Miles de trabajadores temporales realizaron una manifestación masiva frente a la fábrica Pegatron [una empresa taiwanesa que produce teléfonos y tablets para Apple -iPhone 6-, Microsoft y otras firmas] en Shanghai el 19 de diciembre, después de que los directivos de la empresa taiwanesa de electrónica les ordenaran trasladarse a otra fábrica en Kunshan [una ciudad-distrito en pleno desarrollo, en la provincia de Jiangsu, que tiene estatuto de zona franca, a unos 70 km de Shanghai, pero en la que el transporte público es muy escaso].
Los trabajadores que se negaran a trasladarse a Kunshan debido a sus obligaciones familiares en Shanghai serían despedidos y perderían las bonificaciones, las que podrían ascender a más de 10.000 yuanes [unos 1.250 euros], una proporción significativa de la indemnización total.
La policía intervino y hubo escaramuzas antes de que la dirección accediera, finalmente, a reconsiderar la política de deslocalización y a dejar que los trabajadores conservaran sus beneficios legales.
Como lo señaló el China Labour Bulletin (CLB) en su análisis de los problemas a los que se veían enfrentados los trabajadores de los países del llamado «Sur» durante la pandemia de Covid-19, los trabajadores de China y de la India son víctimas de prácticas de explotación muy similares en una amplia gama de industrias, como los sectores de la confección y el transporte. La industria electrónica puede también agregarse a esta lista.
La manifestación de Pegatron, en Shanghai, tuvo lugar precisamente una semana después de la que protagonizaron miles de trabajadores de la fábrica de electrónica Wistron [empresa taiwanesa] el 12 de diciembre en Bangalore [India], la que acabó de manera violenta, con daños estimados en 7 millones de dólares.
Aproximadamente 8.500 trabajadores temporales, incluidos estudiantes, habían sido contratados por seis empresas de trabajo temporal para ayudar a satisfacer la demanda de mano de obra de Wistron durante los períodos de máxima producción [incluida la producción de iPhone]. Estos operarios fueron obligados a trabajar una cantidad excesiva de horas y luego se les retuvo el salario [1], según revelaron las investigaciones del gobierno estatal y de los sindicatos.
La mayoría de los trabajadores temporales procedían de hogares pobres de las afueras de Bangalore y dependían de los ingresos extra para pagar los costos de la escuela para sus hijos y otros gastos importantes.
En China, en el sector de la electrónica, los problemas se agravan durante los períodos de máxima producción pero son endémicos en la industria durante todo el año. Recientemente, el 14 de noviembre, los trabajadores contratados por una agencia de trabajo temporario para trabajar en las instalaciones de Foxconn [empresa transnacional de propiedad taiwanesa, cuyo verdadero nombre es Hon Hai Precision Industry Co], en Chengdu, realizaron una manifestación para protestar contra los atrasos en el pago de los salarios.
El mapa de huelgas del China Labour Bulletin registró 114 protestas colectivas de trabajadores de fábricas de electrónica en China en los últimos tres años, lo que representa alrededor de un tercio de todas las protestas de la industria manufacturera registradas durante ese período. La mayoría de las protestas se concentraron en las provincias costeras de Guangdong y Jiangsu.
Una de las manifestaciones más importantes tuvo lugar en abril de 2018, cuando unos 6.000 trabajadores de Flex Electronics [empresas transnacionales con capital de Singapur y Estados Unidos] en Zhuhai se declararon en huelga durante tres semanas. Los trabajadores exigían que la indemnización por despido se pagara por adelantado antes de que Flex vendiera la empresa a otro inversor.
El sindicato local se negó a ayudar a los trabajadores, poniéndose del lado de la dirección durante el conflicto. Finalmente, los trabajadores no tuvieron más remedio que volver a sus puestos de trabajo.
Un representante sindical de Zhuhai justificó sus acciones en ese momento ante el editor de China Labour Bulletin, Han Dongfang: «El comité local del partido nos dio instrucciones de mantener la estabilidad social. Nuestra responsabilidad administrativa es participar en el grupo de trabajo de estabilidad».
Según el funcionario sindical, la huelga había sido convocada por «agitadores» y «la empresa no había violado ninguna ley» en el acto de transferencia de la propiedad.
Tres años después, hay muy pocos indicios de que los funcionarios sindicales de Shanghai y otras ciudades estén tomando medidas eficaces para proteger los intereses y los ingresos básicos de los trabajadores de la electrónica chinos, en particular los trabajadores temporales que no tienen contratos de empleo oficiales.
Nota
[1] En un principio, el salario prometido a un empleado altamente calificado era de 21.000 rupias por mes (unos 235 euros). Ese salario fue reducido a 16.000 rupias y más tarde a 12.000 rupias. Para los trabajadores no calificados, el salario prometido de 8.000 rupias también fue rebajado y sobre todo, sólo se pagaba muy parcialmente (a veces, apenas 500 rupias giradas a la cuenta bancaria del trabajador). Según The Times of India del 12 de diciembre, la bronca explotó al final de un turno de noche, tras las discusiones que tuvieron lugar en los talleres, donde quedaron claras las prácticas de robo por parte de las agencias de trabajo temporal. (Redacción A l´encontre)
Fuente: China Labour Bulletin, 22-12-2020: https://clb.org.hk/
A l’encontre / Traducción de Ruben Navarro