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BRICS (IV)

Una coalición defensiva frente al imperio

Fuentes: Rebelión

El declive de Estados Unidos es la principal explicación del ascenso de los BRICS y permite situar la dinámica de esa irrupción en el largo plazo. Es importante preceder los juicios sobre el quinteto ampliado con este diagnóstico, para evitar simples alabanzas o condenas de una alianza representativa del nuevo escenario multipolar (Wolff, 2024).

Los BRICS han conformado una coalición para fijar su propia agenda, en disputa con los dictados de Washington. Aspiran a intervenir en forma autónoma de esas exigencias, luego de registrar el debilitamiento del poder imperial estadounidense. Operan como un bloque defensivo, que resiste el sometimiento a los mandatos geopolíticos y económicos de la primera potencia (Halas, 2024).

El quinteto conforma un alineamiento diferenciado del sistema imperial dominante y presenta todos los rasgos de una alianza no hegemónica. Ese estatus no supone por sí mismo la presencia de un actor contrahegemónico con proyectos alternativos.

Algunos analistas consideran que la contención de la agresividad bélica estadounidense es la principal función y el mayor mérito actual de los BRICS. Deducen de ese rol, que el grupo ampliado cumple un rol progresista en el contexto contemporáneo (De Sousa, 2024).

Esa evaluación se basa en principios básicos de una mirada de izquierda de la dinámica geopolítica. Al contener al militarismo imperial y debilitar sus incursiones, los BRICS contribuyen a mejorar las condiciones para la lucha popular y el logro de conquistas. No aportan por sí mismos remedios o soluciones a los padecimientos que genera el capitalismo, pero al chocar con el cimiento imperial de esa estructura, facilitan un entorno más favorable para batallar contra ese sistema (Patnaik, 2023).

BANDUNG Y NO ALINEADOS

Los BRICS no conforman un bloque antiimperialista, como el gestado en 1955 en la Conferencia de Bandung. Los contrastes con ese antecedente son mayúsculos y el propio quinteto ampliado rechaza cualquier familiaridad con ese precursor. Es importante registrar que ninguno de sus miembros se identifica con ese pionero, para evitar comparaciones forzadas (Prashad, 2023).

Basta contrastar la composición del liderazgo actual de los BRICS con la dirigencia que encabezaba Bandung, para confirmar la monumental distancia que separa a ambos organismos. Putin, Lula o Ramaphosa no tienen ningún parentesco con Nehru, Nasser y Zhou EnLai y Modi o Bolsonaro se ubicaban en las antípodas de esas figuras. Qué presidentes de ultraderecha preserven durante su mandato a sus países dentro de los BRICS, ilustra la impresionante plasticidad política de ese bloque.

La complicidad directa con Israel de nuevos integrantes -como Arabia Saudita, los Emiratos o Egipto- es también indicativa del perfil del organismo (Bond, 2025). Ninguna de esas connivencias con el imperialismo tenía cabida en Bandung.

Esa conferencia fue un emblema del Tercer Mundo y todos sus participantes compartían el estatus periférico-dependiente de sus economías. Esa homogeneidad está actualmente ausente en los BRICS.

Allí conviven una potencia central (China) -que disputa supremacía mundial con Estados Unidos- junto a varios socios de la semiperiferia -que mantienen enormes distancias productivas entre sí (Rusia con Sudáfrica). El bloque también incluye exponentes típicos de la periferia (como Etiopia). Por esa razón existen relaciones clásicas de dependencia entre los propios integrantes de los BRICS (China vende manufacturas y compra materias primas a Brasil), que no estaban presentes en Bandung (Delcourt, 2024).

Los BRICS no conforman una articulación antiimperialista y no tiene sentido forzar esa caracterización para elogiar o denigrar sus iniciativas. El rol progresivo o regresivo que se postule de su acción debe partir de otro diagnóstico.

La comparación de los BRICS con el Movimiento de Países No Alineados (MPNA) presenta ciertos rasgos a tomar en cuenta. Aunque ese bloque fue gestado en 1961 en plena guerra fría -con programas de neutralidad en el enfrentamiento entre Estados Unidos y la Unión Soviética- adoptó en los hechos, un perfil de resistencia a la agresividad bélica norteamericana. Por las buenas relaciones que mantenía con el bloque socialista y los serios conflictos que lo separaba de Occidente, ofrece elementos de semejanza con los BRICS.

