«Todo el mundo entiende que los valores en la ciudad de Nueva York son socialmente liberales o pro aborto o pro matrimonio gay», disparó Cruz. Trump contestó que Cruz no puede ser presidente por haber nacido en Calgary, Canadá.
Donald Trump terminó el último debate entre los contendientes republicanos a la presidencia el jueves confirmando lo obvio. El «romance» entre él y el senador Ted Cruz había terminado. Los dos están en lo alto de las encuestas en Iowa, y en poco más de dos semanas comienza el proceso de nominación. Se sacaron los guantes.
La penúltima pelea antes de los caucus de Iowa, el debate en Charleston, Carolina del Sur, fue esencialmente un asunto bilateral. Lo más llamativo fue la pelea Trump-Cruz. Pero luego estaban los otros cinco hombres en el escenario, especialmente aquellos que podrían ser del establishment republicano. Cada uno está esforzándose para emerger como la alternativa viable a los «furiosos»: Trump y Cruz.
Incluso hasta hace poco, los dos hombres parecían decididos a evitar golpearse entre sí. Tal vez tenía más sentido para el senador Cruz. Si el dirigible Trump se estrellaba, él quería estar posicionado para atraer a más de sus seguidores. Sin embargo, no sucedió. A nivel nacional, el liderazgo de Trump, según las encuestas, lleva más ventaja.
El agudo intercambio se centró en comentarios despectivos del senador sobre Trump, oriundo de Nueva York. Parecía una táctica sólida en el Medio Oeste americano, donde los conservadores ven a la ciudad gótica (Nueva York) como una alcantarilla. «Todo el mundo entiende que los valores en la ciudad de Nueva York son socialmente liberales o pro aborto o pro matrimonio gay, y se enfocan en torno al dinero y los medios de comunicación», lanzó Cruz.
Trump estaba listo, sin embargo, narrando emocionalmente cómo los neoyorquinos se levantaron ante el desafío de los ataques terroristas del 11 de septiembre. «Cuando el World Trade Center se derrumbó, vi algo que en ninguna otra parte del mundo podría haber ocurrido de una forma tan bonita y humana como en Nueva York», respondió Trump. «Esa fue una declaración muy insultante que Ted hizo.» Tan fuerte era el aplauso que incluso el senador Cruz se vio obligado a aplaudir a su oponente. El intercambio provocó una portada igualmente memorable desde el New York Daily News ayer, que simplemente instó a Cruz a «volver a Canadá», en referencia a la otra línea de ataque recientemente abierta por Trump, que sugiere posibles dificultades legales para que Cruz se tire a la Casa Blanca, ya que nació en Calgary, Canadá.
Cuando los moderadores preguntaron a Cruz sobre las palabras de Trump, quien anteriormente había puesto en duda que éste tuviese el aval de la Constitución para ser presidente por haber nacido en Canadá, Cruz contestó: «Trump dijo en el pasado que no veía problema tras consultar con sus abogados en que hubiera nacido en el extranjero, pero ahora que sus números en las encuestas están cayendo, dice que no es legal».
El senador dijo que su elegibilidad está apoyada por expertos constitucionales y por precedentes como la candidatura del senador John McCain en 2008, pese a que nació en Panamá. «Tenemos que enfocarnos en otras cosas, como en quién está preparado para ser comandante en jefe, no voy a seguir consejos legales de Trump», aseguró Cruz.
Atravesar la raqueta de Trump sigue siendo difícil para los aspirantes del establishment. Entre ellos el senador Marco Rubio, de Florida, y el gobernador de Nueva Jersey Chris Christie podrían haber sido más eficaces la noche del jueves. El primero trató de pintar al último como demasiado liberal. Christie respondió que en lugar de «hablar y hablar y hablar», como lo hacen los senadores, los gobernadores deberían gobernar. Para ellos, una buena actuación en las primarias de New Hampshire una semana después del caucus de Iowa sería crucial.
En este momento, la votación en Iowa muestra que Trump estaría siendo desplazado por el senador Cruz, pero la brecha es estrecha. El magnate inmobiliario se dirigió directamente a Iowa ayer, alquilando una sala de cine para ofrecer gratuitamente a los votantes una película sobre el ataque de 2012 al consulado estadounidense en Bengasi, Libia, y el papel de Hillary Clinton, la favorita demócrata, en el desastre que dejó de cuatro muertos, entre ellos el embajador de Estados Unidos.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12. Traducción: Celita Doyhambéhère.
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-290418-2016-01-16.html#arriba