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Una primavera obrera en el corazón del «taller del mundo»

Fuentes: Viento Sur

Una serie de conflictos y huelgas ha afectado a gran número de fábricas manufactureras en China desde los meses de mayo y junio de 2010. En este país con la fuerza de trabajo más numerosa del mundo (estimada en unos 300 millones de individuos) y una de las más baratas, los conflictos obreros son bastante […]

Una serie de conflictos y huelgas ha afectado a gran número de fábricas manufactureras en China desde los meses de mayo y junio de 2010.

En este país con la fuerza de trabajo más numerosa del mundo (estimada en unos 300 millones de individuos) y una de las más baratas, los conflictos obreros son bastante frecuentes, aunque pocas veces llaman la atención de los medios de comunicación occidentales. Según la revista oficial china Outlook Weekly, en 2008 se habrían registrado unos 280.000 conflictos laborales, y durante el primer semestre de 2009 habrían aumentado un 30% respecto al año anterior. La mayor atención prestada a los conflictos de mayo y junio no ha sido por casualidad. Estos conflictos podrían ser reveladores de cambios sensibles que conviene analizar.

Honda Foshan, una huelga ejemplar

La oleada de huelgas se inició en la fábrica Honda Foshan. A pesar del despido de los dirigentes huelguistas y de los intentos de división por parte de la dirección, los obreros de Honda se mantuvieron unidos durante las dos semanas que duró el conflicto. El 80% de los trabajadores de esta fábrica son estudiantes de escuelas técnicas sometidos a un contrato de trabajo «casero». No están protegidos por las vigentes leyes del trabajo y su salario es netamente inferior al de los obreros regulares.

El conflicto lo iniciaron estos jóvenes estudiantes nacidos después de 1980 y que nunca han conocido la era maoísta. Su huelga demostró su determinación en hacer respetar su dignidad como seres humanos, comenzando por imponer condiciones de trabajo decentes. Nada de sacrificar su vida y aceptar las peores injusticias en nombre del interés de la empresa y del sentido de la jerarquía. No dudaron en denunciar un modelo de crecimiento basado en el trabajo barato y la explotación feroz de la fuerza de trabajo, aunque también en la indecencia de las grandes empresas que les pagan salarios extremadamente bajos mientras consiguen beneficios extraordinarios.

Al mismo tiempo, la oleada de suicidios en la empresa taiwanesa Foxconn, gigante de la electrónica que proporciona componentes a Dell, Apple y Hewlett Packard, ha puesto en claro las pruebas que sufren los trabajadores en esta fábricas organizadas como si fuesen prisiones.

Esta disciplina de hierro, combinada con los bajos salarios, sedujo a las multinacionales y contribuyó a hacer de China «el taller del mundo». Un taller que se parece más a un presidio.

Hecho sin precedentes, los jóvenes empleados de Honda no se movilizaron para obtener el pago de los salarios o la aplicación de sus derechos, como ocurre por lo general en los conflictos obreros en China, sino para obtener un aumento real de salarios. Reivindicaban un aumento inmediato y sustancial de 800 yuans en el salario base, es decir, sin tener en cuenta las horas suplementarias, y un aumento anual mínimo del 15%. La huelga obligó a Honda a paralizar la producción en todo el país durante varios días, por la penuria de piezas importantes que ocasionó el conflicto. La dirección de Honda tuvo que negociar con los representantes designados por los huelguistas y aceptar aumentos significativos de salario así como la mejora de las condiciones de trabajo.

La victoria de los obreros de Honda Foshan ha sido un formidable ejemplo de combatividad obrera. Siguiendo su estela, filiales de Honda, Toyota, Mitsumi Electric, Nippon Sheet Glass, Atsumitec y otras muchas más se han visto afectadas por conflictos obreros y obligadas a conceder aumentos de salarios, principal reivindicación de los conflictos. La prensa ha informado de que algunas empresas e incluso autoridades provinciales no han esperado a posibles conflictos para subir los salarios de sus empleados.

Las raíces de la cólera

Estas reivindicaciones salariales no son una sorpresa. En la parte de debajo de la escala obrera, se encuentra una población de unos 130 millones de emigrantes que huyen de la pobreza del campo. Esta población suministra la mayoría de la mano de obra que tanto entusiasma a las grandes empresas y a las multinacionales implantadas en China en las grandes ciudades industriales, como Guangzhou, Shanzhen y Suzhoy, y en los grandes centros urbanos como Shanghai y Pekin, donde alimentan el sector de la construcción. Con el sistema de los Hukou (certificados de residencia), los obreros emigrantes no son reconocidos por las autoridades como trabajadores urbanos. Son por ello vulnerables, «sin papeles» en su propio país. No tienen acceso a los servicios públicos y por tanto no disponen de la protección social mínima. Sus hijos no tienen derecho a ir a la escuela pública.

