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Primera reacción del Partido Comunista de la Federación Rusa ante la muerte de Slobodan Milosovic

Venció a la muerte con su muerte

Fuentes: Kprf.ru

Traducido del ruso para Rebelión por Josafat S.Comín

La muerte de Slobodan Milosevic tras los muros del tribunal de La Haya (y hoy ya podemos hablar precisamente de muerte inducida o de asesinato premeditado, pero no de «muerte natural» del líder yugoslavo) ha supuesto una dura pérdida para la causa de la libertad y de la justicia, pero sobretodo ha sido una terrible lección para aquellos que todavía confían en la «ley», el «derecho» y la «justicia» del mundo burgués y del nuevo orden mundial en formación.

Slobodan Milosevic se presentó voluntariamente en el juicio del denominado «tribunal internacional». Siendo una cualificado jurista, se defendió a sí mismo ante la maquina judicial de guerra de Occidente. Esto probablemente fuese la demostración del carácter serbio, para quienes un hombre en el campo de batalla es un soldado. La muerte ante el rostro de un enemigo que le superaba en fuerza claramente, no es sino el destino natural de un héroe.

Slobodan Milosevic no pudo repetir por completo la hazaña legendaria de Milos Obilic (1), quien se introdujo en la guarida del enemigo, para acabar con él allí, rodeado de su grandeza y su gloria. Contrariamente a todas las normas del derecho, a Milosevic lo tuvieron casi 5 años en la cárcel, un periodo en el que se puede ganar una guerra mundial. Pero no basta para acabar con un solo hombre. Para Milosevic, a sus 64 años, y con serios problemas de salud, lógicamente esto era una tortura. Además era un martirio que se podía prolongar el tiempo que fuese necesario; todo lo que el detenido pudiese soportar.

Iban muriendo los más jóvenes y fuertes: durante las sesiones preparatorias de la farsa judicial, el «tribunal» de La Haya perdió a numerosos testigos e inculpados serbios: uno de los primeros en «acabar con su vida» fue Slavko Dokmanovic. En los años siguientes, siguieron su camino otros 6 militares y personajes públicos. Tan solo en el último medio año, cayeron como mínimo 3: en noviembre de 2005, Dusko Bukcevic murió de infarto, el 5 de marzo de 2006 Milan Babic se «suicidó», y el 11 de marzo «murió por causas desconocidas» Slobodan Milosevic.

Así y todo es precisamente la hazaña de Milos Obilic lo primero que te viene a la cabeza cuando piensas en el destino de Slobodan Milosevic. Precisamente con su muerte entre rejas, ha pronunciado sentencia para todo el mundo occidental, con todo su fetichismo de los procedimientos judiciales, con su sempiterno moralismo incongruente y sus aspiraciones mesiánicas. Milosevic como en el antiguo canon ortodoxo de Pascua, «venció a la muerte con su muerte», y triunfó, logrando lo imposible. Pagando con su vida, como corresponde a los héroes.

Slovodan Milosevic, nació en Pozharevatse en Serbia el 29 de agosto de 1941. Se licenció en derecho en la Universidad de Belgrado. Durante los años 70 y 80 ocupó diversos cargos en la Liga de los Comunistas Yugoslavos. En 1987 encabezó la Unión de los Comunistas de Serbia. En 1989 fue elegido presidente de Serbia, siendo reelegido en 1992. En 1997 ocupó el cargo de presidente de Yugoslavia. Milosevic terminó en La Haya el 29 de junio del 2001, tras el ataque de los EE.UU sobre Yugoslavia y la posterior capitulación de Belgrado el 9 de junio. Milosevic fue derrocado en otoño del 2000, siguiendo el esquema de pruebas de la que sería la primera «revolución naranja»

Notas.

1. Milos Obilic. Heroe serbio, se infiltró en las tropas turcas y consiguió matar al sultán Murat en 1389. Para los yugoslavos es el mayor símbolo de heroismo.