Brian Bowman fue el soldado estadounidense que pasó a la historia por ser el 3 de enero el primero de una larga serie de víctimas que convirtieron a 2010, con 709 muertos, en el año más cruento para las tropas de las Fuerzas Internacionales de Asistencia a la Seguridad (ISAF) en Afganistán. Mientras el invierno […]
Brian Bowman fue el soldado estadounidense que pasó a la historia por ser el 3 de enero el primero de una larga serie de víctimas que convirtieron a 2010, con 709 muertos, en el año más cruento para las tropas de las Fuerzas Internacionales de Asistencia a la Seguridad (ISAF) en Afganistán.
Mientras el invierno está por concluir, en las montañas afganas la actividad militar, a diferencia de pasadas ocasiones, no disminuyó. Los talibanes, que no perdonan ocasiones para recordar a los medios internacionales que un decenio de enfrentamientos no deterioraron su fuerza, lanzaron hoy dos cohetes contra la base estadounidense de Bagran, a una hora de automóvil de Kabul, que aparentemente no causaron víctimas.
Sin embargo hay muchas víctimas. Al menos 14 se registraron hoy, entre ellas mujeres y niños, después de que una mina explotó al paso de un minibús que viajaba por el distrito de Nahr-e-Saraj hacia Sangin, cuartel general de los insurgentes en la provincia meridional de Helmand.
Las estadísticas muestran que en el década transcurrida desde que fue lanzada la Operación Libertad Duradera los soldados de la ISAF caídos crecieron año a año, pasando de 21 en los últimos cuatros meses de 2001, a 131 en 2005, hasta alcanzar 709 al 30 de diciembre de 2010.
El pico de las víctimas de la coalición internacional, compuesta por 49 países, fue alcanzado en junio cuando, con 103 muertos, fue en absoluto el mes más letal de toda la campaña militar, seguido por julio con 88 victimas y por agosto con 79.
La carga más grande es para Estados Unidos, que perdió 497 hombres, mientras que Gran Bretaña alcanzó 103. También el contingente italiano, que llegó a Afganistán en 2004, perdió este año sobre el campo a 11 soldados.
Admitiendo que en 2009 las víctimas militares fueron mucho menos -521 según los cálculos del portal icasualties.org- el portavoz de la ISAF, general Joseph Blotz, añadió que las previsiones para 2011 no son muy alentadoras, y que habrá «más violencia» y «más enfrentamientos» antes de un mejoramiento de la situación.
En el cuartel general de las fuerzas internacionales en Kabul se justificó el incremento de la mortalidad en el mayor número de tropas presentes en Afganistán (150.000 soldados), sobre todo en el sur (Kandahar y Helmand), gracias a la llegada de los últimos 30.000 hombres enviados por Estados Unidos y por el hecho de que repartos mixtos afganos e internacionales mantienen permanencia, como nunca antes, en los lugares más difíciles.
Una inversión de tendencia, sostienen los analistas, es necesaria, porque a partir de julio de 2011 comenzará el retiro de las tropas estadounidenses en una operación que debería concluir en 2014, cuando la responsabilidad de la seguridad debería pasar de la ISAF al ejército y policía afganos.
A este cuadro preocupante se deben sumar también las estimaciones de la ONU sobre las víctimas civiles, en base a que en los primeros diez meses del año fueron muertos 2.400 hombres, mujeres y niños. De ese total, 67 por ciento es atribuido a los talibanes.
Un dato que los insurgentes rechazan porque -según sostienen- está basado en «fuentes no objetivas».
Fuente: http://www.ansa.it/ansalatina/notizie/fdg/201012302015392921/201012302015392921.html