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2996=140.000, o las matemáticas del mundo «civilizado»

Fuentes: Levaya Rossia

Traducido del ruso para Rebelión por Josafat S.Comín

El miércoles pasado la Unión Europea pidió guardar tres minutos de silencio en recuerdo de las victimas del maremoto en el sureste asiático…

Por primera vez que yo recuerde, se celebró este ritual en el autodenominado mundo «civilizado» en recuerdo de las victimas, que mayoritariamente pertenecían al mundo «no civilizado». Pero ¿significa esto realmente, que el mundo «civilizado» haya por fin madurado y reconocido el mismo valor de todas las vidas humanas? Aquello que ha sido incapaz o no ha querido reconocer (o puede que ambas cosas) inclusive después del genocidio en Ruanda, incluso tras la tragedia de Beslán, por no hablar de sus propias acciones y la de sus aliados en Afganistán, Iraq, Yugoslavia, Palestina. Aquello en lo que nosotros, comunistas nacidos en los antiguos países socialistas

(Es decir, no civilizados para ellos), nunca dudamos todos estos años. Educados en las palabras de Gorki, cuando dice que la palabra hombre suena orgullosa, que el hombre es un amigo, un camarada, un hermano para el hombre; nosotros que crecimos en un país donde uno de cada cuatro matrimonios era interétnico (los mismos a los que los representantes de la «civilización mundial» de Occidente tanto les gusta leer conferencias sobre los derechos del hombre, mientras amenazan en tono severo con sus delicados dedos).

¿Debemos alegrarnos de que la desgracia común haya por fin acercado a la gente, hasta el punto que las diferencias en el plano material, o en el color de la piel hayan dejado de existir, al igual que prácticamente dejaron de existir en su momento para los soviéticos que cantaban orgullosos: «no hay para nosotros ni negros, ni de color» animando a dar a luz a bebes de cualquier color, lo mismo negritos, blanquitos, que azules a rayas? ¿significa esto que la tragedia en sureste asiático ha permitido por fin a los Mister Twister (un tipo que abunda últimamente entre nuestros nuevos rusos) comprender, al haberlo vivido en su propia piel, que para las desgracias naturales todos somos iguales: y los que se hacinan en destartaladas chabolas de pescadores, y los que recogen las sabanas sucias, que dejan los civilizados turistas en los hoteles de lujo, y aquellos que se pueden permitir costearse un bungalow, situado en la misma playa, más caro que las residencias en zonas turísticas?

Lo dudo… tres minutos de silencio- imposibles de evitar dada la magnitud de la tragedia (y en particular y más propiamente el número de víctimas «blancas» de todo el mundo)- que no son sino el reflejo de la extraña concepción matemática de las distintas vidas humanas, para la mentalidad occidental. En las matemáticas de la humanidad «civilizada», 2996=140.000. El número de victimas de lo que conocemos con la desafortunada, para el oído no civilizado, abreviatura de 11/9, equivale (a juzgar por los minutos de silencio) al número de victimas del maremoto asiático.

O lo que lo mismo, la vida de una criatura humana media «civilizada» tiene el mismo valor que 46’7 «no civilizadas».

Es difícil sacar otras conclusiones de los tres minutos de silencio. Especialmente, porque el silencio se guarda en recuerdo de las victimas de un fenómeno de la naturaleza, deshumanizado y que provoca sentidas lágrimas en los liberales lectores, cuando los medios de información en Occidente, lo equiparan con la falta de humanidad de los terroristas, de los muchachos de Mohamed Atta en Nueva York.

Lo que no organizan en Occidente son minutos de silencio en recuerdo de los cientos de miles de vidas humanas, aniquiladas en todo el mundo, por el terrorismo de estado de sus propios gobiernos «civilizados» en los últimos tres años. Los burgers no recaudan dinero para ayudar a sus familiares. Ellos no cuentan. No son sino exceso de producción, en el proceso de «civilización» del mundo; lo mismo que la gente que muere prematuramente, asesinada, los que no nacen o los que se suicidan en el proceso de «civilización» de nuestra Europa del Este.

Entre los muertos en la tragedia del Índico, alrededor del 40% eran niños. ¿Y entre los muertos del 11S?

¿No es más cercana a esta inhumana catástrofe natural, a ese mismo 40%, la correlación porcentual en el número de victimas infantiles, del terrorismo «civilizado» que aplican los EE.UU y Reino Unido en Iraq, o Israel en Palestina?

No dejamos de oír hablar de la «nunca antes vista generosidad» del público occidental, y de sus gobiernos, en la recaudación de medios para paliar las consecuencias de la tragedia del Tsunami. Tanto que parece que un poco más y acabaran teniéndose que construir un monumento para conmemorarlo.

Las víctimas del 11S recibieron una compensación económica cifrada en 3’1 millones de dólares por persona (http://talkleft.com/new_archives/008679.html). Entre las «victimas» se cuentan no solo las familias de los fallecidos. También entran los hombres de negocios, los trabajadores de los servicios de rescate, que sufren stress, los que tuvieron que mudarse de apartamento, los que perdieron el trabajo, los que sufren problemas psicológicos… El 61% de esas compensaciones fueron a parar a hombres de negocios.