El MPNA incluía en su seno gran variedad ideológica, contenía gobiernos de signo político divergente y priorizaba la agenda económica. Emergió en el mismo período que fue gestada la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), con el propósito de apuntalar el desenvolvimiento de la periferia cuestionando las exacciones impuestas por los centros.

El parentesco con los BRICS se ubica en el origen comercial de este bloque, que despuntó en una disputa por el pago de patentes en las negociaciones de la OMC. Ese gesto de autonomía derivó en políticas desarrollistas, que conectan al nuevo quinteto con los viejos No Alineados.

En las primeras décadas del siglo XXI han reaparecido los mismos debates sobre la industrialización en Asia, África o América Latina, que primaban a mitad de la centuria pasada. Esa discusión es distinta al pasado y los proyectos neo desarrollistas en boga difieren de sus precedentes, pero la temática es semejante e inspira todas las iniciativas económicas de los BRICS (Katz, 2015: cap 7).

REPLANTEOS ANTIIMPERIALISTAS

Es importante reconocer las diferencias cualitativas que separan a los BRICS de Bandung para evitar razonamientos ingenuos o nostálgicos (Vijay, 2025a). Los paralelos que se pueden establecer con el ¨espíritu de Bandung¨ constituyen tan solo mensajes político-pedagógicos, para señalar metas, anhelos o proyectos. No implican diagnósticos de la realidad actual del quinteto. La diferencia que separa a ambas referencias es muy significativa e invalida las analogías, pero la comparación aporta ideas para un programa o devenir futuro (Vijay, 2025b).

El surgimiento de los BRICS permite, ante todo, clarificar, reivindicar, difundir el legado Bandung, como una tradición antiimperialista de enorme actualidad para la izquierda (Bruckmann, 2018). Sirve para visibilizar un acontecimiento olvidado, al cabo de varias décadas de preeminencia neoliberal y ofensiva contrarrevolucionaria, que han buscado sepultar los grandes hitos de la lucha en la periferia contra el opresor imperial.

El impacto de Bandung estuvo muy presente en todo el período de sublevaciones y guerras que signó a la descolonización. Instauró un tipo de demandas sociales y exigencias de desarrollo, que contribuyó a impulsar por ejemplo en 1974, el llamamiento a un Nuevo Orden Económico Internacional (NOEI).

Esa etapa quedó cerrada con la implosión de la Unión Soviética y la extinción del denominado bloque socialista, pero el resurgimiento de proyectos progresistas y radicales -en frontal disputa con la oleada ultraderechista actual – exige recuperar los legados de la izquierda. Bandung es una pieza importante de esa memoria.

Nadie puede imaginar seriamente la conversión de los actuales integrantes y gobiernos de los BRICS en una prolongación de Bandung. Discutir esa mutación es una simplificación de los apologistas del bloque o un argumento descalificatorio de los denigradores de esa alianza. Lo que está en juego es la existencia de una brecha favorable para batallar por esa perspectiva, con otros actores, otros sujetos y otros programas a los actualmente imperante en los BRICS.

En una aproximación a este rumbo algunos analistas destacan que el quinteto ha cambiado el equilibrio de fuerzas mundiales, sin modificar el contenido general de ese escenario. Disputa con el sistema vigente sin trastocarlo, ni trascenderlo (Prashad, 2023). Pero su aparición introduce fracturas por arriba, que no existían durante el cenit de la globalización y esa erosión crea oportunidades para recuperar el proyecto popular.

El aprovechamiento de estas nuevas condiciones para recomponer la izquierda, transita por múltiples y controvertidos senderos, pero presupone ante todo constatar las diferencias que separan a los BRICS del enemigo que comanda Estados Unidos y sus socios (Desai, 2024).

Registrar que esos dos bloques no son equivalentes es el punto de partida de cualquier reflexión sobre las conexiones de los BRICS con Bandung. Esa conferencia fue un hito de la batalla contra el imperialismo norteamericano, que tiene enorme actualidad en la centuria en curso.

EL PROYECTO SOCIALISTA

Las referencias de Bandung para evaluar el contexto actual, son también importantes para recordar que faltó en esa Conferencia. Fue un mojón de la resistencia contra el colonialismo y el imperialismo, pero los objetivos sociales de erradicar la desigualdad, la opresión y la explotación -expuestos formalmente por muchos líderes de ese encuentro- quedaron frustrados por la continuidad, reforzamiento o remodelación del capitalismo.

