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Bangladesh-India, márgenes calientes

Fuentes: Rebelión [Imagen: el monje hindú Chinmoy Krishna Das detenido en Dhaka ]

Desde la caída de la Primera Ministra Sheikh Hasina en agosto pasado, tras 15 años en el poder (ver: Bangladesh, jaque mate a la reina), las dos únicas fronteras del país se han tornado en márgenes extremadamente calientes.

La principal de esas fronteras es con India, con poco más de cuatro mil kilómetros, que prácticamente rodea por completo al país por el norte, el noreste y el noroeste. Mientras al sureste la frontera con Birmania, país inmerso en una guerra civil que tarde o temprano traerá consecuencia a Bangladesh, no alcanza los 200 kilómetros.

Tradicionalmente con India, y particularmente a lo largo del mandato de Hasina, ambas naciones habían podido articular sus relaciones al punto de que Dhaka se convirtió en un socio estratégico y un aliado clave para la seguridad fronteriza de Nueva Delhi, lo que lo ha llevado a beneficiarse económicamente.

Aunque a partir del golpe de agosto India vive un creciente malestar con su vecino por las constantes denuncias sobre la creciente inseguridad que viven los hindúes, la principal minoría religiosa del país con cerca de un ocho por ciento, frente a una abrumadora mayoría islámica que representa el noventa por ciento de los 173 millones de bangladesíes, el Gobierno interino, liderado por el premio Nobel de la Paz 2006, Muhammad Yunus, ha negado sistemáticamente las acusaciones indias.

Las tensiones comenzaron a escalar cuando a finales de noviembre fue detenido el monje hindú Chinmoy Krishna Das en Dhaka con cargos de sedición por haber faltado el respeto a la bandera nacional durante una manifestación en la ciudad de Chittagong, al sur del país, en octubre pasado.

A partir de este arresto, los cruces entre Nueva Delhi y Dhaka han ido en aumento e incluso han generado manifestaciones con choques callejeros en la capital bangladesí, las que hasta ahora han dejado un muerto, el fiscal Saiful Islām Alif asesinado en plena calle a golpes de machete por denegar la libertad bajo fianza de Das. La policía afirma haber detenido a seis personas involucradas en ese crimen.

Chinmoy Das es un activo militante de la causa hindú en Bangladesh, que a partir del golpe contra Hasina conformó varios grupos de resistencia al desplazamiento y a la ola de ataques contra diferentes blancos hinduistas, lo que lo llevó a organizar importantes manifestaciones en distintas ciudades del país.

Das es además el portavoz de la más importante de las organizaciones hindúes de Bangladesh, la Sociedad Internacional para la Conciencia de Krishna (ISKCON), entidad que dio a conocer su arresto por ser “un firme defensor de la protección de las minorías”.

El ISKCON, el 13 de agosto presentó una lista de ocho puntos de demandas que incluían leyes para la protección de las minorías, la creación de un tribunal especial para juzgar este tipo de ataques y un “ministerio de Asuntos de las Minorías”.

Las políticas antihindúes que han comenzado a generarse en Bangladesh tras la salida de Hasina son porque se la ha vinculado históricamente con India, donde además se encuentra exiliada, y se cree que el Gobierno del Primer Ministro Narendra Modi está colaborando con la vuelta a Bangladesh de Hasina y la restauración de la Liga Awami, la alianza política que ha acompañado desde siempre a la ahora ex Primera Ministra.

Dos partidos resultaron beneficiados por el golpe de Estado, el Partido Nacionalista de Bangladesh (BNP) y el Jamaat-e-Islami (Asamblea Islámica de Bangladés)el partido integrista más activo del país, que, junto a la embajada estadounidense, fueron los principales agitadores del golpe contra Hasina y ahora han blindado el gobierno de Yunus.

El rechazo del tribunal de Chittagong a liberar bajo fianza a Das dio lugar a que los hinduistas bangladesíes iniciaran una campaña de movilización y protestas que se ha mantenido hasta ahora.

La respuesta de los musulmanes no se hizo esperar, el pasado sábado 7 de diciembre varios nadires (templos) hindúes han sido vandalizados e incluso incendiados en distintos puntos de Bangladesh. Como el Shri Radha Krishna y el nadir Shri Mahabhagya Lakshmi en Dhor, al norte de Dhaka, donde se quemaron figuras sagradas y otras reliquias.