La suma total de esas indemnizaciones supuso unos 31 mil millones de dólares. De ellos el 42% proveniente directamente del gobierno americano, y solo el 7%, recogido por organizaciones humanitarias.

En el Reino unido, la cifra obtenida a día de hoy por la gente en ayuda a las víctimas, supera a la ofrecida por el gobierno, que se ve obligado a recurrir a diversas artimañas para que no salte a la vista (por ejemplo, en los boletines de noticias, la cifra recogida por la población aparece sumada directamente a la ayuda gubernamental). Algo parecido ocurre en EE.UU (los últimos datos que vi, era que el gobierno prometía 350 millones, mientras las donaciones de particulares sumaban ya 1.200 millones).

Las indemnizaciones anunciadas por el gobierno indio para las víctimas del Tsunami se elevan a 100.000 rupias por familia e incluyen solamente a las familias de los fallecidos. Para los que han perdido su medio de vida, para la compra de nuevas embarcaciones para los pescadores, sin las que no podrán alimentarse, no hay dinero.

100.000 rupias indias viene a ser unos 2300$. O solo 2’5 veces más que lo que la UE gasta en subsidios al año en una vaca europea media…

En la zona de la tragedia, mas de 1 millón 800 mil personas necesitan alimentos, alrededor de 5 millones se han quedado sin techo. http://news.bbc.co.uk/1/hi/world/asia-pacific/4142221.stm)

Para la reconstrucción de la región hasta hoy se han recogido unos 5000 millones de dólares (la BBC ofreció la cifra de 2700 millones de libras) Si lo dividimos entre 5 millones de personas, nos sale a 1000$ por persona.

Por supuesto las víctimas del terrorismo propio de estado, o mejor dicho algunas de ellas, los que tiene los parientes más insistentes, reciben algo más: por ejemplo, en Iraq a una familia, a la que las tropas de ocupación, de «civilizadores» le habían matado 3 miembros, le indemnizaron con 7500$. 2500 $ por cada uno que «frieron». «(http://www.occupationwatch.org/article.php?id=7618

Pero solo con la condición de que no culpen a sus asesinos, como el Tsunami, como responsables de sus muertes.

Ya ven, los «civilizadores» actúan como las fuerzas de la naturaleza, de manera inevitable.

Los británicos, a veces son más generosos. Sobretodo cuando son demasiados los testigos del asesinato de un arrestado. A la familia de Bakha Mussa, trabajador de un hotel, que dejó 2 huérfanos, le ofrecieron 8000$. También claro está, con la condición de que la familia firmase un documento donde exculpase a los soldados británicos que le habían apaleado y estrangulado… http://www.serve.com/pfc/pmcbride/pmc040104is.html).

«No queremos dinero», declararon sus familiares indignados. «Queremos justicia, queremos que los soldados que lo han matado sean juzgados y condenados. ¿Aceptaría una familia inglesa dinero, si a su hijo inocente lo hubiesen arrestado y golpeado hasta la muerte, soldados británicos?»

A los iraquíes, como a muchos de nosotros, «no civilizados», nos resulta esto difícil de imaginar, pero, habría aceptado.

Claro que no a cambio de una cifra tan irrisoria. Hace tiempo que en el «mundo civilizado» el honor, la dignidad y la propia vida se calculan en dinero. Lo importante es la cantidad que ofrezcan. Por ejemplo muchos padres, a los que no informaron de que iban a experimentar con los cuerpos de sus hijos pequeños fallecidos en hospitales, a los que extraían diferentes órganos, reaccionaron casi con alegría al conocer que iban a ser compensados económicamente. Comerciar con los órganos de tus propios hijos muertos: ¡este es el verdadero triunfo de la civilización!

Como media la vida de un iraquí muerto por los ocupantes, se valora por los propios ocupantes- en el caso d e que lleguen a ofrecer algo a la familia- en unos 1400$.

http://web.amnesty.org/library/index/engmde140072004).

Los niños salen más económicos. A la familia de la niña de 8 años Hanan Salik Matrud, sus asesinos le ofrecieron 700 dólares, por supuesto con la condición de liberarse de cualquier responsabilidad por su muerte. http://www.iwpr.net/archive/ipm/ipm_131.html).

Así pues, desde el punto de vista de las civilizadas familias occidentales, los familiares de Mussa, fueron tontos del bote. Más les hubiese valido coger los 8000 mientras se los ofrecían. Como decía el protagonista de la novela del escritor ucraniano Roman Fiodoriv «Zhban vina», terrateniente violador: «no seas tonta Marunia. Tu riqueza no se la venderás a nadie. Pero yo te pagaré…»

Al parecer, aquí reside una de las diferencias fundamentales entre los «civilizados» y los «salvajes», que los últimos de verdad piensan que su vida y su honor no se pueden medir en «billete verde»

En los últimos días los medios británicos no paran de cacarear los «planes históricos» de Blair y compañía, algo así como un «plan Marshall» para los países africanos, condonación de la deuda del mundo (a pesar de todo) en vías de desarrollo etc. Es difícil que alguien se pueda tragar ese cuento. ¿De que vivirían entonces los civilizados?

