Traducido del inglés para Rebelión y Tlaxcala por Germán Leyens
La reacción decepcionante de Chuck Kaufman a mi artículo en el que cuestionaba ciertas líneas de discusión en el movimiento de solidaridad usamericano deja varios puntos sin respuesta. Su mediocre ataque personal y su distorsión de mi texto confirman la falta de atención al detalle en Nicanet. En primer lugar, no soy un «expatriado británico».
En el artículo original señalo evidentes errores de hecho en la información de Nicanet sobre el acuerdo de cooperación de Venezuela con la Asociación Municipal de Nicaragua. Kaufman no lo disputa. No lo menciona para nada. Del mismo modo, aunque trate de deformarlo, confirma mi observación de que Joe DeRaymond se equivoca en sus hechos.
En mi artículo pregunté – basándome en la documentación evidente de una carta circular de Nicanet, un artículo de Joe DeRaymond y un artículo de Brynne
Keith-Jennings – por qué activistas de la solidaridad usamericanos tienden a adoptar posiciones contrarias al FSLN. En la práctica se ven constantemente tales puntos de vista en la comunidad solidaria usamericana en Nicaragua.
En esa circular de 2000, Nicanet escribió: «Nicaragua Network se mantiene solidaria con los sectores más democráticos del movimiento sandinista que trabajan por mejorar las vidas de los pobres y oprimidos de Nicaragua. Reconocemos que esos sandinistas se encuentran dentro de las estructuras del partido sandinista y fuera de ellas e incluso (en unos pocos casos) dentro de la dirección del partido.» Pero, ¿está mejor equipado Nicanet para identificar cuáles son los «sectores democráticos» que el embajador de USA, Trivelli? Semejantes afirmaciones son sorprendentemente arrogantes y poco autocríticas.
Es otro punto que Kaufman evade. Durante las feroces divisiones internas que atormentaron al FSLN durante los años noventa y hasta la década actual, las clases administradoras de la solidaridad extranjera, incluyendo a Nicanet, tendieron a ponerse de parte del Movimiento Renovador Sandinista, fundado entre otros por Sergio
Ramírez y, recientemente, de la de Herty Lewites. Durante años, las relaciones entre Nicanet y el FSLN han sido débiles.
Aún no se ve con claridad qué daño electoral puede causar Herty Lewites al FSLN al dividir el voto sandinista, lo que la embajada de USA se esfuerza por impulsar. Nicanet parece pensar que al decir al «pueblo nicaragüense a través de la radio y otros medios que hay ciudadanos y residentes de USA que apoyan su derecho democrático a votar por quienquiera desee libre de amenazas del gobierno de USA» constituye una política antiimperialista adecuada.
Pero la lógica de clase de una posición tan limitada es deprimentemente obvia. Los gobiernos extranjeros no van a dejar de intervenir en Nicaragua hasta que el país en sí tenga un gobierno determinado a defender su derecho a la autodeterminación. En la actualidad, la mejor posibilidad de que Nicaragua forje nuevas relaciones relativamente libres de la intervención imperialista es que el FSLN vuelva al gobierno. Se podría pensar que debiera ser un tema central del trabajo solidario en relación con las elecciones nicaragüenses de este año. Es una lástima que Nicanet parezca tener una opinión diferente.
Germán Leyens es miembro de los colectivos de Rebelión y Tlaxcala (www.tlaxcala.es), la red de traductores por la diversidad lingüística. Esta traducción es copyleft.
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