En 1998, el senador estadounidense Jesse Helms, un republicano de derecha del estado estadounidense de Carolina del Norte, llevó a cabo una virulenta y personal campaña de odio contra la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y su misma presencia en Nueva York.
Helms, presidente a tiempo completo del poderoso Comité de Relaciones Exteriores del Senado y agresor de la ONU a tiempo parcial, se quejó públicamente de que proporcionar fondos al organismo multilateral era como «echar dinero en una ratonera». Helms quería que la ONU se fuera de la emblemática torre de cristal en Nueva York para siempre.
En 2020, vuelve el mismo fantasma
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tiene previsto dirigirse a la Asamblea General de la ONU el 22 de septiembre, en forma presencial, lo que le convertirá seguramente en el único jefe de Estado en paticipar físicamente a la fase de alto nivel del máximo órgano interno, que este año se ha organizado para desarrollarse en forma virtual por la pandemia de la covid-19.
Un rumor creciente es que el gobernante estadounidense utilizaría esa comparecencia en la Asamblea General de los 75 años del foro mundial para amenazar con su retiro de la ONU (muy poco probable), anticipar recortes en los aportes financieros de Estados Unidos (probable) o reducir la presencia del mayor contribuidor en el organismo (muy probable).
Pero con un presidente que ya ha demostrado que es altamente impredecible, todo está en el aire sobre el futuro de Washington en la ONU, mientras en las últimas semanas entre círculos de la derecha estadounidense se ha propalado la etiqueta #DesfinanciaralaONU
El portavoz de la ONU, Stephane Dujarric, dijo el 8 de septiembre que “He visto la etiqueta», también conocida por su nombre en inglés: hastag.
«Todos los días demostramos el valor de invertir en las Naciones Unidas para el mejoramiento de las personas en todas partes y el valor que aporta, ya sea para ayudar durante la pandemia… o lo que estamos haciendo en todo el mundo, lo que estamos haciendo en nuestras misiones de mantenimiento de la paz… Por eso, hacemos todo lo posible para demostrar nuestro valor todos los días con el trabajo que hacemos «, respondió a esa campaña Dujarric.
Represalia ante humillación
Para los observadores de los temas de la ONU, una medida de Trump sobre recortes o el desfinanciamiento al organismo multilateral sería o se percibiría como una represalia del gobernante al fracaso en el Consejo de Seguridad de una resolución propuesta por Washington para reanudar las sanciones contra Irán.
La delegación estadounidense ante el Consejo de Seguridad quedó aislada y humillada cuando solo uno de sus 15 miembros, República Dominicana, votó con ella en el órgano más poderoso de la ONU. China y Rusia votaron en contra y otros 11 miembros, incluidos Alemania, Francia y Reino Unido se abstuvieron.
El estadounidense secretario de Estado, Mike Pompeo, calificó la votación como “decepcionante” y aseguró que “en privado, cada líder mundial, cada uno de mis homólogos me dice que Estados Unidos está haciendo lo correcto”, por lo que consideró “incomprensible” que en público no hubiesen secundado la resolución.
“Ponerse del lado de los rusos y los chinos en este importante tema en este importante momento en la ONU, creo, es realmente peligroso para el mundo», dijo Pompeo.
Si finalmente se hace efectiva la rumoreada desfinanciación sería un golpe devastador para la ONU cuando el 24 de octubre cumplirá 75 años de vida, porque Estados Unidos aporta actualmente 22 por ciento de su presupuesto.
Como unilateralista convencido, Trump ha sido abiertamente antagónico hacia las instituciones multilaterales desde que llegó a la Casa Blanca.
Desde que asumió el cargo en enero de 2017, la administración Trump se ha retirado, ha desfinanciado o ha reducido los fondos de varias agencias de la ONU, instituciones afiliadas o tratados multilaterales.
Eso incluye a la Organización Mundial de la Salud (OMS), justamente cuando lidia con la pandemia de la covid, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos en Oriente Próximo (UNRWA, en inglés), el Organización Mundial del Comercio (OMC), la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), el Consejo de Derechos Humanos de la ONU y la Corte Penal Internacional (CPI), entre otras instituciones.
Una información The New York Times del 4 de septiembre afirma que es muy probable que Trump se retire de la icónica alianza militar de 71 años de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), si gana un segundo mandato como presidente, en las elecciones del 3 de noviembre.
El diario cita a exfuncionarios estadounidenses que afirman que se trataría de uno de los mayores cambios estratégicos en el escenario mundial en generaciones y representaría una gran victoria para el presidente ruso Vladimir Putin.
