

«La verdad es que parezco un muñeco de trapo de guiñol infantil, desmadejado, desarticulado y decaído. Así que paso de la impecable Operación Gedeón, que no tenía más objetivo que el magnífico, pero improbable, magnicidio a Nicolás Maduro -si la suerte acompañaba a los comandos-, y el de justificar y sostener una guerra sicológica situada sobre una terrible y persuasiva guerra económica a la que algunos norteamericanos llaman nada menos que genocida».

«Desde ahí, desde Venezuela, ya un permanente fracaso y un dolor de cabeza continuo, me meto en la Gran Red que me marca objetivos alcanzables pero que se ha convertido en un laberinto pero a lo bestia. Da igual que considere a los EEUU como el centro del mundo y a su sistema de bases y flotas como su despliegue. Así tenemos al bonito y radial sistema de bases en una red enorme y, al mismo tiempo, en un laberinto. Doy dos pasos por un lado y todo se confunde y pierde fuerza. Si en lugar de la tela de araña utilizo el despliegue en red estoy haciendo exactamente lo que quiere mi enemigo. Sabe que si amago en cuatro lugares pierdo ocho veces mi fuerza».

La guerra interior

«Lo que me estropea todo es que los caminos se multiplican y la coca me hace ir a por todas. De Venezuela a Irán, de Irán al estallido de una “guerra interna” contra niggers y latinos. Para un supremacista blanco como yo, está claro que detrás de ellos están los irlandeses católicos -medio mafiosos- a cuyos líderes no conseguimos matar del todo y los puertorriqueños que ya están aquí y allá, partidos desde hace tiempo, siervos disconformes de un sistema colonial encubierto que juega con su dignidad, y que está en crisis. Puerto Rico, pese a los irreductibles independentistas que quisieron volar hasta el Capitolio, ha sido siempre un sistema clientelar de minorías oligárquicas medio asimiladas, clases medias medio integradas, y un pueblo mantenido por un sistema de cupones. Hoy en día la pobreza es indescriptible y crece el independentismo. A mí me ha dado la oportunidad de demostrar un doble desprecio: a la ONU que vota cada año por el ejercicio de la libre autodeterminación y al pueblo que ha ido perdiendo todas sus batallas. O tal vez no. Nunca se sabe.»

«Más allá, los italianos, los cubanos de Florida, los venezolanos exiliados, los centroamericanos, los mejicanos. De los indios originarios no hablo, no sea que se me despierte la bestia. Así que se trata de la guerra interna con decenas de millones de combatientes en crecimiento continuo. El coronavirus y la gigantesca crisis que se avecina, con una pirámide de riqueza realmente hermosa que va a poner a prueba nuestro sistema de control social; y de creación necesaria de hambre, pobreza, infanticidio, paro, desamparo, insuficiencia total de los sistemas de salud, de educación, vivienda, seguridad social. La Tolerancia cero tendrá que extenderse a la inmensa mayoría de la población para demostrar el mandato divino de los evangelistas y de la providencia».

«Así que, volviendo del frente externo al interno y viceversa como mandan mis sueños: de Venezuela y de Irán trasladaré al enorme saco de países delincuentes a Corea y Libia, con la esperanza de que los continuados fracasos externos y el infierno interno se conviertan en un éxito global al arbitrio de mi suerte».

Noches de cristales rotos

«En mis sueños algunas veces flamean, como veladamente, cubriendo todo el escenario, la esvástica camuflada del KKK o la de la Alemania nazi. Fuego o fuego. Noches de cristales rotos y judíos o comunistas descrismados a golpes de garrote, o noches de negros asesinados. Discursos de odio o balas perdidas».

(…)

«En los últimos años muchas balas perdidas. Algunas de ellas, las menos, naturalmente, han sido filmadas con esos móviles que deberíamos prohibir a los negros, los latinos y las demás minorías raciales con el argumento, quizás, de que estos aparatitos que pueden testificar a través de una persiana o cortina son instrumentos de combate para las rebeliones raciales. O para los ‘crímenes de odio’.»

«Yo sabía y sé que una vez entra el móvil las redes sociales los convierten en virales y los negros estallan solos. “el saqueo trae la bala” como he dicho hace unos días con motivo del estrangulamiento profesional de George Floyd. Lo dije así, después de dos frases en contrapeso: «Floyd no habrá muerto en vano» y (“los matones”) están deshonrando la memoria de Floyd» como un guiño a mis amigos blancos del país recordando a jefe de policía de Miami, Walter Headley, que en 1967 dijo casi lo mismo: «Sólo hay una manera de manejar a los saqueadores e incendiarios durante un motín y es dispararles en el acto. He dejado que la frase cale: cuando empiezan los saqueos, empiezan los disparos», fueron las palabras de Headley.»

«La frase fue utilizada por George Wallace, un supremacista blanco, que sería poco después candidato a la presidencia de los Estados Unidos.»