Esa es la principal lección negativa de esa experiencia, que impulsa a reformular ese proyecto como objetivos anticapitalistas. El ¨espíritu de Bandung¨ sólo puede consumarse con éxito, si es replanteado como un horizonte socialista.

Es importante recordar esa asignatura pendiente, en el año que se conmemora no sólo el setenta aniversario de esa conferencia, sino también los cincuenta años de la caída de Saigón y del triunfo de la revolución en Vietnam (Bello; Guttal, 2025).

La reformulación socialista del horizonte de Bandung es también relevante para los contrapuntos que actualmente se establecen con los BRICS. Todos los pronunciamientos de esa asociación a favor del desarrollo y la equidad son ponderables objetivos, cuya concreción es irreconciliable con el capitalismo. Es oportuno recordar esa incompatibilidad, frente a la gran batería de análisis que presuponen la eternidad de ese sistema.

Esas miradas suelen postular que el escenario actual constituye otro episodio de la perene mutación de ese régimen. Pero olvidan que el capitalismo estuvo seriamente cuestionado durante el colapso financiero del 2008. La propia existencia actual de los BRICS obedece, en gran medida, a la supervivencia que logró ese sistema.

INICIATIVAS RADICALES

En la izquierda se discute si los BRICS pueden instrumentar iniciativas favorables a los pueblos, o si por el contrario esos logros exigen batallas fuera de ese marco.

La controversia toma en cuenta que el grueso de los gobiernos derechistas, conservadores o de centroizquierda que predominan en el grupo son enemigos de esas mejoras, reacios a concederlas o impotentes para implementarlas. Pero también registra la dificultad para concretar esos avances, ignorando la centralidad que tienen los Estados nucleados en torno a esa asociación. Ese dilema se resuelve elaborando programas que apuntalen las demandas populares y construyendo organizaciones para obtenerlas.

Esa vieja fórmula de acción política se aplica a los BRICS. Como conforman un bloque diferenciado en conflicto con el sistema imperial dominante, deben ser objeto de peticiones sociales, democráticas y políticas de los movimientos populares. Estas exigencias empalman y potencian los mismos reclamos, que se verifican en la órbita nacional de la asociación.

Ya existen muchas experiencias de esas articulaciones y la propia trayectoria de los BRICS ha estado signada por iniciativas de foros sociales, organizados en coincidencia con las Cumbres anuales. Las asambleas de los ¨BRICS por abajo¨ que se realizaron en varios de esos encuentros ejemplifican ese accionar (Bond, 2013). Allí se concertaron el mismo tipo de ¨Cumbres de los Pueblos¨, que han acompañado en América Latina a muchos encuentros oficiales de UNASUR o CELAC.

Palestina ocupa un lugar central en las exigencias que despuntan para el próximo cónclave de los BRICS. Dos integrantes del quinteto han denunciado los crímenes de Netanyahu. El gobierno de Sudáfrica impulsa sanciones efectivas y su par de Brasil clama contra las masacres y el asesinato de niños por hambre. Ya circula una petición a Lula de ruptura de relaciones con Israel (Infobae, 2025), que debería extenderse a todos los gobiernos en la Cumbre de Río.

En este terreno hay reminiscencias de Bandung, porque la lucha contra el Apartheid sudafricano fue un emblema de esa conferencia. El sionismo es la evidente continuidad de ese colonialismo racista y la batalla contra sus crímenes es la principal bandera democrática actual.

MIRADAS APROBATORIAS

Muchas visiones elogiosas de los BRICS presentan a ese bloque -en su configuración actual- como una alternativa al dominio histórico de Occidente. Resaltan la atracción que genera entre los países afectados por esa primacía y remarcan los pasos que adopta el grupo, para transformarse en el promotor del nuevo mundo multipolar.

Esa descripción se limita a enaltecer las diferencias del quinteto con el orden actual, sin aportar clarificaciones sobre su efectivo papel. Afirmar que constituye algo distinto al sistema prevaleciente, no esclarece en qué consiste esa novedad. En la misma línea de meros retratos se ubica la exaltación del grupo, como un entramado de poder contrapuesto a su competidor occidental.

Esas observaciones son más auspiciosas, cuando resaltan la presencia de una dispersión del poder (multipolaridad), que ha permitido el surgimiento de un contrapeso al sistema imperial. Esa irrupción debilita la capacidad de los principales opresores para someter al grueso de la población. En este terreno, la simple aparición de los BRICS es un acontecimiento promisorio, pero totalmente insuficiente para introducir modificaciones significativas en el orden imperante.