Según el Ministerio de Agricultura, ganan de media actualmente 1.348 yuans al mes, algo menos de 200 dólares. Eso no basta para cubrir la inflación y pese a aumentos de 10% al 15% los salarios mantienen muy bajos.

Los trabajadores chinos han asistido a la explosión del número de centros comerciales lujosos para satisfacer el consumo ostentoso de una clase media de unos 300 millones de personas, sin contar a los nuevos ricos y a los burócratas. En cambio, los obreros se han beneficiado poco del formidable crecimiento económico chino. Han crecido las desigualdades sociales, en particular entre las ciudades y el campo. Un estudio económico avanza que entre 1995 y 2004, el «coste» del trabajo se habría multiplicado por tres en las grandes empresas, mientras que en ese mismo tiempo la productividad se habría multiplicado por cinco, ocasionando un 43% de descenso real del coste del trabajo unitario1. Para ilustrarlo mejor, apuntemos que la parte de las rentas del trabajo ha perdido diez puntos porcentuales en quince años, ocasionando el declive del consumo doméstico2. Los actuales aumentos salariales no son más que un comienzo de reequilibrio en el reparto de la renta nacional a favor de los trabajadores.

Taller del mundo versus supermercado

Las autoridades han recibido bien estas alzas salariales, por dos motivos. En primer lugar, el gobierno desearía un relanzamiento del consumo interno para compensar la ralentización de las exportaciones. Además, los aumentos salariales son también sinónimos de mejora de las condiciones de vida, un dato nada despreciable para el mantenimiento de la estabilidad política.

Las luchas obreras de estos últimos meses se han desarrollado en fábricas de compañías extranjeras, principalmente japonesas. Pan bendito para el gobierno, que ha dejado hacer, incluso ha autorizado a los medios de comunicación locales a informar de ello. Le ha permitido hacer creer que las empresas extranjeras son las responsables de la cólera popular y reforzar los sentimientos nacionalistas.

El gobierno tiene más que ganar con las concesiones de las grandes empresas multinacionales que con la represión de las luchas obreras. No hay miedo de verdad a que los conflictos y las alzas salariales hagan menos atractivo al país. En efecto, el coste salarial en China, aunque sea decisivo para las empresas muy exportadoras, no es el único argumento que justifica la inversión de las empresas extranjeras. El salario mensual medio en Tailandia, Filipinas, Vietnam e Indonesia es actualmente inferior al salario mensual chino3. Pero la reserva de mano de obra de estos países es incomparablemente más restringida. Además, no todas las empresas pueden deslocalizarse fácilmente. Es el caso, por ejemplo, de las empresas automovilísticas, la siderurgia y la química.

Para la mayor parte de las empresas, el principal argumento de inversión reside en la inmensidad de un mercado nacional en pleno desarrollo, mientras el consumo se estanca en los países occidentales víctimas de la crisis. Con el aumento de los salarios, el mercado debería ser aún más lucrativo. Ningún inversor es insensible a ello.

Más que deslocalizaciones en el extranjero, el alza del «coste» del trabajo y el aumento de los conflictos empujan a las grandes multinacionales a «deslocalizaciones» de fábricas dentro mismo del territorio chino. Hay compañías que prefieren abandonar la costa para reimplantarse en el interior del país, donde el suelo y los salarios son mucho más baratos. Esta reorganización industrial podría permitirles paliar la rarefacción de la mano de obra en las zonas industriales costeras, resultado de la fragmentación geográfica del mercado de trabajo. Según Deng Quheng, de la Academia china de Ciencias Sociales, y Li Shi, de la Universidad Normal de Pekin, todavía quedarían 70 millones de trabajadores rurales chinos susceptibles de trabajar en la industria. Pero el sistema de Hukou y el miedo a perder la parcela de tierra si no la mantienen, les refrenan a la hora de buscar trabajo en las ciudades costeras.

Además la población china envejece. Una sexta parte de los no emigrantes afirman ser demasiado viejos para irse, aunque tengan menos de 40 años4.

