El 3 de agosto de 1964 el presidente de Estados Unidos, Lyndon Johnson informó de un inexistente ataque de las patrulleras vietnamitas al destructor USSMadox en el Golfo de Tonkin, y consiguió la autorización del Congreso para lanzar masivos ataques contra el gobierno de Hanoi. Ahora, 44 años después, la Casa Blanca, a través de […]
El 3 de agosto de 1964 el presidente de Estados Unidos, Lyndon Johnson informó de un inexistente ataque de las patrulleras vietnamitas al destructor USSMadox en el Golfo de Tonkin, y consiguió la autorización del Congreso para lanzar masivos ataques contra el gobierno de Hanoi. Ahora, 44 años después, la Casa Blanca, a través de la publicación de un difuso video afirma que una lancha iraní había amenazado con «hacerlos estallar», cerca de un buque de guerra estadounidenses en el estrecho de Ormuz -que por cierto pertenece a Irán y Emiratos Árabes. Minutos después, Bush advertía a Teherán por esa «provocación», mientras las autoridades iraníes afirmaban que se trataba de una manipulación y no ha habido ningún incidente.
Bush tiene prisa para agredir a Irán, le da igual que sea por sus inexistentes armas nucleares, o por los imaginarios hostigamientos en el Golfo Pérsico, por las supuestas implicaciones de los agentes del gobierno islámico en el asesinato de los soldados norteamericanos en Irak ( por lo que ha incluido al ejercito iraní en la lista de las organizaciones terroristas, un hecho sin precedente en la toda la historia moderna), por ser el responsable de las décadas del conflicto entre israelíes y palestino, etc. La pedagogía del miedo y demonizar al enemigo siguen siendo instrumentos eficaces en manos de organizadores de las empresas bélicas.
Con el trasfondo de un Irak desangrado por sus peligrosas armas inexistentes, aun seguimos creyendo a quienes nos dicen que Irán «fue, es y será peligroso» y que incitará una Tercera Guerra Mundial. Tras Irak, hoy destruido, toca debilitar a Irán para dominar sus inmensas reservas de hidrocarburo, en esta cruenta batalla por la supremacía mundial entre las potencias, vía control de energía.
El supuesto incidente en el Golfo Pérsico coincide con la visita del presidente de EEUU a la región. Su objetivo además de repetir promesas huecas a los palestinos, es consolidar los acuerdos de Annápolis basados en la creación de un insólito frente unido árabe-israili contra Irán, bajo los auspicios de EEUU. El principal logro de aquel encuentro fue romper la alianza entre Damasco y Teherán, para dejar a éste absolutamente aislado.
El paso de la Guerra Fría entre Irán y EEUU-Israel, hacia una guerra total de consecuencias imprevisibles depende de un incidente, real o ficticio. Por cierto, que muchos electores estadounidenses suelen votar al candidato del Partido Republicano cuando su país está en guerra.
Nazanin Amirian
Escritora exiliada iraní, autora del «40 respuestas al conflicto de Oriente Próximo», editorial Lengua de Trapo, 2007