El bloque es también elogiado por la cultura de convivencia que introduce al interior de esa alianza, mediante la coexistencia de países con variadas tradiciones, religiones y culturas (Garzón, 2024). En otras miradas, esa cohabitación es interpretada como un signo de la ¨des-occidentalización¨ que irrumpe en el siglo XXI, en estrecha sintonía con el declive de Estados Unidos, el estancamiento de Europa y el renacimiento de Asia. Los BRICS son percibidos como una expresión del ¨mundo posamericano¨ en gestación (Vignolo, 2023).

Pero también este registro de largo plazo, mantiene sin respuesta la evaluación de los beneficios que aportaría el quinteto ampliado a los explotados y oprimidos del mundo. Destaca correctamente que emerge como un poder en disputa con los principales opresores de esos desposeídos, pero no clarifica en qué medida o de qué forma contribuiría a revertir los padecimientos de esas mayorías.

Para considerar esa eventual conexión hay superar las ingenuas idealizaciones de los BRICS, recordando ante todo la gravitación que tienen en el quinteto ampliado los gobiernos ultraderechistas (India), las monarquías despóticas (Arabia Saudita), las dictaduras brutales (Egipto) y los regímenes autoritarios (Rusia).

También corresponde precisar en qué medida esa alianza motoriza la paz, la distención y la resolución pacífica de las controversias internacionales. Ciertamente actúa como un bloque defensivo frente a las agresiones imperiales de Estados Unidos, Europa o Israel. Los BRICS no propician los bloqueos, las sanciones o los avasallamientos de la soberanía que promueve el Pentágono, el Departamento de Estado y la OTAN (Elbaum, 2024).

Pero cada uno de los integrantes del entramado, suele incurrir en demostraciones de poder para hacer valer su primacía en su entorno regional. Rechazan la injerencia y las provocaciones del imperialismo norteamericano, pero no ahorran atropellos a sus propios vecinos. Las agresiones militares de India constituyen tan solo el ejemplo más reciente de esa belicosidad.

La idealización de los BRICS está frecuentemente emparentada con la identificación de ese bloque con el Sur Global. Como la acepción efectiva de ese concepto es tan variada, resulta difícil precisar el sentido de ese término para el quinteto.

Las dos potencias que comandan los BRICS disputan supremacía geopolítica económica en el orden actual, desde lugares obviamente distantes del mero desamparo del Sur. Es tan problemático situar al gigante ruso como al coloso chino, en el pelotón de los países dependientes del planeta. Pero también es controvertido ubicar en el grupo de los desvalidos a potencias regionales como India o Brasil, que han asumido un creciente protagonismo entre las economías intermedias.

La propia heterogeneidad interna del bloque contradice su mera localización dentro el Sur Global, porque si este último concepto es referido a las relaciones de centro-periferia, esa asimetría está muy presente al interior de los BRICS. Basta observar el tipo de intercambio comercial que mantienen China con Brasil, para constatar allí las típicas transferencias de valor objetadas por la CEPAL o la Teoría de la Dependencia.

Los BRICS han forjado una asociación en plena reconfiguración de la división global del trabajo. Esa remodelación introduce grandes mutaciones en el lugar económico y geopolítico de cada país en el tablero mundial. No existe hasta ahora un concepto abarcador del tipo ¨Sur Global¨ que pueda aplicarse al grupo y la simple clasificación de clase (capitalistas-asalariados) tampoco clarifica su status efectivo.

El bloque de dos potencias asociadas con los principales actores intermedios, se amplió ahora a economías rentistas de peso global y periferias con localizaciones estratégicas. La conceptualización de ese grupo es una asignatura pendiente, que requiere elaboraciones despegadas del embellecimiento y la idealización.

RESUMEN

El declive de Estados Unidos explica el ascenso de los BRICS. Conforman una coalición defensiva frente a la agresividad imperial, que podría mejorar las condiciones de lucha contra el principal enemigo de los pueblos. No retoman el antiimperialismo, ni la homogeneidad de Bandung, pero tienen ciertas semejanzas con los No Alineados en el perfil desarrollista. Un cambio en el equilibrio de las fuerzas mundiales contribuiría a recuperar el proyecto popular, con otros sujetos y gobiernos. Las demandas radicales frente a cada cónclave apuntalan unaa lucha que exige horizontes anticapitalistas. Es más útil registrar la heterogeneidad de los BRICS que postular una forzada identificación con el Sur Global.