Derechos obreros reforzados

La reaparición de la combatividad obrera, reforzada por las victorias de las luchas primaverales, ha sido sin duda también alimentada por la nueva legislación laboral. Introducida el 1 de enero de 2008, la «Ley sobre los contratos de trabajo de la República Popular China» es «uno de los elementos más importantes de la legislación laboral elaborada desde hace más de diez años» 5. Uno de sus principales objetivos es limitar los abusos de los empleadores de los que son víctimas los empleados, como los despidos abusivos y el impago de los salarios. El gobierno desearía eliminar un motivo recurrente de luchas obreras cuya dinámica política le puede resultar peligrosa. El gobierno esperá también que una mejor protección de los obreros permitirá disminuir el gran turn-over en las empresas. En los años 80 y 90, los empleados abandonaban la empresa cuando no estaban satisfechos por las condiciones de su trabajo o su salario e iban a buscar trabajo a otra parte. No tenían otra opción ya que la represión estatal impedía cualquier organización colectiva en el lugar de trabajo. La principal función de la federación de sindicatos oficiales era impedir las luchas. Con la disminución de la fuerza de trabajo en las zonas costeras y el envejecimiento de la población, además de la mayor cualificación de los trabajadores, las autoridades y las empresas tienen necesidad de estabilizar una fuerza de trabajo cuyas demandas se vuelven más exigentes.

Los jóvenes emigrantes han sido los más beneficiados por la nueva Ley, sin duda por tener acceso a más informaciones a través de Internet. No es sorprendente encontrarlos en las luchas que han afectado a las empresas japonesas. Estos jóvenes están mejor educados y afectados a empleos más cualificados que requieren mayores competencias. Todo un mundo los separa de sus padres, que se han quedado en el campo. Estos jóvenes obreros, todos hijos únicos, aspiran a una vida decente en los grandes centros urbanos que les es imposible alcanzar con sus salarios de miseria. Por ello, las victorias obreras de estos últimos meses tendrán sin duda consecuencias importantes en la situación social. El gobierno apuesta por el aumento de los salarios para apaciguar las tensiones sociales. Pero no es improbable que las huelgas de la primavera y el verano se extiendan como una mancha de aceite.

Uno de los hechos más destacados de las luchas en las fábricas Honda ha sido el claro rechazo de los huelguistas a los representantes del sindicato oficial, controlado por el Partido Comunista chino, el «All Chinese Federation of Trade Union» (ACFTU). Estos representantes han quedado muy desacreditados por sus acciones violentas contra los obreros en lucha, apareciendo como rompehuelgas al lado de la dirección. Al menos en tres fábricas de Honda, los obreros huelguistas han pedido el derecho a elegir sus propios representantes y la reorganización del sindicato, un desaire a los representantes del ACFTU. En cambio, estos «sindicalistas» han tomado partido sistemáticamente a favor de sus patronos y se han mostrado como celosos auxiliares de la policía. En circunstancias particularmente difíciles, la capacidad de los obreros de Honda para autoorganizarse es una notable hazaña.

La multiplicación de los conflictos se ha concentrado en el terreno económico, pero las autoridades se mantienen atentas para que esto no se transforme en una contestación política generalizada. La experiencia de las huelgas en las fábricas Honda muestra que al gobierno le resultará más difícil en el futuro controlar las luchas por medio de la única central sindical ampliamente desacreditada. Las nuevas generaciones de obreros han mostrado que están dispuestas a organizarse colectivamente y a reivindicar una parte real de los frutos del crecimiento. La clase obrera china no es en absoluto dócil, y ha sabido mostrar su fuerza y su combatividad.

Hay que señalar también que en Bangladesh, en Vietnam y en Camboya, se han desarrollado durantes estos últimos meses luchas similares por el aumento de los salarios. La miseria no es por tanto una fatalidad.

NOTAS

1. Estudio realizado por Ms Chen, Bart van Ark de la Conferencia Board, y Harry Wu de Hitotsubashi University. En «The Next China», The Economist. http://www.economist.com/research/articlesBySubject/displaystory.cfm?subjectid=478048&story_id=16693397

2. «¿Puede China salvar al capitalismo mundial?», Jean Sanuk, Inprecor.

3. Barta Patrick y Frangos Alex. «Southeast Asia Tries to Link Up to Compete». En The Wall Street Journal. http://online.wsj.com/article/NA_WSJ_PUB:SB10001424052748704488404575441802903187976.html

4. «The Next China», The Economist. http://www.economist.com/research/articlesBySubject/displaystory.cfm?subjectid=478048&story_id=16693397

5. Becker Jeffrey y Elfstrom Manfred. International Labor Rights Forum. «The Impact of China’s Labor Contract Law on Workers». Publicado por China Labor Net. http://www.economist.com/research/articlesBySubject/displaystory.cfm?subjectid=478048&story_id=16693397

http://daniellesabai.wordpress.com/

Fuente: http://www.vientosur.info/articulosweb/noticia/index.php?x=3194