La tiranía mediática impuesta por Estados Unidos, el Reino Unido y los gobiernos de los países de la Unión Europea (UE) ha difundido en los últimos días una serie de falsedades respecto al retiro de Rusia de los Acuerdos de Estambul. Se han sumado a esta campaña distorsionadora de la realidad el propio secretario general de la ONU (desconociendo el papel que le cupo en la firma de las Acuerdos) así como voceros y gobernantes de Estados Unidos y Europa occidental.
Los hechos
El 22 de julio de 2022 se firmaron en Estambul dos acuerdos relacionados entre sí: La Iniciativa del Mar Negro sobre la exportación de alimentos ucranianos y amoníaco ruso y el Memorándum Rusia-Naciones Unidas sobre la normalización de las exportaciones rusas de productos agrícolas y fertilizantes. Estos pactos se establecieron con fines humanitarios para garantizar la seguridad alimentaria mundial y reducir las amenazas de hambruna en los países necesitados de Asia, África y América Latina.
Con fecha 18 de Julio 2023, Rusia ha revocado las garantías de seguridad de navegación en el Mar Negro, cancelado el corredor humanitario y restaurado el régimen de una zona temporalmente peligrosa en la parte noroccidental de ese mar.
Las realidades
1. La exportación de alimentos ucranianos pasó a tener un carácter puramente comercial beneficiando al gobierno de Kiev y a sus patrocinadores occidentales.
2. Más del 70 % de los 32,8 millones de toneladas exportadas se enviaron a países de renta alta y media-alta, incluida la Unión Europea. Los países más pobres, en particular Etiopía, Yemen, Afganistán, Sudán y Somalia, recibieron 922.092 toneladas (menos del 3 %).
3. Esta asimetría ocurrió porque los propietarios de más de 17 millones de hectáreas de las tierras de cultivo ucranianas pertenecen a las corporaciones estadounidenses Cargill, DuPont y Monsanto. Esta última ahora de propiedad de Bayer-alemana.
Estas tres empresas, las mayores del mundo en el comercio de granos y fertilizantes, compraron tierras ucranianas después de que Kiev levantara una moratoria de 20 años sobre su venta a petición del FMI y se convirtieron en los principales beneficiarios de las exportaciones de grano ucraniano.
4. Los europeos, por otro lado, compraron alimentos ucranianos a precios de dumping y los procesaron en sus propias fábricas para revenderlos como productos acabados de alto valor añadido. De este modo ganaron por partida doble. Con la comercialización de granos y con la transformación y reventa de los mismos.
5. Estados Unidos y la UE crearon una escasez artificial de alimentos especulando con los precios. Impusieron sanciones unilaterales ilegales a los productos agrícolas rusos en los mercados mundiales prohibiendo su comercialización.
6. El régimen de Kiev no dudó en llevar a cabo acciones terroristas contra instalaciones civiles y militares rusas utilizando el corredor marítimo humanitario violando el sentido y propósito de la Iniciativa del Mar Negro suscrito con el aval de la ONU.
7. El Memorándum Rusia-ONU sobre el desbloqueo de las exportaciones agrícolas rusas no se puso nunca en operación. Occidente sigue imponiendo sanciones contra Moscú, bloqueando las transferencias bancarias, los servicios de seguros, la logística de transporte, los suministros de piezas de recambio y los activos extranjeros. Occidente no cumplió ni uno solo de los compromisos sistémicos incluidos en el Memorándum Rusia-ONU.
8. La reanudación del funcionamiento del conducto de amoníaco Toliatti-Odesa, estipulada en ambos documentos de Estambul, fue aprovechada por Kiev para tratar de regatear ventajas adicionales en el marco de la iniciativa. Al no alcanzar sus propósitos el régimen de Kiev hizo volar el conducto arguyendo que “sin tubería no hay problema”. Esto ante el silencio cómplice de la Secretaría General de las Naciones Unidas.
9. Ante estas realidades de flagrante sabotaje en la aplicación de los acuerdos de Estambul, Rusia considera que carece de sentido la continuación de la Iniciativa del Mar Negro. Esto significa la retirada de las garantías para la seguridad de la navegación, la clausura del corredor humanitario marítimo, el restablecimiento del régimen de zona temporalmente peligrosa en las aguas noroccidentales del mar Negro y la disolución del Centro Conjunto de Coordinación en Estambul. La Iniciativa del Mar Negro dejó de funcionar a partir del 18 de julio.
Hechos recientes
1. Occidente pone obstáculos no sólo a la implementación del pacto de granos, sino también al envío gratuito de cereales por Rusia a los países más pobres. Las afirmaciones de que sólo el grano ucraniano alimenta a los hambrientos en todo el mundo son una especulación y mentira. Rusia es capaz de suplantar los cereales ucranianos tanto en la base comercial como gratuita. Lo dijo el presidente Vladimir Putin.
2. Moscú aceptaría volver a implementar el acuerdo cuando «todas sus exigencias sean cumplidas»:
· Reconectar el banco ruso Rosseljozbank al sistema SWIFT.
· Reanudar los suministros a Rusia de maquinaria agrícola y piezas de repuesto.
· Levantar las restricciones sobre seguros de transporte marítimo y acceso a los puertos para los cargueros rusos.
· Reanudar los suministros de amoníaco por la tubería Toliatti-Odesa.
· Descongelar las cuentas y actividades financieras de las empresas rusas de fertilizantes.
3. El presidente de Turquía que intervino en la firma de los acuerdos entre Rusia y la ONU admitió en abril pasado que «lo que se prometió a Rusia no se materializó». Abogó por el cumplimiento de los cinco compromisos occidentales con Moscú.
4. La ONU a través de su secretario general avaló el acuerdo para el levantamiento de sanciones a Rusia y ahora evade su responsabilidad acusando irresponsablemente a Rusia.
5. El 13 de junio pasado, el presidente Vladimir Putin prometió que, en caso de retirarse del pacto de los granos, su país ayudará a las naciones que lo necesiten a suplir su falta de forma gratuita.
6. Moscú ha reiterado este ofrecimiento de sustituir gratuitamente los suministros de cereales procedentes de Ucrania a los países necesitados. La decisión se adoptará en la cumbre Rusia-África que se celebrará en San Petersburgo los días 27 y 28 de julio. Ya son más de 50 los países que han confirmado su participación en esta cumbre.
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