REFERENCIAS

-Wolff, Richard (2024). BRICS Breakthrough? Economists Richard Wolff & Patrick Bond on Growing Alliance, Challenge to U.S October 25, 2024 https://www.democracynow.org/2024/10/25/brics_summit_richard_wolff_patrick_bond

-Prashad, Vijay (2023). On BRICS & Why Global South Cooperation Is Key to Dismantling Unjust World Order https://www.democracynow.org/2023/8/22/brics_summit_vijay_prashad

-Halas, Garrett (2024). Multipolarity, BRICS+ & Socialism. Theorizing the Global Class Struggle. Aug 22, 2024, https://garretthalas.substack.com/p/multipolarity-brics-and-socialism

-De Sousa Santos B, (2024). Tercera guerra mundial, los BRICS y la salvación del planeta, OtherNews, 3 janvier. https://ilsa.org.co/2024/01/la-negociacion-con-estados-unidos/

-Patnaik, Prabhat (2023). Behind BRICS Expansion, September 4, https://www.networkideas.org/news-analysis/2023/09/behind-brics-expansion/

-Bello, Walden, Guttal Shamali (2025). Reivindicar el espíritu de la Conferencia de Bandung de 1955,11/05/2025, https://www.sinpermiso.info/textos/reivindicar-el-espiritu-de-la-conferencia-de-bandung-de-1955

-Bond, Patrick (2025). Tanto los BRICS como el resurgimiento de Bandung necesitan críticas duras, no sectas. https://www.cadtm.org/Both-the-BRICS-and-Bandung-revivalism-need-tough-critiques-not-quasi-cults

-Delcourt, Laurent (2024). BRICS y África: ¿nueva alianza win-win o colonialismo newlook? https://vientosur.info/brics-y-africa-nueva-alianza-win-win-o-colonialismo-newlook/

-Vijay, Prashad: (2025a). Resurrection, Moats with George Galloway – EP 440, 19-4- April https://www.youtube.com/watch?v=BK6IVPPKmcg

-Katz, Claudio (2015). Neoliberalismo, Neodesarrollismo, Socialismo, Batalla de Ideas Ediciones, Buenos Aires

-Vijay, Prashad (2025b). El “espíritu de Bandung” y el desarrollo industrial de Indonesia, nuevo miembro de los BRICS+ 16 abril https://peoplesdispatch.org/2025/04/16/el-espiritu-de-bandung-y-el-desarrollo-industrial-de-indonesia-nuevo-miembro-de-los-brics/

-Bruckmann, Mónica (2018). América Latina y la nueva dinámica del sistema mundial 31/07/2018 https://www.alainet.org/es/articulo/194420

-Prashad, Vijay (2023). Los BRICS han cambiado el equilibrio de fuerzas, pero no cambiaran el mundo solos agosto 17, 2023 https://thetricontinental.org/es/newsletterissue/cumbre-brics-johannesburgo/

-Desai, Radhika (2024). How can BRICS de-dollarize the financial system? 24-11-03

-Bond, Patrick (2013). ¿BRICS in Africa anti-imperialist, sub-imperialist or in between?

https://www.cadtm.org/IMG/pdf/Bond_CCS_Brics_booklet_22_March_2013

-Infobae (2025) Intelectuales y congresistas brasileños le piden a Lula romper relaciones con Israel https://www.infobae.com/america/agencias/2025/05/28/intelectuales-y-congresistas-brasilenos-le-piden-a-lula-romper-relaciones-con-israel/

-Garzón, Aníbal (2024): «Hoy el Sur Global ve a los BRICS como la única alternativa a un Orden Mundial diferente» https://www.nocierreslosojos.com/anibal-garzon-hoy-el-sur-global-ve-a-los-brics-como-la-unica-alternativa-a-un-orden-mundial-diferente/

-Vignolo, Walter (2023). Argentina. Los BRICS y el G-7 https://www.resumenlatinoamericano.org/2023/09/01/argentina-los-brics-y-el-g-7/

-Elbaum, Jorge (2024). Los BRICS y el ocaso de Occidente, 13-10, https://www.pagina12.com.ar/774256-los-brics-y-el-ocaso-de-occidente

Claudio Katz. Economista, investigador del CONICET, profesor de la UBA, miembro del EDI. Su página web es: www.lahaine.org/katz

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