Algunos expertos y políticos en EEUU han llegado a la conclusión de que ha comenzado una nueva Guerra Fría con China. Los indicios en tal sentido son abundantes, aunque no faltan quienes también niegan que dicha posibilidad se consolide a corto plazo.
Mientras, la UE se distancia de dicho planteamiento reivindicando su “autonomía estratégica” para no tener que elegir entre uno u otro evidenciando una evidente crisis de poder en Occidente. La pandemia de la Covid-19 aceleraría este nuevo tránsito en el sistema internacional. Conversamos sobre ello con Alfredo Toro Hardy, colaborador habitual del OPCh y que acaba de publicar China versus the US: Who Will Prevail? (WSPC, 2020)
¿Cree posible una reedición del mundo bipolar?
A mi juicio se está, en efecto, entrando en una nueva era bipolar. A diferencia de la anterior que giró esencialmente en torno a parámetros ideológicos, la actual se orienta hacia una confrontación medida en términos de eficiencia. La eficiencia que sepan mostrar dos modelos distintos de sociedad para proveer respuestas en un conjunto variado de campos. Sin embargo, más allá de esa capacidad de respuesta se encuentra también la bipolaridad resultante de dos países que se visualizan a sí mismos como pináculos en la historia humana. El Reino del Medio y la Nación Excepcional se asumen como poseedores de títulos históricos o providenciales para el liderazgo mundial. Ambos miran al futuro con los lentes de sus respectivas cargas míticas. Mientras la competencia se hará intensa en el plano de la eficiencia, resultará existencial en el marco de sus auto-percibidos títulos.
¿Qué factor considera más determinante en la competencia entre EEUU y China: economía, tecnología, defensa, otros?
Para comprender mejor como se posicionan ambos bandos para la medición de fuerzas en curso, es necesario adentrarse en la comparación del perfil de poder de ambos países. Un perfil que debe comprender tanto el poder duro como el poder suave, entendiéndose este último como el que deriva de la capacidad de penetración de ambos sistemas y culturas. A tales efectos, es necesario medir cinco aptitudes básicas: la aptitud de convergencia, la aptitud de universalidad, la aptitud económica, la aptitud militar y la aptitud tecnológica. La de convergencia radica en la capacidad de aglutinar a otros estados a su alrededor; la de universalidad en la capacidad de proyectar internacionalmente sus culturas y valores; la económica en la capacidad de mantener una mayor tasa sostenida de crecimiento del PIB; la militar en la capacidad para imponer la propia voluntad sobre la ajena sin necesidad de ir a la guerra o de prevalecer en ella en caso de ésta hacerse inevitable; la tecnológica en la capacidad de alcanzar la primacía en un conjunto de tecnologías emergentes claves.
¿Un cambio en la presidencia en EEUU en noviembre podría alejar la espiral de confrontación vivida durante la Administración de Donald Trump?
No. La confrontación es ya estructural y no simplemente coyuntural. Xi Jinping persigue el fenfa youwei, el esforzarse por obtener grandes logros. Ello se traduce en un llamado por alcanzar una posición de liderazgo en los asuntos mundiales y en una redefinición de la huella geopolítica china en su propia región. Para Estados Unidos ello representa un reto inaceptable a su liderazgo. De la misma manera en que un nacionalismo expansivo da sustento a los objetivos de Xi, una amplia coalición doméstica y el sentimiento mayoritario de la población sustentan en Estados Unidos la reacción frente a China. Una eventual salida de escena de Trump sólo bajaría el nivel del espectáculo circense.
Fuente: https://politica-china.org/areas/politica-exterior/una-nueva-guerra-fria-entre-eeuu-y-china