Un militar británico pereció y tres resultaron heridos, tras una explosión en la localidad afgana de Garmsir, con lo cual aumentó a 44 el número de muertes en el estado asiático, confirmó hoy el ministerio de Defensa. De acuerdo con esa dependencia, el incidente ocurrió en una zona desértica, en la provincia de Helmand, donde […]
Un militar británico pereció y tres resultaron heridos, tras una explosión en la localidad afgana de Garmsir, con lo cual aumentó a 44 el número de muertes en el estado asiático, confirmó hoy el ministerio de Defensa.
De acuerdo con esa dependencia, el incidente ocurrió en una zona desértica, en la provincia de Helmand, donde el Reino Unido mantiene desplegados a más de dos mil 500 uniformados en apoyo a una operación contra grupos armados, sobre todo, talibanes.
Un vocero del referido ministerio informó que en el momento de la detonación, al paso del vehículo donde viajaban los militares, no se detectó presencia alguna de fuerzas talibanas en la zona y afirmó que aún se desconocen los motivos del estallido.
De acuerdo con el teniente-coronel del cuerpo Real de Marines Andy Price, uno de los uniformados que recibió lesiones graves ya fue operado y se recupera satisfactoriamente.
Price se abstuvo de confirmar por el momento si los soldados atacados, incluidos en una fuerza de tarea que opera en la citada zona, pertenecían al cuerpo de Marines.
Medios de prensa destacan que en la sureña región a donde fueron enviadas las tropas británicas, a partir de mayo de este año, tienen lugar los combates más encarnizados con agrupaciones armadas opuestas a la presencia militar extranjera en el país asiático.
Las fuerzas del Reino Unido reemplazan a las estadounidenses, que en su momento participaron en la operación Libertad Duradera, dirigida contra los grupos de resistencia afgana.
Washington atacó al empobrecido estado asiático en octubre de 2001, bajo el pretexto de apresar al millonario saudita -entrenado por la propia Agencia Central de Inteligencia (CIA)- Osama bin Laden, considerado ahora líder de la red radical Al Qaeda.
El primer ministro británico, Tony Blair, enfrenta una fuerte presión interna para retirar los siete mil 200 uniformados desplegados, en especial, en la sureña provincia iraquí de Basora, donde ya murieron 122 de ellos, y los dos mil 500 de Afganistán.