Dos atacantes suicidas con bomba causaron la muerte de al menos 28 personas en una mezquita chiita en el sudeste de Irán, incluyendo miembros de la Guardia Revolucionaria, en un atentado que según líderes locales fue apoyado por Estados Unidos. El grupo sunita rebelde Jundollah se adjudicó el doble ataque ocurrido el jueves en la […]
Dos atacantes suicidas con bomba causaron la muerte de al menos 28 personas en una mezquita chiita en el sudeste de Irán, incluyendo miembros de la Guardia Revolucionaria, en un atentado que según líderes locales fue apoyado por Estados Unidos.
El grupo sunita rebelde Jundollah se adjudicó el doble ataque ocurrido el jueves en la república islámica, declarando al canal de televisión Al Arabiya en un correo electrónico que lanzó el atentado en respuesta por la ejecución en junio del líder del movimiento, Abdolmalek Rigi.
Jundollah sostiene que lucha por los derechos de la minoría sunita de Irán. Los gobernantes del país acusan a su archienemigo, Estados Unidos, de respaldar al grupo rebelde para que genere inestabilidad en Irán. Washington niega esas afirmaciones.
Las poderosas bombas estallaron cerca de la Gran Mezquita de la ciudad de Zahedan, dejando cuerpos regados por todo el lugar sagrado, y Jundollah indicó que los atentados fueron perpetrados por familiares de Rigi que buscaban impactar una reunión de la Guardia Revolucionaria.
«El grupo dijo que los ataques suicidas fueron llevados a cabo por Abdolbaset Rigi y Mohammad Rigi (…) y advirtió que podrían ocurrir más operaciones», dijo Al Arabiya, una emisora con sede en Dubái.
IRAN ACUSA A EEUU
Funcionarios iraníes dijeron que Washington estuvo detrás de los atentados.
El prominente legislador Alaeddin Boroujerdi dijo que Estados Unidos debería ser responsable por los «actos terroristas en Zahedan» debido a su apoyo por Jundollah, reportó la agencia de noticias IRNA.
«Una vez más la malvada mano de Estados Unidos apareció de entre las mangas de personas ignorantes y mercenarias», dijo el clérigo Kazem Sediqi durante las oraciones musulmanas del viernes, que fueron transmitidas en vivo por una radio.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, condenó los actos de violencia y señaló que los responsables deberían ser llevados ante la justicia.
«El asesinato de civiles inocentes en su lugar de adoración religiosa es una ofensa intolerable y aquellos que lo perpetraron deberían ser responsabilizados», aseguró el mandatario estadounidense en un comunicado.
Irán se encuentra atascada en una disputa con Estados Unidos y sus aliados por su programa nuclear, que según Occidente está diseñado para desarrollar armas nucleares. Teherán niega las acusaciones e insiste en que sus actividades atómicas sólo apuntan a producir electricidad.
El jefe de la escuela de Medicina de la provincia de Sistan-Baluchestan, Mansour Shakiba, dijo que los ataques causaron la muerte de al menos 28 personas y dejaron más de 169 heridos, reportó la agencia semioficial de noticias Mehr.
El viceministro del Interior iraní, Ali Abdollahi, quien está a cargo de la seguridad, dijo que varios miembros de la Guardia Revolucionaria iraní habían resultado muertos o heridos, informó la agencia semioficial de noticias Fars.
Irán, una nación mayormente chiita, arrestó a Rigi en febrero, cuatro meses después de que Jundollah se adjudicara la responsabilidad por un ataque con bomba que causó la muerte de decenas de personas, incluyendo a 15 miembros de la Guardia Revolucionaria. Fue el atentado más letal ocurrido en Irán desde la década de 1980.
Fuente: http://lta.reuters.com/article/topNews/idLTASIE66F0QZ20100716?sp=true