Irán postergó este miércoles la reanudación de sus actividades nucleares ultrasensibles, entre ellas la conversión de uranio, en medio de la presión de Europa y las amenazas del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU), mientras el ultraconservador Mahmoud Ahmadinejad fue investido presidente de Irán y prometió «servir» a la justicia, a […]
Irán postergó este miércoles la reanudación de sus actividades nucleares ultrasensibles, entre ellas la conversión de uranio, en medio de la presión de Europa y las amenazas del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU), mientras el ultraconservador Mahmoud Ahmadinejad fue investido presidente de Irán y prometió «servir» a la justicia, a los desfavorecidos y a la paz.
«Esperamos recomenzarlas (las actividades) a comienzos de la semana entrante (sábado)», declaró Hassan Rohani, secretario general del Consejo Superior de Seguridad Nacional iraní. En Irán, las semanas comienzan el sábado, ya que el viernes es el día festivo según la religión musulmana.
Por otra parte, Rohani calificó de «inaceptable y amenazante» la petición europea de que el gobierno de Irán renuncie al enriquecimiento de uranio.
La Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) pidió horas antes a Irán que no retirara los precintos de su planta en Ispahan antes que el sistema de inspección del organismo internacional haya sido instalado, indicó la portavoz Melissa Fleming.
En respuesta, Irán pidió a la AIEA que ponga todos los medios para poder retirar rápidamente los precintos de su central.
En este contexto, la Comisión Europea reconoció que las relaciones entre la Unión Europea (UE) e Irán atraviesan en la actualidad una «fase crítica. Se trata de una semana crucial para las relaciones con Teherán», estimó uno de los portavoces de europeos, Stefaan de Rynck.
Algunos analistas interpretan la nueva actitud desafiante de Irán como estrategia para forzar las negociaciones y alcanzar mejores contrapartidas por el abandono final de sus planes nucleares.
El anuncio del retraso se produjo el mismo día en que el ultraconservador Mahmoud Ahmadineyad, juró el cargo de nuevo presidente del país. El guía supremo, Alí Jamenei, invistió solemnemente a Ahmadinejad, ante los más altos dirigentes del Estado y los embajadores extranjeros.
Ahmadinejad besó la mano del ayatola Jamenei al recibir el documento en la hosseiniyeh (lugar de ceremonia religiosa), pieza contigua al despacho del guía.
A los 49 años de edad, Ahmadinejad se convierte en el sexto presidente del Irán. Elegido para un periodo de cuatro años, este antiguo miembro de las fuerzas especiales del ejército ideológico y ex alcalde de Teherán es el primer presidente laico que tienen el país desde 1981.
«Como servidor de la nación iraní, quiero defender la independencia, los intereses nacionales y la religión del Islam», declaró Ahmadinejad, conocido como el «barrendero de las calles iraníes».
«Mi gobierno, que ha salido del pueblo, se articulará en torno a cuatro principios: la promoción de la justicia, la bondad en los temas de Dios, el servicio al pueblo iraní y el progreso material y espiritual», dijo quien el próximo sábado tomará posesión en sesión solemne del Parlamento.
Esta alocución fue abierta con un homenaje al fundador de la república islámica, el imán Rojula Jomeini, a los «mártires de la revolución» y a los veteranos de la guerra contra Irak (1980-1988).
Por su parte, Jamenei prohibió hoy al futuro gobierno renunciar a los «derechos de la nación», en el contexto de la tensión por el anuncio de reiniciar actividades nucleares ultrasensibles. «En política extranjera, como siempre ha sido el caso y como seguirá siéndolo, la nación iraní siempre ha querido la paz», agregó.