Todos los grandes medios están sembrando la sombra de la duda sobre las elecciones bielorrusas realizadas el pasado 19 de marzo. Por ejemplo el diario «El País» en su edición del 21 de marzo titula «Los observadores internacionales denuncian fraude electoral en Bielorrusia» y se remite [1] al informe de la Organización para la Seguridad […]
Todos los grandes medios están sembrando la sombra de la duda sobre las elecciones bielorrusas realizadas el pasado 19 de marzo. Por ejemplo el diario «El País» en su edición del 21 de marzo titula «Los observadores internacionales denuncian fraude electoral en Bielorrusia» y se remite [1] al informe de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), organización gubernamental cuya mayoría de sus miembros está bajo la órbita de los EE.UU. En la anterior noticia, el diario no tiene reparos en hacer campaña a su candidato opositor titulando «Milinkevich, un hombre que inspira confianza» y que «causa una buena impresión inicial», cuando sería más objetivo decir que es un hombre de derecha y proclive a los intereses de la EE.UU y Unión Europea.
El periódico «El Mundo» llega a afirmar que «los observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) se fueron de Minsk sin ver casi nada [2] «. Sin embargo la agencia Europa Press [3] informa que: Son 300 los concentrados para denunciar el fraude electoral, y que según el candidato de la oposición, Alexander Milinkevich, que sólo logró el 6% de los votos, «los manifestantes han llegado de Ucrania, Lituania, Georgia y Azerbaiyán, e incluso el embajador británico en Bielorrusia se acercó al lugar de la protesta durante la noche». E informa que «pese a las críticas de Occidente, Lukashenko, de 53 años, es popular entre los bielorrusos por aportar al país una estabilidad económica relativa en los turbulentos años 90 en comparación con otras ex repúblicas soviéticas».
Si leemos el informe de la OSCE sobre las elecciones que se puede consultar en su página web (y al que se remiten todos los medios de comunicación) se pueden leer los aspectos negativos de este proceso electoral, según la propia organización. Uno de ellos es que «los servicios de seguridad del estado han asociado oposición a terrorismo», una crítica seguramente fundada pero generalizada entre los socios de la propia OSCE. Por ejemplo, George W. Bush en su última campaña electoral utilizó ampliamente la amenaza terrorista como argumento para su reelección, tanto fue así que el propio presidente reconoció que el líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, le ayudó ‘sin querer’ a ganar las elecciones de 2004 [4] . En España, tanto el PP como el PSOE han hecho y siguen haciendo uso de la amenaza terrorista en las campañas electorales, asociando al independentismo vasco con terrorismo, hasta llegar a la prohibición de partidos políticos y asociaciones de electores.
También el informe considera negativamente que los medios de comunicación estatales hayan sido favorables a la reelección de Alexander Lukashenko. Una objeción que en el caso de Italia debería multiplicarse, al menos por dos, ya que el presidente Silvio Berlusconi controla tanto los medios públicos como los privados y los utiliza continuamente para apoyar su reelección y acción de gobierno.
Pero todos los medios consultados han hecho caso omiso de los aspectos positivos que el informe de la OSCE resalta de estas elecciones. Veamos algunos:
· Se presentaron cuatro candidatos que ofrecían, realmente, a los votantes diferentes opciones políticas.
· La Comisión central para las elecciones y las preparaciones nacionales de los referéndums (la CCE) funcionó correctamente.
· Las mujeres estuvieron bien representadas en las candidaturas.
· Las televisiones y radios cedieron espacios de propaganda electoral para todos los candidatos de forma gratuita.
· La anterior comisión electoral y las territoriales facilitaron toda la información que se le solicitó.
· La votación se realizó de manera pacífica y ordenada.
Las conclusiones no dejan duda, a pesar del «control» estatal los electores bielorrusos pudieron elegir entre diferentes opciones y optaron por la reelección de Alexander Lukashenko. Se le acusa de dictador y de promover la manipulación informativa, pero se da la paradoja que esos mismos medios que denuncian al gobierno bielorruso han manipulado gravemente la información al hurtar las anteriores conclusiones a sus lectores o han mentido directamente, como ha sido en el caso del diario «El Mundo» al reconocer la OSCE que ha tenido acceso a toda la información por parte de las autoridades electorales bielorrusas.
[1] http://www.osce.org/documents/html/pdftohtml/18437_en.pdf.html (en inglés)
[2] http://www.elmundo.es/diario/mundo/1945072.html (se requiere suscripción)
[3] http://www.europapress.es/europa2003/noticia.aspx?cod=20060321095050&tabID=1&ch=69