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Una mirada a las fuerzas que impulsan las manifestaciones de Hong Kong

Fuentes: The Indypendent

¿Sigue siendo Hong Kong una colonia? El movimiento anti-extradicción en Hong Kong se ha definido como un movimiento para la «liberación», algunas veces traducido como «restauración», de Hong Kong y «la revolución de nuestro tiempo» ( 光復香港 / 時代革命 ). Este movimiento tiene su origen en el legado colonial británico de Hong Kong y en […]

¿Sigue siendo Hong Kong una colonia? El movimiento anti-extradicción en Hong Kong se ha definido como un movimiento para la «liberación», algunas veces traducido como «restauración», de Hong Kong y «la revolución de nuestro tiempo» ( 光復香港 / 時代革命 ). Este movimiento tiene su origen en el legado colonial británico de Hong Kong y en el actual estado semi-colonial de la islaii.

Una de las últimas colonias de Gran Bretaña post-Segunda Guerra Mundial, Hong Kong se alineó con el Kuomintang de Taiwán con el respaldo de Estados Unidos. La alianza, bajo el «Proyecto Gloria Nacional» ( 國光計畫 ) para recuperar el continente, encerró y aisló la República Popular de China ( 光復大陸 ), al mismo tiempo que sirvió a los intereses de los EE UU y del Reino Unido.

Hacia 1997, el fin de la cesión, la economía China había crecido muchísimo y la mayoría de los trabajadores de Hong Kong se oponían a la dominación británica. Fueron voces críticas ante la política urbanística de venta de suelo a precios elevados con el objetivo del retorno del capital a Reino Unido y se enfrentaron a las fuerzas policiales que acataban las leyes británicas.

Sin embargo, después de 1997, el gobierno socialista de la República Popular China se apoyó en la burguesía local y en la misma policía y sistema judicial coloniales para gobernarla. Los habitantes de Hong Kong estaban enfurecidos con el gobierno chino por abandonarlos y permitir que el legado colonial continuara.En consecuencia, Hong Kong es la única región de China donde los derechos de propiedad privada están institucionalizados. Todavía hoy, se reconoce como una entidad separada del resto de China.

Como centro financiero con ventajas fiscales, Hong Kong atrae capital chino y a las élites ricas del resto del mundo.iii Las altas finanzas han elevado el valor de las propiedades hasta el punto en que los precios promedio de bienes inmuebles se han triplicado desde 1997.

Mientras que las fábricas y las inversiones se trasladaban a China continental y la élite burguesa china continuaba amasando su fortuna gracias a este cambio, las condiciones laborales y de vida en Hong Kong empeoraron. Por otro lado, cuando los chinos continentales comenzaron a llegar, los hongkonitas, que se identificaban como británicos, los trataron como extranjeros pobres que venían a robarles sus trabajos y sus mermados recursosiv.Restaurar» ( 光復 ) no es lo mismo que «liberar». Y, por tanto, «Restaurar Hong Kong» es un eslogan idéntico a «haz América grande de nuevo». Es la misma retórica anti-inmigrante que cala en los EE UU hoy.

Hoy día en Hong Kong, el capital multinacional de los EE UU y del Reino Unido dominan la isla. La burguesía local china y la clase dominante han mantenido su servicio al capital multinacional para mantener mantener a raya a China continental.

La singularidad colonial de los «chinos de Hong Kong» se ha convertido en una estructura ideológica que se define en el sistema educativo y su temario incluso hoy. Este sistema educó una significativa parte de «chinos de Hong Kong» de forma que se reconocen como orgullosos británicos, ignorando la ocupación británica de Hong Kong. Odian y menosprecian a los chinos continentales.

El sistema educativo colonial aún no ha sido reformado. En el sistema judicial, los juzgados están llenos de jueces británicos y europeos. En esta situación semi-colonial, los habitantes de Hong Kong tienen una difícil elección: mudarse al Reino Unido y ser unos ciudadanos de segunda clase, o por otro lado, mudarse a la China continental y ser uno más de aquellos a los que han menospreciado. Los que están en lo más bajo no tienen donde ir. Las frustraciones se acumulan.

Se ha afirmado que los disturbios actuales, manifestaciones y marchas son ejemplos de una «revolución de color» que intenta minar el gobierno de la China continental y su control sobre Hong Kong. Sin duda las ONG de Hong Kong, partidos social-liberales están en connivencia con los gobiernos estadounidense y británico. Algunos de los cabecillas del «movimiento de los paraguas», como se ha denominado, han recibido directamente dinero y asesoramiento desde los EE UU y Reino Unido. Asimismo, el gobierno de Hong Kong es cómplice del capital multinacional radicado en los EE UU y otras potencias europeas.