El caso terminó, claro, no con la supresión, sino solo con la «congelación» de la deuda de los países directamente afectados por el maremoto. Y eso por un año.

La congelación de la deuda de los países afectados ante el mundo civilizado, les permitirá conservar durante ese año- si sumamos todos los países juntos- unos 3000 millones de dólares. (El pago de la deuda de Indonesia en este año debía ser de 4100 millones de dólares más los intereses). Como reconoce el autor de los planes, el titular del Tesoro británico Gordon Braun, esos 3000 millones que podrán ahorrar, bastará solamente para pagar mes y medio de la deuda que acumulan los cinco países más afectados por la tragedia.

Ciertamente, una generosidad, nunca antes vista. http://news.bbc.co.uk/1/hi/business/4145007.stm).

Especialmente si tenemos en cuenta, que la suma total de la deuda de los países a los que se hace referencia, asciende a 272 mil millones de dólares.

La correspondencia en porcentajes con respecto al PIB de esos países se presenta así:

Indonesia 80% PIB, india 21% PIB, Tailandia 48PIB, Sri Lanka 59% PIB, Maldivas 45% PIB. http://news.bbc.co.uk/1/hi/business/4154601.stm)

Así que gracias por la manifiesta generosidad demostrada, señores civilizadores. Es la misma generosidad que demostraba Ivan Artemich Brovkin de la novela «Pedro I», hacia sus ex vecinos de aldea, a los que permitía que le comprasen su propio ganado.

Gracias por el plato gratis de sopa a las puertas de la fábrica chupasangres, que trabaja para vosotros.

Pero primero hay que conseguir que lo que prometen- y lo que presumen ofrecer como ejemplo de humanismo y sensibilidad del «generoso ciudadano occidental», ante el cual tan servilmente se inclinaba el académico Sajarov- lo acaben poniendo de verdad. No en vano el propio Kofi Annan no se contuvo y dijo en voz alta, que las promesas están bien, pero no vendría mal un poco de efectivo…

Los medios no escriben al referirse a la generosidad occidental, lo que se les escapó hace unos días por la TV británica: De los 593 millones prometidos por el mundo «civilizado» a Irán, tras el terrible terremoto en la ciudad de Bam, en la práctica solo recibieron 9.

Al mismo tiempo gran parte de la población estadounidense, embriagados de su propia «bondad» como demuestran las encuestas, cree de verdad que su país va a destinar en «ayudas a los países del tercer mundo» un 24% del presupuesto nacional. En realidad esta cifra no pasa del 0,25%, como escribe el New York Times…

Y si les interesa saber cuanto le cuesta a América, por ejemplo, la guerra en Iraq, visiten la página http://costofwar.com/ No voy a reproducir aquí los datos, porque el contador alojado en esta página no para de aumentar. Cuando terminé este artículo y la visité, la cifra era de 148.847.352.877 dólares. «Con este dinero se podría financiar completamente la lucha contra el hambre en el mundo durante seis años, o el programa de vacunación de toda la población infantil del planeta durante 49 años», subrayan los autores de la página.

Así pues ¿de qué igualdad de la vida humana podemos estar hablando en el mundo actual? El maremoto en este sentido no ha hecho que algo cambie a mejor. Solo ha traído más desgracia a aquellos, para los que ya de por si la vida no era especialmente dulce.»Los blancos» del mundo entero, aunque parece que han comprendido que también son gente mortal, y que un monedero repleto, no garantiza la seguridad, continúan disfrutando de sus privilegios- en las morgues se les intenta identificar, al tiempo que a los locales se les entierra en fosas comunes sin más ceremonia (Como pusieron el grito en el cielo en Occidente, al enterarse de que en Sri Lanka habían cremado junto con los centenares de cuerpos sin identificar a «dos turistas blancos»). Nos llegan informaciones que testimonian esta discriminación: por ejemplo en la ciudad tailandesa de Baan Nam Khem, a los turistas occidentales supervivientes los alojaron en el cómodo edificio de una escuela local, con camas, mantas y conexión a Internet. A los habitantes locales, niños incluidos, les tocó dormir al raso. http://news.bbc.co.uk/1/hi/world/asia-pacific/4141365.stm)

En ocasiones la población local demuestra que ha aprendido algo del mundo desarrollado y también se convierten en «civilizados». Por ejemplo un turista irlandés se mostraba muy ofendido en las páginas del «Irish Times» por el hecho de que «apenas unos minutos después del Tsunami, los precios del taxi se habían multiplicado por tres. Solo pensaban en como sacarnos más dinero»

¿Y qué esperaba usted, estimado señor?

Eso es lo que se llama «economía de mercado en acción» en tanto que ha aumentado la demanda, y la oferta no, significa que crecen los precios. ¿No es eso lo que a usted le enseñaron?

En Europa del Este la «civilización» también empezó introduciéndose haciendo que pagásemos para satisfacer nuestras necesidades más naturales: el pago por el uso de los WC públicos…

¿Qué cabe esperar de un mundo-de vuestro mundo- que continúa empeñado en establecer la equivalencia de 2996=140.000?