El Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares alcanza las 50 ratificaciones necesarias para su entrada en vigor
El pasado sábado, 24 de octubre, el movimiento pacifista de todo el mundo alcanzaba un nuevo hito histórico al convertirse Honduras en el país número 50 en ratificar el Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares y dar paso así a su entrada en vigor.
75 años después de la devastación a raíz del lanzamiento de las bombas nucleares en Hiroshima y Nagasaki, el fin de las armas nucleares deja de ser un objetivo lejano para pasar a ser uno más plausible en haber conseguido posicionar a una parte de la comunidad internacional a favor de la abolición total de estas armas devastadoras.
El Tratado para la Prohibición de las Armas Nucleares que fue aprobado el 7 de julio de 2017 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, entrará en vigor y se convertirá en ley internacional vinculante el próximo 22 de enero de 2021, 90 días después de la ratificación de este sábado pasado. De este modo se prohibirán las únicas armas de destrucción masiva que aún no estaban prohibidas por la legislación internacional.
Desde el Centre Delàs d’Estudis per la Pau, miembro activo de la campaña internacional ICAN (Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares), que recibió el año 2017 el Premio Nobel de la Paz por su trabajo incansable para la prohibición del armamento nuclear, celebramos este gran paso hacia un mundo libre de la amenaza de las armas nucleares.
No queremos en esta ocasión tan especial, dejar de rendir homenaje a las supervivientes de Hiroshima y Nagasaki, comúnmente conocidos como Hibakusha. Su encomiable lucha de varias décadas ha sido clave en la consecución de este hito histórico, y para asegurar que una catástrofe de la magnitud de Hiroshima y Nagasaki no vuelva a repetirse nunca bajo ninguna circunstancia.
Recordemos que algunos de los países que poseen armamento nuclear en la actualidad se opusieron al tratado durante todo el proceso de negociación, y han presionado a los estados durante este último periodo de ratificación, con la justificación de que una iniciativa de este tipo debilitaría los mecanismos existentes de desarme y, concretamente, el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) de 1968, que ha sido repetidamente criticado porque su objetivo era únicamente limitar el desarrollo de armas nucleares más allá de aquellos países que ya las poseían en el momento de la aprobación del tratado de no proliferación. Y, en todo caso, incluso en esto ha sido inefectivo. Es por ello que la aprobación y la entrada en vigor del Tratado para la Prohibición se convierte en un mecanismo imprescindible y urgente para la prohibición y eliminación total de este tipo de armamento, aumentando el estigma y la presión sobre las potencias nucleares en disposición de generar una catástrofe nuclear que puede amenazar nuestra existencia en el planeta.
Así, reiteramos la alegría y la importancia de la entrada en vigor de este Tratado, aunque hay que trabajar para que lo firmen y ratifiquen los estados nuclearmente armados. Y celebramos este hito histórico del pacifismo, como miembros de la campaña ICAN en el Estado, pero al mismo tiempo seguimos exigiendo al Gobierno que firme y ratifique este Tratado, a la vez que pida lo mismo a los estados socios de la Unión Europea ya que esta es la única postura coherente y sensata respecto a la amenaza del arma que pone en peligro la supervivencia humana en el planeta.