Más de 40 años tardó la Iglesia Católica en dar crédito a quienes acusaron de pederasta al líder de los Legionarios de Cristo, una orden católica conservadora fundada en México. El Vaticano, que antes lo aduló, ahora lo castiga. Pero frente a la justicia seguirá impune. Marcial Maciel, también creador de la organización, «merece un […]
Más de 40 años tardó la Iglesia Católica en dar crédito a quienes acusaron de pederasta al líder de los Legionarios de Cristo, una orden católica conservadora fundada en México. El Vaticano, que antes lo aduló, ahora lo castiga. Pero frente a la justicia seguirá impune.
Marcial Maciel, también creador de la organización, «merece un castigo penal y no una tibia decisión de la Iglesia», dijo a IPS Joaquín Aguilar, director en México de la no gubernamental Red de Sobrevivientes de Abusos de Sacerdotes (SNAP, por sus siglas en inglés).
La congregación Legionarios de Cristo se negó a reconocer los delitos de su «venerable» fundador en el texto del comunicado dado a conocer este viernes, luego de que el Vaticano informó sobre la sanción impuesta al prelado por una falta grave, tras investigarlo por imputaciones de pederastia.
El Vaticano informó que el papa Benedicto XVI exigió al mexicano Maciel, de 86 años, renunciar al ejercicio del sacerdocio y a toda aparición pública luego de concluir que sí abusó sexualmente de menores.
Es la primera vez en la historia moderna de la Iglesia Católica que el Papa aplica una sanción por pederastia al fundador de una congregación, precisaron expertos en tema de religiones locales y de Roma.
Las primeras acusaciones contra el sacerdote, a quien Juan Pablo II, antecesor de Benedicto XVI, trató como un respetado religioso, datan de los años 50.
Un grupo de ex legionarios de Cristo, entre ellos maestros, un ex cura y un abogado de distintas generaciones, afirmaron haber sido víctimas de abusos sexuales por parte de Maciel entre los años 40 y 60, cuando tenían alrededor de 12 años y cursaban en seminarios de la Iglesia en España e Italia.
Uno de ellos, Alejandro Espinosa, quien fue seminarista de Maciel en su adolescencia, publicó el libro «El Legionario» (2003) donde ofrece pormenores, incluso nombres y fechas, de todas esas situaciones de abuso.
Las acusaciones reaparecieron con fuerza en 1997. Los denunciantes no recurrieron a la justicia mexicana, pues los delitos en cuestión habían prescripto, pero la Iglesia Católica prosiguió sus pesquisas y finalmente decidió sancionarlo.
«El abusador Maciel permanece impune y eso es inaceptable. La Iglesia siempre lo protegió», señaló Aguilar de SNAP.
En 2005, Maciel abandonó la dirección de los Legionarios de Cristo alegando motivos de edad y de salud. Pero ahora, se sabe que ese retiro fue solicitado por El Vaticano, pues ya contaba con pruebas ciertas de los abusos que había cometido el sacerdote.
Maciel aceptó la decisión del Papa «con total serenidad y con tranquilidad de conciencia, sabiendo que se trata de una nueva cruz que Dios ha permitido que sufra», informaron los Legionarios de Cristo a través de comunicado.
«Nuestro venerado padre ha recibido a lo largo de su vida un sinnúmero de acusaciones», añade el texto de la congregación, que siempre tildó de calumniadores a quienes señalaban a su fundador.
«Él afirmó su inocencia y siguiendo el ejemplo de Jesucristo: optó siempre por no defenderse de ninguna manera», dijeron en su nota, que en ningún momento acepta la culpabilidad de Maciel, aunque indica que respeta las últimas disposiciones del Papa «con profundo espíritu de obediencia y fe».
Para el director de SNAP en México, «es increíble que los Legionarios sigan considerando un santo a Maciel, cuando está muy claro que es un abusador de menores».
La orden Legionarios de Cristo, fundada en 1945 en México y reconocida por la Iglesia tres años después, sostiene la necesidad de llevar «la palabra de Dios» y la caridad a los pobres, pero sin cuestionar las raíces políticas o económicas de las injusticias sociales.
«El fin específico de la congregación es la instauración del reino de Cristo en la sociedad, de acuerdo con las exigencias de la justicia y caridad cristianas, a través de la formación de grupos de líderes seglares que den testimonio del Evangelio en su medio familiar, profesional y social», señalan los Legionarios en documentos oficiales.
Como la prelatura ultraconservadora del Opus Dei, esta congregación fue adulada por el papa Juan Pablo II, fallecido en 2005.
Los Legionarios, que atraen sobre todo a jóvenes de familias adineradas, tienen unos 600 sacerdotes y 2.500 seminaristas. Además, maneja centros educativos y religiosos en Argentina, Brasil, Costa Rica, El Salvador, España, México, Irlanda, Italia y Venezuela, entre otros países.
El también llamado «Ejército de Cristo» cuenta con una amplia red de escuelas y sus miembros ocupan altos cargos en empresas y gobiernos, como Marta Sahagún, esposa del presidente mexicano Vicente Fox, y varios colaboradores de este mandatario.
«Los delitos de Maciel están reconocidos, pero no debemos celebrar que El Vaticano lo acepte si la justicia penal nunca llegó ni llegará a tocar a este pederasta», expresó el director de SNAP.
Esta organización, que inicio sus actividades en México en abril, trabaja en Estados Unidos y en Canadá, donde ha presentado en total unas 1.200 denuncias de abusos sexuales presuntamente cometidos por sacerdotes.