Globalmente, la influencia política y económica de los EE UU está en declive. El capital multinacional y la clase dominante de los EE UU y países europeos están intentando agresivamente mantener el orden global existente, mientras que compiten contra sí mismos y se enfrentan al auge de China como potencia económica, con su Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda.

Las conexiones económicas e influencia de China en Hong Kong se ha convertido en una amenaza de los intereses de los EE UU y del Reino Unido. Esto, en consecuencia, ha provocado agitación política entre la burguesía local china y la clase dominante que desean continuar su relación con los EE UU y el Reino Unido como se venía haciendo. De todas maneras, la mayoría de la clase trabajadora de Hong Kong ya no puede soportar más una política económica neoliberal.

Los alquileres en Hong Kong equivalen a los de San Francisco, en California, el precio medio de un piso de dos habitaciones supera los 3000$ al mes.v Muchos usan McDonald’s como refugio y son estigmatizados como «McRefugiados.»vi Uno de cada tres ancianos vive por debajo del umbral de la pobreza. En 2016, el ingreso familiar medio del 10% más rico era 43.9 veces mayor que el 10% más pobre. Mientras, los 5 mayores magnates ganaron 23,6 mil millones de HK$ en dividendos sólo en los años 2016 y 2017.vii La mayoría de los trabajadores, mujeres, niños, ancianos y minorías étnicas son pobres y trabajan largas jornadas de para sobrevivir.viii La causa de los disturbios y las manifestaciones es interna.

El declive de Estados Unidos y las frustraciones locales han dejado a la clase dominante en Hong Kong confundida. Algunos tienen estrechos vínculos con EE UU y el Reino Unido. Otros confían en los negocios que tienen con China. La llamada «revolución de nuestros tiempos» está siendo promovida por los Estados Unidos y el Reino Unido desde hace tiempo. Primero aprovecha la frustración de la población, especialmente entre los jóvenes. Propaga el miedo de que China se hará cargo del sistema legal y que cualquiera que cometa un delito será potencialmente extraditado a China. También defiende los intereses occidentales en nombre de la democracia. El movimiento ahora no tiene como objetivo mejorar las abominables condiciones de vida y trabajo de la gente en Hong Kong, ni pide un cambio sistémico en la educación colonial remanente ni el sistema legal.

No obstante, la situación que tenemos hoy en Hong Kong es el resultado de la colonización. Así ha sucedido en el sur de Asia y Oriente Medio. Cada vez que Reino Unido, como potencia imperialista, abandonó sus colonias, hizo todo lo posible para dividir a la gente allí conservar su influencia o crear problemas para su beneficio. Entonces, ¿qué deben hacer las personas en Hong Kong y cómo abordar esta crisis, si consideramos que China puede enviar fácilmente tropas para aplastar los disturbios según el acuerdo alcanzado en 1997?

Hay varias opciones posibles. Una llamada a la independencia, como defienden algunos de los manifestantes, que es una llamada al retorno al gobierno colonial. Una llamada a mantener el statu quo es mantenerse como un hijo ilegítimo de China o Gran Bretaña y ser explotado por el capital extranjero. Simplemente cambiar los sistemas legales y educativos para alinearse con China es una llamada a ser parte de China antes. Pero las demandas de derechos democráticos, el derecho a organizarse de manera independiente y la igualdad de derechos para todos los trabajadores, y la promesa de luchar contra las políticas a favor de los inversores y el capital inmobiliario, contra el nativismo, contra la discriminación dirigida a los migrantes del continente y países como Filipinas sería un paso hacia un cambio sistémico real.

Notas:

ii Hong Kong estuvo bajo control británico en 1841 y brevemente bajo control japonés entre 1941 y 1945, pero volvió a estar bajo control británico hasta 1997 cuando Hong Kong retornó a su país por derecho, China.

iii http://www.versobooks.com/blogs/4413-hong-kong-s-resistance

iv Hay elementos materiales que sostienen esta diferenciación ideológica. Por ejemplo, en Hong Kong se habla cantonés y no putonghua (mandarín) o mantienen la escritura previa a la simplificación tras la Revolución. Y otras más anecdóticas como que el tráfico mantenga las leyes británicas. (NdT)

v http://www.businessinsider.com/most-expensive-cities-worldwide-to-rent-an-apartment-2019-5

vi http://www.cnn.com/2018/08/06/asia/hong-kong-mcdonalds-sleepers-intl/index.html

vii http://www.scmp.com/news/hong-kong/society/article/2165872/why-wealth-gap-hong-kongs-disparity-between-rich-and-poor

viii http://www.scmp.com/news/hong-kong/community/article/2120366/poverty-hong-kong-hits-7-year-high-one-five-people

Fuente: http://indypendent.org/authors/kai-wen-yang/

Artículo traducido por Jesús Ángel Ruiz Moreno y Manuel Francisco Varo López