Una relación tóxica
Norman Solomon, director ejecutivo del Instituto para la Precisión en la Información Pública, con sede en Washington, dijo a IPS que la administración Trump es un equipo de demolición que busca socavar, si no demoler, instituciones internacionales que no sirven a los caprichos idiosincrásicos de Trump, o no resultan útiles a los intereses de Estados Unidos y su complejo militar-industrial.
La mayoría de los gobernantes y líderes estadounidenses, afirmó, han visto a las Naciones Unidas como un instrumento para promover los intereses geopolíticos el país, pero varios de ellos respaldaron también su función multilateral, humanitaria y de promoción del desarrollo.
“Trump ya no lo ve así”, dijo el prestigioso periodista y especialista en la función pública.
«El régimen de Trump ha operado casi en su totalidad con base a un interés propio estrictamente definido, hasta el punto de que debe entenderse como la amenaza más grave no solo para la ONU sino para el mundo en su conjunto», dijo Solomon, autor de «Hacer la guerra fácil. Cómo los presidentes y expertos siguen haciéndonos girar hasta la muerte»
«Cuando evaluamos las instituciones internacionales, no deben ponerse en igual plano. Las Naciones Unidas y su potencial están muy lejos de ser comparables a la OTAN», insistió.
Subrayó que la ONU tiene aspiraciones y objetivos loables, aunque su forma de operar y algunas de sus medidas son “profundamente defectuosas” y requieren una urgente reestructuración.
En cambio, la OTAN “es mucho más una amenaza para la paz que un defensor”.
“La hostilidad de Trump hacia el concepto de las Naciones Unidas es en muchos sentidos categórica, mientras que sus críticas intermitentes a la OTAN son inconsistentes y en gran parte una función de un nacionalismo desquiciado «, dijo Salomón.
El especialista espera que el mundo esté “sufriendo” los últimos meses de Trump, cuyo liderazgo considera un coctel tóxico de codicia, estupidez calculada y prerrogativas narcisistas del supuesto «excepcionalismo estadounidense».
Oportunidad en la crisis
Ian Williams, presidente de la Asociación de Prensa Extranjera de Nueva York y autor de «Lo que no se cuenta: la verdadera historia de las Naciones Unidas en la paz y la guerra», dijo a IPS que el sistema de la ONU se encuentra en una muy triste situación al alcanzar sus 75 años.
Estados Unidos actúa como si odiara a organización, pero a los otros miembros no parecen quererla suficiente como para entrar en esa batalla y defenderla, argumentó.
Históricamente, Estados Unidos ha promovido la dependencia de la organización al dinero de Washington, como se demostró cuando Estados Unidos rechazó la propuesta del primer ministro sueco Olaf Palme, en 1985, de que la contribución máxima de los países quedará limitada a 15 por ciento del su presupuesto.
Pero el problema “va más allá de las finanzas”, afirmó quien también fue presidente de la Asociación de Corresponsales en las Naciones Unidas (Unca, en inglés).
«La actitud ilegal de Estados Unidos ha demostrado ser contagiosa. Si Estados Unidos y su aliado Israel pueden desafiar las resoluciones, entonces ¿por qué Rusia no puede romper las reglas sobre Ucrania, o Beijing en el mar de China o India sobre Cachemira?», planteó Williams.
Para el especialista en asuntos multilaterales, si Trump triunfa en las elecciones de noviembre, «la ONU debería tener planes de contingencia para continuar sin Estados Unidos”.
En el peor de los casos, tal vez, de manera realista, la Asamblea General debería establecer un Mecanismo Residual Internacional para velar por las obligaciones colectivas de la ONU hasta que los miembros muestren signos de reasumir sus responsabilidades de manera efectiva, afirmó Williams.
Barbara Adams, presidenta de la Junta Directiva del Foro de Política Global, dijo a IPS que “quizás la supuesta amenaza de Trump sea contraproducente (para el mandatario) y movilice voces dentro de Estados Unidos para generar un efecto similar al de USPS (servicio postal estadounidense)», reforzado tras sus críticas.
“¿Podría desencadenar una reacción de ‘tenga cuidado con lo que desea’ a nivel nacional y entre los Estados miembros, cuya retórica de multilateralismo no se corresponde con sus acciones?”, se preguntó.
La crisis que podría provocar Trump también representa una oportunidad “para exigir una gobernanza mundial genuinamente democrática y comenzar la transición largamente esperada” en la ONU, para que vuelva al propósito para el que fue creada: “liderar el camino hacia la paz, la justicia y los derechos humanos sostenibles”.
Fuente: https://www.ipsnoticias.net/2020/09/amenazara-finalmente-trump-retirar-eeuu-las-naciones-unidas/