Traducido para Rebelión y Tlaxcala por Gorka Larrabeiti
Cada día que pasa Afganistán se parece más a Iraq. Tras los 120 muertos de los combates del viernes -los más intensos en Musa Qala, provincia de Helmand- y un fin de semana que ha registrado al menos otros 50 muertos -otra vez en Helmand los enfrentamientos más violentos- hoy se cuentan al menos otras 76 víctimas, de las cuales 16 son civiles -pero hay quien habla de un centenar de muertos y al menos 30 civiles- todos ellos víctimas de un duro bombardeo aéreo ejecutado esta noche por la aviación de EE.UU a un pueblo cerca de Kandahar, donde se escondían decenas de talibán.
El bombardeo de EE.UU de esta noche
El ataque usamericano ha tenido como objetivo el pueblo de Azizi, en el distrito de Panjwayi, a unos treinta kilómetros al oeste de Kandahar, en la frontera con la provincia de Helmand. Esta zona, situada entre las montañas rocosas de Kandahar al norte y el gran desierto arenoso del Registan al sur, está controlada por los talibán y desde hace diez días era escenario de combates cotidianos entre ellos y el ejército gubernamental afgano apoyado por las fuerzas ISAF canadienses. Combates que han costado la vida a por lo menos un centenar de presuntos talibán. «Han comenzado a bombardear nuestro pueblo alrededor de medianoche, y han continuado hasta el amanecer», ha contado Attah Mohamed, residente, a la agencia AFP. Otro señor, Hayyi Ijlaf, ha dicho que decenas de talibán se habían escondido en la madrasa del pueblo después de los combates de los días pasados: «Los helicópteros han bombardeado la madrasa y los talibán supervivientes han escapado a las casas vecinas, que también han sido bombardeadas». «Los talibán se han precipitado dentro de mi casa -cuenta otro testigo- y han subido al tejado, desde donde han empezado a disparar con sus RPG contra los helicópteros americanos, que han respondido al fuego. He perdido a toda mi familia». El balance oficial habla de 60 talibán y sólo 16 civiles muertos. Pero fuentes locales hablan de al menos un centenar de víctimas, de los cuales 30 serían civiles muertos, además de unos cincuenta heridos.
Emergency: «Recibimos cada vez mas heridos por arma de fuego»
En los combates del fin de semana se han producido al menos cincuenta muertos. El viernes por la noche, día de la batalla de Musa Qala, un soldado de la Task Force 76 de EE.UU resultó muerto en un enfrentamiento armado con talibán en el distrito de Cahar Cineh, en la provincia de Uruzgan, poco distante de Musa Qala. Otros enfrentamientos sucedieron a las mismas horas en la provincia de Zabul, donde murieron otros 4 talibán así como en la provincia de Ghazni, donde cayeron muertos 8 talibán y dos policías afganos.
El día siguiente, sábado, fue aún más sangriento. En la provincia de Helmand, distrito de Sangin, decenas de talibán atacaron una larguísima columna de medios del ejército afgano que volvía hacia Lashkargah de la batalla de Musa Qala, y mataron a 17 soldados afganos y a dos soldados de las fuerzas especiales francesas que forman parte de la Task Force Phoenix, una brigada multinacional que combate contra los talibán. 15 talibán resultaron muertos en la misma batalla, que duró más de tres horas.
Aún más muertos el domingo en Kabul, donde un coche bomba explotó en la carretera que une la base de EE.UU con el cuartel general del ISAF: dos transeúntes resultaron muertos.
Todo ello sin contar las decenas de enfrentamientos armados que las agencias de prensa no recogen, pero que suceden con más y más frecuencia en el sur de Afganistán. «En los últimos días -cuentan desde el hospital de Emergency en Lashkargah, provincia de Helmand- hemos advertido un fuerte aumento de ingresos de pacientes heridos por arma de fuego, policías y talibán víctimas de pequeños enfrentamientos que suceden en los alrededores, no en las grandes batallas como la de Musa Qala».
La nueva estrategia de Haqqani, nuevo comandante de los talibán
Según fuentes periodísticas paquistaníes, el dramático aumento de ataques talibán que se ha notado en los últimos días se explica con el recientísimo nombramiento, por parte del Mullah Omar, de Jalaluddin Haqqani como nuevo comandante general de las operaciones militares talibán. A Haqqani, famoso estratega de la guerrilla ya desde los tiempos de la yihad contra los soviéticos, y desde entonces cercanísimo a ambientes de los servicios secretos paquistaníes, ISI, le han dado el mando de las operaciones talibán para fortalecer la ofensiva de primavera, guiada hasta ahora por el Mullah Dadullah y por el Mullah Ajtar Osamani, que había dejado, al parecer, insatisfecho al Mullah Omar. Extraña coincidencia: justo estos días ha corrido la voz de una posible captura del Mullah Dadullah, cosa que suele suceder a personajes que han sido «excluidos» de su círculo.
A Jalaluddin Haqqani le han debido de encargar la misión de movilizar a cuadros talibán también en el Este de Afganistán de común acuerdo con Gulbuddin Hekmatyar, activo en dichas regiones. En general, en todas las zonas pashtun del país, los mandos talibán están intentando movilizar a los pequeños y grandes señores de la guerra a fin de promover una revuelta armada general contra el gobierno de Kabul y las fuerzas extranjeras. Si lo consiguieran, Afganistán se convertiría definitivamente en otro Iraq.
Texto original en italiano tomado de: http://www.peacereporter.net/dettaglio_articolo.php?idc=&idart=5450.