En prevención de que se produzcan agresiones contra los devotos hindúes, las autoridades religiosas les advirtieron que eviten utilizar vestimentas de color azafrán en público y el clásico tilak, el lunar pintado del entrecejo.

Defensa india

Obviamente, esta ofensiva antihindú de Bangladesh no demoró en tener su réplica en India, donde el Primer Ministro Narendra Modi ha hecho de sus políticas antimusulmanas su caballo de batalla.

Desde su llegada al poder en 2014 y a lo largo de periodo como Ministro Principal (Gobernador) del Estado de Guyarat (2001-2014), Modi ha tenido como principal blanco a la comunidad islámica de India, unos 220 millones de fieles, con infinidad de leyes que han acotado sus derechos al tiempo que ha enviado en diversas oportunidades a las bandas armadas de su partido el Bharatiya Janata Party o BJP (Partido popular Indio), junto a las fuerzas de seguridad y la formación paramilitar Rastriya Swayamsevak Sangh, RSS (Asociación de Voluntarios Nacionales), a perseguir y destruir sus barrios, sus tiendas, violar sus mujeres y en muchísimos casos asesinar a quien se resista.

En este caso en particular, la destitución de Sheikh Hasina, quien se había convertido en el punto de equilibrio entre las siempre amenazantes tensiones entre India y China, el Estado indio se limitó a emitir un comunicado en el que expresaba su preocupación por el arresto del monje y pedía a Dhaka que garantizara la seguridad de los hindúes y del resto de las minorías religiosas.

Modi ha evitado articular acciones con los grupos fundamentalistas del hinduismo, siemprepreparados para reaccionar de manera violenta contra la comunidad musulmana, aunque los militantes de la Hindutva, la fuente filosófica, donde abreva el integrismo hindú, sí han reaccionado.

Particularmente en la provincia india de Bengala Occidental, fronteriza con Bangladesh, y en algunas otras partes de India, estallaron protestas por la detención del monje Chinmoy Das.

Al tiempo que la propaganda contra Bangladesh, en los medios de comunicación y las redes sociales de todo el país, se ha puesto en marcha, alentando sin cesar el odio a sus vecinos.

El 30 de noviembre fue atacado el Alto Comisionado Auxiliar de Bangladesh en la ciudad de Calcuta por un grupo paramilitar de extrema derecha conocido como Bangiya Hindu Jagran Manch. Dos días después, un hecho similar se repite en la ciudad deAgartala, en el norte del estado de Tripura, al noreste de India mientras miles de personas marcharon hacia la frontera, por lo que desde Dhaka se convocó al embajador indio para presentarle sus quejas.

Por su parte, un hospital privado y algunos de sus médicos en Bengala Occidental anunciaron que no atenderían a pacientes bangladesíes, y varios hoteles de la localidad de Malda en Bengala Occidental han prohibido el ingreso de pasajeros del país vecino.

La recepción que ha dado a Hasina el Gobierno indio ha permitido a algunos analistas entender que existen planes para reponer a la exjefa del Estado en su cargo. Al tiempo que la militancia de la Liga Awami se está reestructurando rápidamente y ya ha comenzado con manifestaciones masivas, intentando generar un estado de inestabilidad que permita la destitución del gobierno interino de Yunus. De esta estrategia sería parte el caso del monje Chinmoy Krishna Das.

Mientras tanto, la comunidad hindú en Bangladesh se está adaptando rápidamente a la situación de violencia en su contra. Por ejemplo, la enorme mayoría de sus locales comerciales, que antes cerraban a las nueve de la noche, ahora lo hacen a las seis y media.

En cualquier actividad comunitaria en los barrios hindúes de Dhaka y otras ciudades se iniciaba con el recitado del Bhagavad Gita, el texto sagrado del hinduismo y luego el Corán, ahora ese orden se ha invertido.

Los dioses han encendido la frontera entre India y Bangladesh y al parecer los hombres y los gobiernos solo parecen aportar más leña.

Guadi Calvo es escritor y periodista argentino. Analista Internacional especializado en África, Medio Oriente y Asia Central. En Facebook: https://www.facebook.com/lineainternacionalGC

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.