Texto de una carta manuscrita fechada el 8 de marzo de 2006, dirigida por Slobodan Milosevic a Rusia pidiendo ayuda. Ha sido difundida por su abogado Zdenko Tomanovic en una versión traducida al inglés. Traducida del inglés para Rebelión por Beatriz Morales Bastos
Al ministro de Asuntos Exteriores de la Federación Rusa:
Estimados señoras y señores:
Con mi agradecimiento por la solidaridad y comprensión que han expresado ustedes al aceptar recibirme para seguir un tratamiento médico y dándome garantías, quisiera informarles de lo siguiente:
Creo que la persistencia con la que se me ha denegado el seguir un tratamiento médico en Rusia está motivada en primer lugar por el miedo de que con un cuidadoso examen médico se pueda descubrir que durante todo el proceso del juicio se ha dado activos e intencionados pasos para destruir mi salud, pasos que no se podrán ocultar a los especialistas rusos.
Para verificar mis acusaciones, les presento un sencillo ejemplo que pueden encontrar en el adjunto. Este documento, que recibí el 7 de marzo, demuestra que el 21 de enero (esto es, hace dos meses) se encontró en mi sangre una droga extremadamente fuerte y que se usa, como ellos mismos dicen, para el tratamiento de la tuberculosis y la lepra, aunque en los cinco años que llevo en prisión nunca he utilizado ningún tipo de antibiótico.
Durante todo este tiempo tampoco he tenido ningún tipo de proceso infeccioso (aparte de la gripe).
Además, la única explicación que puede tener el hecho de que los médicos necesitaran dos meses (para informarme) es que nos encontramos ante una manipulación. En cualquier caso, aquellos que me han suministrado una droga contra la lepra seguramente no pueden tratar mi enfermedad, como tampoco aquellos de quienes defendí a mi país en época de guerra y que tienen interés en silenciarme.
Estimados señores, ustedes saben que médicos rusos, que son de los más reputados del mundo, han llegado a la conclusión de que es urgente e inevitable que se me examinen y traten los problemas vasculares. Sé muy bien que es verdad porque me siento muy mal.
Me dirijo a ustedes esperando que me ayuden a defender mi salud de las criminales actividades en esta institución, que trabaja bajo la insignia de la ONU, y para que lo antes posible pueda recibir un tratamiento adecuado en su hospital, en cuyos médicos, así como en Rusia, confío completamente.
Sinceramente suyo,
Slobodan Milosevic