Un niggers bebido aparcó su coche en sitio indebido

«Después un negro que había bebido demasiado aparcó en sitio indebido. Brooks, se llamaba aquel medio mono de 27 años, que murió la noche del viernes por disparos de un policía tras resistirse a ser detenido por conducir ebrio. No quería conducir borracho y poner en riesgo a los demás ciudadanos –“Tolerancia Cero+ KKK; Cristales rotos+ KKK”. Huyó como pudo después de robarle a Garret la pistola eléctrica. Garret Rolfe lo persiguió a pistoletazos vaqueros, y Devin Bronsan lo mató de dos tiros en la espalda. Eran dos policías, supremacistas blancos como yo. Cumplieron a rajatabla el manualito de Giuliani de los “cristales rotos” que se ha extendido como la pólvora por todos los estados de esta gran nación. Esta vez fue en Atlanta.»

«Para que se enteren todos de una jodida vez: un negro se debe dejar esposar dócilmente aunque presuponga que va a ser apaleado y aún cuando lo haga para evitar posibles accidentes de tráfico por estar bebido. No puede echarse a dormir y aparcar, con su mierda en cualquier sitio. Tampoco puede resistirse y robarle la pistola eléctrica al policía aunque presuponga, una vez más, que lo van a quemar o a causar la muerte con ella. En Atlanta saben lo que hay que hacer».

Yo, caliento revueltas

«Es posible encontrar una mayoría del Tribunal Supremo que dicte alguna sentencia apropiada para que esos atropellos de los negros, que no de los blancos, sean castigados. Los jueces son casi todos de esa élite exclusiva y supremacista que no va a permitir jamás que la igualdad sea algo más que el sueño de Luther King. Solo hace falta calentar las revueltas y eso estoy haciendo bastante bien. Yo soy supremacista blanco, rubio aunque sin pelo, guapo aunque tengo cara de santa cólera (cómo si no), y más arrugas que un sapo. Con el Covid 19 hasta la estirada de Nancy Pelosi me lo ha dejado claro. Yo me escapé casi corriendo para evitar un contagio racial y el contagio viral».

El alcalde Giuliani

«Algunas veces algún policía blanco, seguramente evangélico, aplica técnicas especiales, de las aprendidas en los Manuales del alcalde Giuliani que generalizó la doctrina policial, judicial y penal de la Tolerancia Cero. En realidad Rudolph Giuliani aplicó como alcalde Nueva York sistemas de violencia racista, total y sin vacilaciones, aplicados en el Sur contra los negros desde la llegada de los primeros esclavos. Allí sabían cómo tratarlos, al fin los habían cazado en África, embarcado y encadenado en buques negreros; y organizados en cuadrillas de trabajo bajo la fuerza inspiradora del caballo y el látigo. A los blancos compasivos que se pasaban de la consideración de los negros como “buenos y sumisos Tío Tom”, les quemaban las propiedades. Eso mismo quiero hacer yo con los que se arrodillan recordando al animal negro que fue George Floyd».

«Lo del sueño satisfactorio o reparador que mencionaba al principio se lo agradezco a mis amigos colombianos y a la propia DEA experta en gratificar las juergas y facilitar el sueño de gente única como Yo, cuando lo necesitamos. Si preciso dormir para dar el tipo llamo a Pence para que me cuente, superexcitado y casi en delirio historias de terror, o me limito a confiar en nuestras multinacionales farmacéuticas como hacían, sin tanto revuelo, los emperadores romanos. De vez en cuando una buena juerga, lo que se dice una buena juerga, y vuelvo a mi guerra global, con múltiples escenarios, con un nuevo enfoque. En lugar de empezar por aquí, ordeno empezar por allá. Como los enemigos son muchos y el orden de los ataques se multiplica con el número de contendientes, siempre aparezco como un paladín para los norteamericanos a los que parece no importarles mucho que los trate como idiotas».

De la DEA de mis amores a las redes sociales

«En realidad la DEA de mis amores hace un doble papel e incluso, algunas veces, un triple o cuádruple en los que se pierde el sádico controlado como Mike Pompeo o descontrolado y veterano en todo tipo de asesinatos como Mike Pence. Lo agradezco porque la realidad es peor todavía, en las últimas semanas es, a todas luces catastrófica».

«No hay juego de casino, partida de póker o recurso financiero que lo evite. Para colmo, los más fieles aliados me privan de mis mejores mecanismos para dirigirme a los necios. En los últimos días mi twitteo continuo, con el que apaciguaba al rebaño de crédulos, a los asalariados sin trabajo, o a los que ya apenas contagiaba el sueño de América primero, se ha visto paralizado. Entre la bruma se ha terminado este sueño tenebroso en el que se metieron los niggers, para joderlo todo».

«En la penumbra llega Venezuela y detrás los petroleros iraníes pero mi sueño profundo de coca y opiáceos me va a librar del terror…»

…. Lo contaré en otro sueño…